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Joseph.

- No pequeña no esta bien. Estoy segura de que esto es solo un impulso por la emoción de tu cumpleaños y el alcohol que ingeriste.

- Ni siquiera tome tanto. Tú sabes que esa es sólo una excusa.

Ay mi niña no sabes las ganas que tengo por hacerte mía. Pero los dos sabemos que esto no es lo correcto. Tú eres mi prima y ni hablar de la edad.

- No pequeña ambos sabemos que esto no esta bien... - iba a continuar con mi sermón pero ella me calló con un beso. Era un beso que demostraba pasión y amor. No tardé en profundizar el beso.

Ya sé que no es correcto pero no podía evitarlo, sentir sus labios en los mios era lo mejor que he sentido.

Sus manos recorrían temerosamente mi cuerpo. Mientras yo me limitaba a sostenerla de la cintura.

- Joseph. Tengo ganas de algo ¿puedo?

- No sé ¿de que trata?

Vi una mirada travieza mientras se ponía de rodillas frente a mi. Oh Dios pequeña no lo hagas.

Entonces con manos temblorosas corrió el cierre de mi pantalón para después bajarlo. Estaba tan asombrado que solo la observé. Ella tomó a mi amigo entre sus pequeñas y suaves manos haciendo que un gemido saliera de mi garganta. Cuando lo introdujo a su boca sentí una descarga eléctrica, esto no podía estar pasando es mi prima. Mierda Ania esto no es correcto. Pero la sensación que tenia era irremplacable. Si seguía así me correría demasiado pronto. La detuve colocando mi mano en su frente.

- Aun no me quiero correr cariño.

Ella solo asintió poniéndose de pie. Noté que sus mejillas estaban ligeramente encendidas.

- Joseph quiero ser tuya. Hasme tuya te lo ordeno.

Con esas palabras olvide todo lo que me atormentaba. La abrazé de la cintura pegándola lo mas que podía a mi cuerpo. Uní nuestros labios en un apasionado beso luego dejé sus labios para besar su quijada, después poco a poco fui besando su cuello hasta llegar a su hombro derecho donde el tirante de su top deportivo me estorbó.

La gire mientras la acostaba nuevamente en la cama. Ahora era mi turno. Recorrí su abdomen plano con mis labios. Su cuerpo era perfecto, con mi lengua acaricie su ombligo, sintiendo que ella se estremecía al tacto. Era perfecto ella era perfecta. Me coloqué sobre ella sin dejar caer mi peso por completo.

La besé, besé esos labios que encajan con los mios a la perfección. Luego bajé mis labios a su cuello recorriendo con mis manos cada centímetro de su piel. Al llegar a sus muslos ella arqueo ligeramente su espalda. Dandome a entender que la había tomado por sorpresa. Mientras yo seguía mi trayecto acercandome a su entrepierna ella acariciaba mi pecho con sus delicadas manos. Me removí un poco al sentir que una de sus manos bajó a mi emocionado amigo acariciándolo con delicadeza. Dios me volveré loco si no me siento dentro de ella. La necesitaba tanto. Es ahora o nunca.

- ¿Lista pequeña?

- Umhmm

Ese era mi pase. Me senté a un lado para colocarme el condón.

- ¿Lo puedo hacer yo?

- Si tú quieres.

Se sentó para después ponerse frente a mi y tomar el anticonceptivo. Bien era hora.
Me coloqué en su entrada y ella rodeó mi cintura con sus piernas. Al principio entré lento pues no la quería lastimar. Ella se aferro a mis labios en un beso mordiendo mi labio cada que me movía en ella. Aceleré mi paso con embestidas mas rápidas logrando que de sus labios escapara un gemido.

(...)

Al despertar lo primero que hice fue apreciar su belleza mientras acariciaba su espalda desnuda.

- Buenos días bella durmiente.

- Buenos días mi vida.

- ¿Qué quieres desayunar?

- Wafles y jugo de naranja natural por favor. Te pediría mas pero no sé si puedas.

- Ah con que no confías en mi. Me ofendes. - dije con una mano en mi pecho simulando estar ofendido.

Ania

Anoche tuve la mejor velada de mi vida. Solo espero que Jo sienta lo mismo. Ya que hacer el amor con una inexperta tal ves no sea su mejor opción.

Salí de mi cama envuelta en la sabana para entrar a bañarme cuando. - ¡Santo cielo! ¡¿Jo eso es normal?¡

- Si cariño lo es no te preocupes bañate para que pueda echar a lavar las sabanas.

- Okay te alcanzo en la cocina.

Cuando llegué a la cocina me sorprendí al ver que había dos platos con wafles, tocino y huevo revuelto. Solo que a un lado de un plato había café y en el otro un delicioso vaso de jugo de naranja recién exprimida.

- Wow me sorprendes primo. Se ve exquisito.

- Ya ves yo también sé algo de cocina.

Mientras comíamos me lo quede viendo es tan guapo. Cómo no lo noté antes siempre que lo miraba veía cada detalle de su rostro. Era perfecto es el mejor.

- Gracias. - Hablé.

- No hay de que fue un honor.

(...)

Mi sábado fue de maravilla y es que con sólo estar junto a él cualquier momento mejora. Aun si son simples películas o jugando un juego de mesa, tal ves pasar un día en el parque o una salida al cine son mucho pedir sobre todo ante nuestras circunstancias.

Estábamos jugando Jenga de retos cuando mi reto era acariciar mi parte favorita de mi compañero. No lo pensé dos veces amo sus ojos son hermosos. Entonces me acerque y tomé su rostro para después trazar pequeños círculos alrededor de sus deslumbrantes ojos.

Al caer la noche pedí pizzas y nos sentamos a ver un maratón de rápidos y furiosos. Mi noche perfecta.

¿Solo Primos? Já Donde viven las historias. Descúbrelo ahora