Angel oscuro

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Peter golpeó uno de los guardias en la cabeza, mientras Thomas se ocupó de los otros 2. Corrimos ágilmente por los pasillos. Llevabamos allí un buen rato y aún no habíamos conseguido encontrar a Cristina. Se estaban comenzando a preocupar.

- Tengo una idea - Dijo Thomas - Sigueme.

Le seguí hacia 2 guardias, Thomas movió el viento, dejando sin oxigeno a los 2 que instantáneamente perdieron el conocimiento. Se pusieron los uniformes de los dos hombres caídos y avanzaron con tranquilidad. Al encontrarse con un grupo de científicos. Peter se tensó, pero no pareció que se dieran cuenta del cambio. Paso un cuarto de hora, hasta que por fin encontraron a Cristina. Estaba en una sala blanca como en la que encerraron a Keren, pero esta no tenía ningún mueble. Unas largas cadenas negras, colgaban de la pared y llegaban hasta una hermosa chica de pelo negro y ojos verdes oscuros, su pálida cara miraba con horror a unos científicos que parecía que fueran a hacerle algo.
Rápidamente soltó el papel de aviso en el aire y vio como este desaparecía por una ventana medio abierta.

Estábamos a las afueras del laboratorio en Alemania. Alex y Jess estaban a mi lado. Cuando llegó Jess, le explicamos todo lo que había pasado, y ella decidió ayudarnos con el plan. Llevaban media hora allí dentro, los nervios me quemaban ferozmente. Era frustrante, quedarte aquí sin hacer nada, mientras tus amigos estaban ayudando dentro.

Me levanté de un salto, un papel azul se dirigía hacia aquí. Lo cogi, y se los enseñé a mis amigos.

- Coger 2 cada una. Uno para la entrada y otro para la salida - Dijo Alex enseñando los carmelos. Nos los repartió y nos los comimos pensando en Peter y Thomas, para que nos llevará junto a ellos.

Inmediatente aparecimos al lado de Thomas y Peter.

-¡Por aquí! - Dijo Peter. Lo seguimos hasta una puerta de hierro. - Keren toma estas armas. - Alargue la mano para coger una daga y un par de cuchillos que me oferia Jess, le sonreí con gratitud.

Entramos en la sala. Los científicos se giraron y nos miraron con la misma expresión seria. Uno le dijo algo en Alemán a unos guardias. Que rápidamente intentó pedir refuerzos. Mala idea, la unica manera de poder comunicarse para pedir ayuda, la habíamos bloqueado con la ayuda de un aparato de Alex.

- No deis ni un paso más o su cabeza rodará por los suelos. - Dijo la misma científica del otro día.

- ¡Parar! - Ordene yo a mis amigos con con voz autoritaria mirando cabreada a los científicos. Tenía la sensación de que me desmayaría en cualquier momento. Oí un objeto cortar el aire a mi espalda. Me gire justo cuando veía un dardo avanzar hacia mi, a una velocidad extrema. A la vez que ví como Thomas se ponía al medio y desviaba el dardo con una espada de filo.

- ¡Cuidado! - Grito Peter. Mire más allá de Thomas y vi como un grupo de 3 guardias nos miraba con determinación.
Junto ellos, 2 criaturas horribles se alzaban al lado de ellos. La primera era parecida a un león prehistórico, una enorme cola de escorpión resaltaba en la parte trasera de su cuerpo, unas enormes alas de murciélago salían de su espalda. La otra era una especie de serpiente enorme y retorcida, que se elevaba unos cuantos metros más arriba que nosotros. Ambas llevaban tatuadas una media luna con un árbol saliendo de esta, el mismo símbolo que llevaban todos los científicos y guardias en sus trajes.

Thomas y Peter se estaban ocupando de la serpiente, vi como Thomas escalaba por su lomo y le clavaba los cuchillos en las escalas. Peter abajo de mientras, iva esquivando los golpes que le lanzaba la serpiente con su cola e iva haciéndole tajos de un lado para otro.

Mientras, Jess se lanzó encima del medio león. Se sacó un cuchillo de una de sus botas y atacó al monstruo encertando en el ojo. La criatura soltó un horrible chillido mientras se lanzaba encima de Jess volando. En ese momento, Alex salto en el aire, empuñando una especie de ¿acha? -Gritó lleno de adrenalina mientras le cortaba una ala a esa criatura escalofriante. La cola de escorpión avanzó hacia Alex peligrosamente. Este la esquivó, sonrió satisfecho, pero esa felicidad no le duró mucho. Una garra le pasó por toda su espalda, arrancándole trozos de tela con ella. Alex cayó al suelo.
Justo cuando iba llamar a Alex, una voz se oyó a mis espaldas.

- Entregaté Keren, aún podemos ser géneros contigo. - Le di una patada a quien fuera el que estuviera atrás y lo lancé lejos, dejándome fuera de su alcance. Me quité el cuchillo del cinturón y lo lancé. La sangre corrió por su cuerpo cuando el cuchillo lo alcanzó, dándole en el cuello. 2 guardias más se lanzaron encima mío, mientras yo me quitaba la daga y apuñalaba al primero. Esquive al segundo dando un salto y batiendo las alas de forma que quede suspendida en el aire. Lanze con fuerza al otro, que ahora quedaba lejos de mi, con la ayuda del viento, dándole con una de las paredes y dejándolo inconsciente. Volví al suelo y ví que un científico se acercaba a Cristina con una inyección, clavándole en el brazo. Lo lanze al suelo con el viento, pero ya era tarde. Cristina me miró con sus ojos mas verdes que nunca.

- M-A-T-A-M-E - Susurro suplicando. Apenas la oí pero la entendí perfectamente. Pude haberle lanzado la daga y haber acabado con todo ese sufrimiento de una vez, al fin y al cabo, Cristina había elegido eso, pero no fui capaz. La mire con los ojos llorosos.

Un grito escandalizador salió de la garganta de Cristina, seguramente se le debieron haber roto las cuerdas vocales porque de repente el grito cesó, aunque ella seguí con la boca abierta. Con una fuerza sobrenatural rompió las cadenas y cayó al suelo rascándose la espalda con unas uñas larguísimas que ahora le salían de los dedos. Comenzó a sangrar de allí donde le se rascaba. Una mancha negra comenzó a extenderse por sus ojos, dejandolos negros como el carbón, mientras su sangra corría por el suelo.
De repente una cosa negra comenzó a salir de la espalda de Cristina, mientras ella se retorcía de dolor. Unas grandes alas negras, como sus ojos. Se extendieron de su espalda como 2 grandes abanicos. Cristina dejo de retorcerse y miro con furia a los científicos que le habían echo eso. Sonrió maleficamente. Un tornado comenzó a formarse a su alrededor sin afectarla. Estiro el brazo y vio como a los científicos se les ponían los ojos rojos y la cara se les volvía morada. Caieron al suelo muertos, mientras Cristina los miraba con satisfacción.

- Cristina... - Susurré yo sin creerme lo que estaba viendo. Cristina, a quien no podía resistir ver sangre ya que le entraban ganas de vomitar cada vez que veía, la que lloraba cada vez que encontrábamos un pájaro muerto en el patio. Acababa de matar 4 personas. Y todo por su culpa. Sus amigoa, una vez acabado con los monstruos miraron el espectáculo estupefactos.

- Volveré a por ti Keren - Sonrió haciendo poner a Keren los pelos de punta. Dicho esto el tornado aumento más y salio disparada hacia el techo, rompiendolo y saliendo al exterior. El tornado cesó.

Keren se hizo un ovillo, y rompió en llantos. Se rodeó el cuerpo con las alas como si así la protegieran de la verdad.
Peter se acercó a su lado, ella abrió las alas para verle y le abrazo llorando por su pérdida. Y recordó a Cristina pidiendole que la matara. Y ella, ignorándola. Ahora Cristina era un monstruo y Keren era la culpable de eso.
Escondió la cabeza en el pecho de Peter, que la abrazaba con intención de que él la consolará. Peter le acarició el cabello suavemente. Mientras le susurraba.

- No es culpa tuya...

Lágrimas De Un Ángel  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora