Capítulo 4

536 40 1
                                    

-Aquí les entrego su orden señoritas - Nos dijo una pelirroja, supongo que tendría unos 24 años al igual que nosotras y su nombre era Samanta según su remera.

- Gracias - dije sin ganas, pero esa chica no paraba de sonreírme, realmente era preciosa pero yo no estaba de ánimos, mientras Sofía seguía perdida en su celular, la pelirroja me saco de mi trance.

-Tranquila que parezco pero no muerdo, jamás te dejaría la cara de esa manera, que inútil quien te hizo eso no sabe de lo que se está perdiendo - Me guiño un ojo y se fue dejándome totalmente colorada y no por mi cachetazo, sino porque era la primera vez después de 4 años que alguien me hacia un cumplido, bueno para mí fue lo más parecido a un cumplido y no digo que en estos 4 años nadie me haya dicho algo pero era la primera vez en estos 4 años que le prestaba atención.

-Ok, si quieres me voy y puedes compartir la pizza con esa pelirroja- Decía Sofía haciéndose la ofendida.

-Oh disculpa, creí que seguías con tu celular. -Comimos y bromeamos un poco, me saco varias sonrisas y eso me hizo bien, estaba cansada de llorar pero era imposible no sentir esa presión en mi pecho, tampoco podía dejar de sentirme incomoda, cada vez que la camarera tenía que atender la mesa de al lado, rosaba su mano con la mía que estaba al borde de la mesa, se disculpaba diciendo "fue sin querer" y me sonreía, llegue a un punto donde no sabía si los de al lado la llamaban a cada rato o ella iba solamente para coquetearme más de cerca, tuve su mirada en mi nuca todo el tiempo, por suerte ya nos teníamos que ir, pague la cuenta y cuando me dio el cambio, puedo jurar que toco mi mano de más, como si fuese una caricia más que un intercambio de billetes.

-Pero que intensa- Me dijo Sofía riendo, mientras nos dirigíamos al estacionamiento, nos subimos a su auto y pasamos por el supermercado.

- So, tengo que comprar algunas cosas, déjame aquí luego tomo un taxi

-Segura?, no me molesta esperarte

-No te preocupes, ya hiciste mucho por mi hoy, gracias

- Como quieras mi rubia, nos vemos mañana

- Que no soy rubia! Jajaja hasta mañana- Le di un abrazo y me baje del auto.

Mientras buscaba un carrito pensaba porque su obsesión de decirme rubia soy castaña de ojos grises, siempre quiere hacerme enojar porque sabe que me molesta que me diga as... - Iba tan distraída y pérdida en mis pensamientos que choque con una mujer, tendría unos 40 años y unos hermosos ojos esmeraldas, con unas arrugas debajo de ellos, llevaba un saco negro, unas calzas grises, tenía unos rulos rebeldes en su rostro y unas botas de lluvia... ¿A caso iba a llover y no me entere?

-Discúlpeme iba tan perdida en mis pensamientos que no la vi.

Me hizo un escáner con su mirada y creí que iba a matarme, pero luego elevo la comisura de sus labios en una media sonrisa -No te preocupes, paso desapercibido para mi marido, puedo pasar desapercibido para cualquiera - Agacho su mirada y esa confesión hizo que mi corazón se encogiera.

-Oh no, por favor no diga eso, simplemente soy una estúpida que no vio por donde caminaba

- No te preocupes linda, estoy buscando la góndola de fríos, tengo una adolescente con problemas amorosos y necesita un helado de chocolate con almendras como antidepresivo, ¿podrías ayudarme?

-Claro, es lo mínimo que podría hacer por usted, justo buscaba lo mismo
-Veo que no soy la única con problemas amorosos -La mire confundida - Lo digo por tu mejilla.

- Oh, eso me pasa cuando no controlo lo que digo. Emm... no sabía que usted también estaba con problemas amorosos, creí que era su hija

- Oh mira aquí están, justo quedan dos, toma uno, no me gusta que me traten de usted, y no tengo una hija, simplemente tengo una adolescente dentro mío, mis arrugas son las marcas de la vida y solo la llevo por fuera, dentro mío tengo juventud plena - Me guiño un ojo y me sonrió, con una sonrisa que creí haberme derretido en ese instante, le sonreí y asentí mientras ella se marchaba, freno a mitad de pasillo y se dio vuelta conectando su mirada con la mía -Por cierto, gracias por ayudarme, a sido un honor chocarme contigo.

- Oh, no se preocupe y el honor fue mío.
Ví como desaparecía por el pasillo, tenía una sonrisa boba en mi rostro, esa mujer... Tenía algo, esa sonrisa, esos ojos... Nunca vi unos iguales... Eran realmente preciosos.
Salí de mi trance cuando un señor me choco, pero no era como la señora de rulos, este ni siquiera me pidió disculpas y mucho menos un helado, pero si así hubiese sido supongo que le hubiese dicho que le pregunte a los encargados.
Compré algunas cosas para la casa, y cuando salí del supermercado, llovía torrencialmente, la parada de taxis estaba desierta y la luz del supermercado se apago detrás mío, debía llamar un taxi pero con esta lluvia iba a tardar en venir, ya era demasiado de noche y las calles estaban oscuras, mientras buscaba mi celular y trataba de no mojarme tanto, un auto freno delante de mí - ¿Te llevo rubia?- sonreí porque creí que era Sofía pero cuando levante mi vista...




Gracias por leer !!!

Me perdí en sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora