Capítulo 13

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Me levante a las 8, era sábado y había pedido el día a pesar de que mi madre insistió que estaba bien, que yo podía continuar con mi vida, de todas maneras preferí quedarme.
Fuí a comprar alguna torta a la panadería, mientras la compraba me reía sola. ¡Qué ironía!, a mi mamá le encantaba la repostería y le salió una torta...
Llegué a casa y entré a la habitación de mi madre, quería asegurarme que estuviera bien.

Estaba sentada en un pequeño escritorio, tenía los anteojos casi en la punta de la nariz, eran de un marco blanco, tenía los ojos rojos, estaba llorando, tenía las mejillas mojadas, estaba mirando unas fotos y leyendo unas cartas, cerré la puerta silenciosamente y fuí a la cocina a preparar el desayuno.

Ya conocía esas cartas de memoria. Era de algún viejo amor del cuál jamás conocí su nombre, no era mi padre, eso lo puedo afirmar con los ojos cerrados ya qué ran cartas muy viejas, con fechas anteriores a él.

Nunca supe bien porque terminaron con él autor de esas cartas, no me anime nunca a preguntárselo, la vez que me encontró leyendo una terminé yendo al colegio con mi mejilla marcada, y aunque ya estoy grande no quiero saberlo, quizás así sea mejor.
Dicen que si uno busca encuentra y yo no quiero encontrar nada.

-¡¡Mamá a desayunar, tienes que tomar las pastillas!!- le grité desde la cocina, pero ella no vino, cuando entre a su habitación tenía una mano en el pecho, no podía respirar -Mamá calmate, vamos al hospital ya mismo- no había tiempo para buscar su carnet y llevarla a la clínica correspondiente.
......
-Sofí, no se cuánto más aguantaré
-Tranquila mi rubia, cuando salga del trabajo ire para allá enseguida
-Gracias por estar, pero no te preocupes, es solo una recaída, esta en observación si mejora vuelve a casa, cualquier cosa te aviso
-Bueno, te quiero
-Yo igual- corté y suspire... ¿Qué hubiese pasado si hubiese ido a trabajar cómo mi madre quería? sacudí la cabeza, no quería pensar esas cosas.

Mi celular comenzó a sonar.
-Diga...
-Sino me quieres ver directamente ni me atiendas, pero no me hagas venir y pasar el ridículo, llevo media hora esperándote
-PERDÓN, lo olvide por completo
-Entiendo, no debo ser lo suficientemente importante para que me tengas en cuenta
-No es eso Sam, ¿Podrás venir dónde estoy y tomamos el café aquí?
-¿Y dónde estás?
-En el hospital más cercano que encontré de mi casa
-¿Te pasó algo? Discúlpame no sabía, ya voy para allá- y antes de poder decir algo, me había cortado.

15 minutos por reloj exactamente y Samanta estaba aparcando su auto, yo estaba esperandola en la entrada, bajo tan desesperada que ni siquiera me distinguió cuando pasó por al lado mío, entré tras ella y le hablaba de manera inentendible a la recepcionista.
-Digame que tiene
-¿Quién señorita?
-Lucía!
-Sí me dice el apellido podré ayudarla
-No lo sé, ni siquiera recuerdo si alguna vez me lo dijo
-Lo siento, no puedo ayudarla

Estaba detrás de ella y se veía tan linda preocupada por mí.
-Cobain, mi apellido es Cobain
Me dio una mirada rápida -oh gracias- se dio vuelta y arruge mi frente en modo de confusión -Señorita, Lucía Cobain se llama!!! - La chica se río y negaba con la cabeza
-No creo que este internada aquí
-Pero me dijo que estaba aquí
Hice una tos falsa y me puse al lado de ella
-No soy mentirosa, pero es mi madre quién está internada, no yo- me miró y me abrazó fuerte
-Gracias al cielo estas bien,  ¿Qué sucedió?
-Vamos a tomar un café y te cuento...
........
-Y eso sucedió
-¿Porqué no me llamaste?, te hubiese acompañado con mucho gusto
-No te preocupes, ya paso
-Va a mejorar, tranquila
-Eso esperó
Luego conversamos de cosas sin importancia, como el lindo animal que tenía una enfermera de Pediatría en su chaqueta o qué me parecía si le cambiaba el color a si auto, entre otras cosas... me hizo bien que venga, necesitaba tanto despejarme un rato.
-Señorita Cobain, puede pasar a ver a su madre
-Vamos - le dije a Sam y me sonrió
-¿Quién le dirás que soy?
-Una amiga
-No esta mal, tienes razón soy una amiga- puso su mano en la manija de la puerta dónde se encontraba mi madre- por ahora- me guiño un ojo y abrió la puerta.
-Su madre esta estable, puede volver a casa
-¿Enserio? Buenisimo esta comida es una porquería- dijo mi madre como si fuera una niña de 4 años
-MAMÁ- la regañe y se río
-Estoy de acuerdo con ella- dijo Sam
- Estuve aquí desde la mañana, almorcé y merende acá, no quiero ni saber la asquerosidad que es la cena- le comentaba a Sam y ella asentía y reía.
-¿Quieres venir a cenar?- le dijo mi madre, me asombre, desde que se enteró que era lesbiana, todas mis amistades le caían mal, aparte ni siquiera le había preguntado quién era.
-No lo sé- me miraba esperando qué le insista yo también
-Vendrá, Sofía nos esta esprando con carne al horno con papas
-Vamos, apuremos que quiero comida de verdad
La cara de Sam cambió por completo, no quise coquetearle pero fue más fuerte que yo
-Tranquila, no es competencia- le susurre al oído y me reí porque me acorde de Emma, ¿Que sería de ella?

Esperábamos a mi madre fuera de su habitación.
-Creí que ibas a ayudarme con Emma, pero terminaste coqueteandome
-Jajaja Así que Emma era el nombre de la mujer de rizos eh
-Ajá- reprimi un suspiro, hasta recordarla me ponía mi mundo de cabeza
-Tu tampoco te quedaste atrás, me coqueteaste delante de tu madre
-Te lo dije en el oído, seguro que no alcanzó a oír
-Bien, no es mi intención ayudarte con esa mujer, pero sí asi lo deseas...
-No voy a ausarte Sam
-Bueno Lucí
-Vámonos de aquí antes de que se arrepienta el doctor- dijo mi madre saliendo de su habitación
-Mamá vé con Sam, así corroboramos de que no nos falle y venga a cenar
-Ok- La agarre del brazo y la dirigió a la salida
-Tomé señora...
-Bea- le dijo mi madre
-Entré al auto, ya la alcanzó, es aquel que esta allí- mi madre hizo caso
-¿Hay algo que quieras decirme?
-No me iba a escapar Lu
-Si quieres le digo que suba a mi auto
-No, la llevó yo... Símplemente quería decirte eso
-Bien
-Lu...- me miraba y no sabía como reaccionar, esos ojos los conocía... Ese brillo es el mismo con el que miro a Emma... ¡Aunque Emma no me mire igual! No puedo negarme a otros amores por querer en silencio a alguien que no me quiere.
-Sam... Yo...- Me beso en la comisura de mis labios
-Shh, no voy a intentar nada con vos Lu, necesitaba hacer eso... Prometo que no se va a repetir
-¡Vamos nuerita que tengo hambre!- Le gritó mi mamá desde el auto, me puse colorada
-Ahora explicáselo tú
-Jajajaja sí mi capitana
Le di un beso en la mejilla y me subí al auto, espere que ellas arrancarán.

¿Estaba mal si quería dejar que las cosas fluyan con Sam?
-Emma ni siquiera me registra- me contesté en voz alta, abroche mi cinturón y encendí el auto, antes de arrancar dí una vista rápida al parqué de enfrente del hospital...

Estaba allí, apoyada en un árbol. El sol en su rostro, sus hermosos ojos, era la perfección posada en ese paisaje, me vío, me sonrió de manera triste y movia su rostro en forma de negación, sonrió y se fue, me quedé ahí, sin saber que hacer, ¿Y sí vio a Samanta cuando me beso?¿Y sí oyó a mi mamá?
-Mierda- murmuré y le pagué al volante

Gracias por leer!!!!!!!💋💋💋💋💋💋

Me perdí en sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora