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—Bien, inténtalo de nuevo, Gray.

Gray intentó poner en marcha el auto mientras Zach y Breen rezaban por qué este arrancará. Al parecer alguien oyó sus plegarias porque en cuanto el niño lo intentó el motor rugió.

—¡Si! —exclamó Zach y tomo a Breen en brazos dejando a la chica desconcertada y en la emoción del momento Zach se inclinó hacia Breen y la beso antes de esta pudiera protestar y se alejó en cuanto cayó en cuenta de lo que había hecho.

—Mmm... ¿Nos vamos? —pregunto Gray, aún sentado en el auto y más ansioso que antes.

—S-si... C-cla-aro —dijo Zach aún cubierto de ese color rojizo que gritaba a todo pulmón su vergüenza.

Ambos caminaron a pasos ansiosos hacia el auto y subieron a el, Zach conducía y Breen evitaba todo contacto con el.

No era que el beso no le hubiera gustado, era por todo lo contrario, desde que lo vio llamó su atención, pero a penas lo conocía, aunque tal vez le gustaba Zach.

—Zach...

—Gray, dime por favor que los terodactilos son vegetarianos.

—Bueno, algunos de ellos pero esos no lo son.

—¡Miren! ¡Ya puedo ver la puerta de entrada! ¡Acelera, Zach!

Y a exceso de velocidad se acercaron más y más a la puerta, los guardias que estaban arriba vigilando abrieron las compuertas tenían órdenes de dejar entrar a cualquier persona, todos merecían refugio de la horrible catástrofe.

Estacionaron el Jeep y bajaron de el.

—Bien, ¿Y ahora? —pregunto Breen.

—Hay que llegar al centro del parque, encontrar a Claire y después buscar a Owen.

—Bien.

A paso apresurado corrieron hacia el centro del parque con aves mortíferas en busca de carne fresca volando sobre sus cabezas, levantando gente de su alrededor, era como ver una horrible película de terror, de las viejas.

En el centro del parque corrieron a una tienda y trataron de esconderse, pero los animales eran más listos.

Caminando y buscando a la pelirroja con desesperación, Breen alzó la vista y se dio cuenta de que un gran animal se dirigía a ella velozmente.

Asustada se paralizó del shock, pero unos brazos jalaron de ella hacia atrás perdiendo el equilibrio y arrastrándose siguió moviéndose en la misma dirección, el animal calló al suelo y siguió avanzando hasta quedar muy cerca de la chica, pero falló.

Breen aliviada subió la vista en busca de aquel o aquella que había salvado su vida y se encontró con Zach su ya conocido salvador.

—Gracias —dijo poniéndose de pie, sin perder contacto con sus ojos.

—No hay de que.

—Claro que si, arriesgaste tu vida por mí, ¿qué es lo que te pasa?

—Tú me pasas, todo lo que tiene que ver contigo me pasa.

—¿Por qué? Apenas me conoces.

—Ese es el problema apenas te conozco pero siento que te conozco de toda la vida, me haces sentir cosas que jamás había sentido por nadie en toda mi vida, me gustas Breen y mucho.

—Zach yo...

—Y sé que es tonto por qué nos acabamos de conocer pero hay algo en ti que es diferente a todas las demás, hay algo en tus ojos que me llama y no puedo negarme más.

—Zach, yo jamás he tenido novio ni siquiera conocía a un chico que no tuviera que ver con dinosaurios pero tú, tú también me gustas, tú también eres diferente para mí y me gusta.

Y en el momento más loco, Breen y Zach se a sinceraron con ellos mismos, con ambos y con las emociones frescas aún allí y con las palabras que acababan de pronunciar aún en sus bocas, se besaron, con tantos sentimientos que ninguno de los dos había experimentado antes.

Run With Me || Z.M. || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora