Fred POV.
-Fred, regresa a la cama –masculla Chris a mis espaldas.
Me doy media vuelta y dejo el teléfono sobre la mesita.
La casa de Chris tiene muchas paredes como la que está frente a mí, del suelo al techo y de lado a lado son completamente de cristal.
Afuera veo una parte de la ciudad y otra de bosque, no me sorprende tener tan buen paisaje desde las ventanas ya que siendo una ciudad rodeada de vegetación encuentras buenos lugares para apreciar.
-Tengo que volver al hospital –le digo.
Tomo nuevamente mi teléfono celular, únicamente viendo la pantalla sin prestarle atención.
Escucho los pasos de Chris a mis espaldas, acercándose y me doy media vuelta hasta pasar junto a él, palmeo su pecho y me dirijo al extremo de la cama, dejándolo de pie confundido.
Me pongo la ropa y anudo mis zapatos.
-Tienes demasiada presión –dice Chris cuando se sienta junto a mi-. Y no tienes motivo.
-Es solo que tengo que regresar a trabajar –repito.
-Trabajaste toda la noche. Necesitas descansar. Son las diez de la mañana, ven y duerme un rato.
-Descanso en la tarde. De verdad necesito hacer un papeleo importante.
-No es eso, Fred, lo sabes. ¿O es verdad? ¿Estas entregando tu vida al trabajo? Lo que tampoco esta bien.
Me encojo de hombros, por alguna razón estar junto a él en estos momentos me pone de nervios, y no de nervios buenos.
Como no continuo la conversación Chris se pone de pie y comienza a vestirse.
-Vamos –dice secamente.
Se ha molestado, pero en estos momentos no tengo ganas de hablar con él.
Bajo por la gran escalinata, que también es de cristal, y es un poco aterradora porque bajo mis plantas puedo ver lo alejado que está el primer piso.
La entrada principal también está hecha de cristal.
-Te gusta mucho la luz exterior, ¿verdad? –pregunto sonriendo.
-Si –me contesta inexpresivo.
Tiene la misma actitud que yo tenia hace un momento y entiendo como se sentía él, y eso que apenas me ha dirigido la palabra de esa forma una vez. Me pregunto que habrá sentido durante los treinta minutos que prácticamente lo ignoré.
Entro en su auto y lo espero hasta que se sube.
No quiero que Chris sienta que lo he utilizado o que, en cierto modo, me he aprovechado de él. Tenía una muy buena relación con él incluso después de que me confesó sus sentimientos, y creo que lo hemos arruinado todo.
Ninguno de los dos habla hasta que llega a los portones del hospital, y es un largo camino desde la orilla de la ciudad hasta aquí. Fue de los momentos más incómodos que he vivido.
-Esto fue solo sexo –digo, y no quería que sonara mal, pero ha sonado muy mal. Y lo noto en su rostro.
-Para mi no –replica.
-Oye –le llamo-. Lo siento.
-Me dijiste que no eras un niño, Fred –escupe-. Arregla tu mente y espero que te centres.
-Chris, podemos hablar si...
-¿Hablar? Encuéntrate a ti mismo, Fred. Porque siento que estás perdido, y me sorprendes. Y después hablamos.
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Interior
RomanceOrión sabía que al entrar a un hospital psiquiátrico para realizar sus practicas profesionales se vería afectado emocionalmente por los pacientes. Pero nunca creyó que uno de ellos lo tocaría de manera especial: Gabriel Hills, doble intento de suici...