Capítulo 11

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Por fin es miércoles. Lo que significa que ¡es el viaje de estudios! Me levanto antes de lo habitual y me pongo una camiseta blanca, unos vaqueros, unas mustang y mis muñequeras. Desayuno, me peino, me lavo... Y me pongo a hecer la maleta. Ropa, perfume, zapatos, peines, el tinte... Pero la mayor parte de el macuto la ocupan el maquillaje y el potingue que preparamos para echárselo en el pelo a la gente.

Después de estar tres largas horas en el autobús, ya llegamos. Dejaron media hora para deshacer las maletas y guardarlo todo, pero nosotros teníamos ya otros planes...

-Estira más, debe estar bien tenso. Perfecto - estamos preparando las trampas. Ya hemos colocado unas tres de estas. Cuando alguien pise o tropiece con el hilo, le caerá una buena masa de harina derretida. También hemos puesto en algunas de las tuberías de las duchas tinte amarillo, verde o blanco. Por no hablar de que nos hemos adentrado en algunas habitaciones y hemos colocado en las camas o en los armarios bichos no muy deseados... Anny también se ha tomado la libertad de hacer que las pistas resbalen un poco. Al igual que Iker y yo, que hemos hecho que algunas puertas, cuando se cierren, no se puedan abrir.

Al día siguiente...

Hoy hemos hecho de todo: fútbol, tiro con arco, montar a caballo y tirolina. Para ser el primer día está bastante bien. Pero lo que sí está bastante bien fueron las tortas que se metieron unos cuantos en las pistas. Y lo mejor es que los monitores no se percatan de que es una novatada.

Nos duchamos porque olemos a caballo, y no es que sea un olor demasiado agradable, sobretodo para Marck, que se cayó de la silleta y acabó lleno de mierda. Literalmente. Y no de las pequeñas...
-Que rollo que las duchas sean colectivas.
-Desde luego. Ya podrían poner, al menos, una pared en medio.
Nos vestimos rápidamente. La mayoría de los chicos ya se han ido. Quedan dos o tres. Se van después de cinco minutos.
-No encuentro mi otro zapato.
-Te ayudo a buscarlo.
No tardo mucho en encontrarla, ya que las deportivas de Iker son fosforitas.
-La encontré.
-Graci...
Y entonces me resbalo y caigo sobre él. Estoy a centímetros de su cara. Puedo sentir su respiración. Nos miramos a los ojos todo el rato, sin decir nada.
-Lo siento.
-No pasa nada, te has resbalado. Y al parecer te he amortiguado la caída - responde frotándose la espalda.
Me río y le llamo exagerado. Salimos y proseguimos con las actividades.

Soy gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora