Lo bueno dura poco

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Pov. Keren

Me desperté en un cuarto con las paredes blancas y algún que otro extraño utensilio. Estaba estirada en una camilla también blanca y un par de personas estaban a mi alrededor curandome las pequeñas quemaduras que me había echo la noche anterior.

-Keren -Dijo una de las figuras que estaban dentro de la habitación al ver que estaba despierta -Keren ¿Puedes oírme?

Todos los recuerdos de la noche anterior comenzaron a venirme a la cabeza. El fuego, la falta de aire, los niños caiendo al suelo... Comenzé a apretar fuerte los puños, las uñas se me clavaron en la palma de la mano dejándome una marca roja mientras la sangre corría dejando la camilla Blanca con unas manchas rojo oscuro.

-¡Keren! Escucha por favor -Dijo la otra persona intentando calmarme. Las lágrimas me comenzaron a caer por la mejilla.

-¿Y Cris? ¿Donde esta Cristina? -Dije yo con la voz temblorosa. Esa noche no había estado a mi lado y fue buscandola como acabé así.

-Tranquila, Cristina esta bien. -Contesto la persona mi derecha -Consiguieron evacuarla antes de que le pasara algo malo.

Al oír eso , me tranquize, deje de apretar tan fuerte los puños y asentí con la cabeza entendiendo lo que me decían. Con una mano seque las lágrimas que aún corrían por mis mejillas. Y sonreí aliviada.

-Keren, sufriste algunos daños esa noche. Estabas en el medio de todo el incendio, fue un milagro que sobrevivieras con tan solo un par de quemadas i rasguños superficiales. -Miré cuidadosamente mi cuerpo y comprendí a que se refería el medico. Unas pequeñas marcas rojas se extendían por los brazos y las piernas junto con algún que otro rasguño, recordó como el fuego se lanzó encima suyo esa noche, debía estar toda quemada. Pero no se como, no parecía muy afectada.

-Debes descansar un poco, te prometo que en cuanto puedas levantarte, podrás ir a ver a tu amiga, tal vez dentro de un par de días. -Dijo el otro médico.

Los días transcurrieron bastante rápido. Pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo. Las heridas se habían ido cerrando bien y ahora solo había unas grandes marcas blancas que con el tiempo, según me dijeron los médicos, también acabarían desapareciendo.

Algunos compañeros habían venido a visitarme algún dia, ellos me explicaron un poco de lo que paso. El fuego lo había quemado todo, el horfanato entero había tenía que volver a la ciudad.

-¿Estas preparada? -Pregunto uno de los encargados del hospital.
Por fin habían pasado 2 días y había comenzado a insistir que quería ver a Cristina. Los médicos al principio se habían negado per al final acabaron permitiéndole ver a su amiga, llevando a alguien a su lado todo el rato por si me pasaba algo.

-Lista - Contesté yo con emoción en la voz, por fin podría ver a mi amiga, la echaba tanto de menos.

Salí del hospital junto al encargado, dirigiéndose al otro hospital donde estaba ingresada mi amiga. Intentó establecer algún tipo de conversación con mi acompañante pero se veía que a él no le gustaba mucho hablar. Me llevo por una serie de callejones hasta llegar a uno que no tenía salida. Allí no había nadie, solo ella y el encargado de pocas palabras. Comencé a poner me nerviosa. ¿Porque le había llevado ese hombre allí?¿Porque no estaban al hospital? Abrió la boca para preguntarle.

-¿Porque no está...? -No pude acabar la pregunta. El hombre había cogido un líquido de su bolsillo y me lo había pinchado en el brazo. Noté como el cuerpo me comenzaba a pesar y como lentamente caía a los brazos del hombro mientras la oscuridad me tragaba.

Lágrimas De Un Ángel  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora