Capitulo 7 - "Planes".

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Fred POV.

-Fred, regresa a la cama –masculla Chris a mis espaldas.

Me doy media vuelta y dejo el teléfono sobre la mesita.

La casa de Chris tiene muchas paredes como la que está frente a mí, del suelo al techo y de lado a lado son completamente de cristal.

Afuera veo una parte de la ciudad y otra de bosque, no me sorprende tener tan buen paisaje desde las ventanas ya que siendo una ciudad rodeada de vegetación encuentras buenos lugares para apreciar.

-Tengo que volver al hospital –le digo.

Tomo nuevamente mi teléfono celular, únicamente viendo la pantalla sin prestarle atención.

Escucho los pasos de Chris a mis espaldas, acercándose y me doy media vuelta hasta pasar junto a él, palmeo su pecho y me dirijo al extremo de la cama, dejándolo de pie confundido.

Me pongo la ropa y anudo mis zapatos.

-Tienes demasiada presión –dice Chris cuando se sienta junto a mi-. Y no tienes motivo.

-Es solo que tengo que regresar a trabajar –repito.

-Trabajaste toda la noche. Necesitas descansar. Son las diez de la mañana, ven y duerme un rato.

-Descanso en la tarde. De verdad necesito hacer un papeleo importante.

-No es eso, Fred, lo sabes. ¿O es verdad? ¿Estas entregando tu vida al trabajo? Lo que tampoco esta bien.

Me encojo de hombros, por alguna razón estar junto a él en estos momentos me pone de nervios, y no de nervios buenos.

Como no continuo la conversación Chris se pone de pie y comienza a vestirse.

-Vamos –dice secamente.

Se ha molestado, pero en estos momentos no tengo ganas de hablar con él.

Bajo por la gran escalinata, que también es de cristal, y es un poco aterradora porque bajo mis plantas puedo ver lo alejado que está el primer piso.

La entrada principal también está hecha de cristal.

-Te gusta mucho la luz exterior, ¿verdad? –pregunto sonriendo.

-Si –me contesta inexpresivo.

Tiene la misma actitud que yo tenia hace un momento y entiendo como se sentía él, y eso que apenas me ha dirigido la palabra de esa forma una vez. Me pregunto que habrá sentido durante los treinta minutos que prácticamente lo ignoré.

Entro en su auto y lo espero hasta que se sube.

No quiero que Chris sienta que lo he utilizado o que, en cierto modo, me he aprovechado de él. Tenía una muy buena relación con él incluso después de que me confesó sus sentimientos, y creo que lo hemos arruinado todo.

Ninguno de los dos habla hasta que llega a los portones del hospital, y es un largo camino desde la orilla de la ciudad hasta aquí. Fue de los momentos más incómodos que he vivido.

-Esto fue solo sexo –digo, y no quería que sonara mal, pero ha sonado muy mal. Y lo noto en su rostro.

-Para mi no –replica.

-Oye –le llamo-. Lo siento.

-Me dijiste que no eras un niño, Fred –escupe-. Arregla tu mente y espero que te centres.

-Chris, podemos hablar si...

-¿Hablar? Encuéntrate a ti mismo, Fred. Porque siento que estás perdido, y me sorprendes. Y después hablamos.

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