CAPÍTULO 1

17.5K 788 678
                                    

Tenía las manos llenas de sangre. Docenas de personas corrían presas del pánico, gritando aterrorizadas. El griterío era cada vez mayor, cada vez con más desesperación. En su huida algunos se daban la vuelta y me miraban, entonces sus rostros se estremecían. Había cadáveres por todas partes, estaba completamente rodeado de muertos.

Fijé mi vista en otra persona, la siguiente víctima. Corrí a por ella.

Cada segundo estaba más cerca de su cuerpo, iba a despedazarla. Se dio un momento la vuelta y se percató de que la perseguía, soltó un chillido y siguió corriendo. No tardaría mucho más en darle caza.

Giraba la cabeza para comprobar la distancia cada segundo, y cada segundo veía cómo estaba más cerca. El miedo la inundó, sus piernas empezaron a flaquear. Perdió el equilibrio y tropezó. Se dio la vuelta, apoyando sus codos contra el suelo, estaba demasiado exhausta para seguir. Llegué hasta ella y comencé a mirarla, observándola antes de matarla.

Quería que sufriera.

-¡Por favor... no... por favor... Brian... se que estás ahí! -susurró entre llantos y gemidos.

Su voz retumbó como una explosión en mi cabeza, quería matarla pero algo me frenaba. ¿Es posible que la conociera? Me resultaba familiar su bello rostro. Mi ira estaba disminuyendo, pero no duró mucho tiempo. Empecé a golpearme la cabeza para retomar el control, ¿pero seguro que era la parte que yo controlaba la que quería matarla? La ira volvió a inundar mi cuerpo y me acerqué amenazador hacia ella, dispuesto a matarla.

-¡Nooooo! -grité con todas mis fuerzas.

Una puerta se abrió y unos apresurados pasos se dirigían hacia mi cama. Era mi madre.

-¡Brian, cariño! Tranquilo hijo, cálmate. Solo ha sido una pesadilla -dijo mi madre intentando calmarme.

Me agarró y me abrazó bien fuerte.

-¡No! ¡No! ¡Los he matado! ¡Los he matado a todos! -grité yo, que todavía no estaba en mis cabales.

-Hijo tranquilo, estoy aquí, estoy aquí. Escucha mi voz. Era una pesadilla -me susurró sin dejar de abrazarme, cosa que me reconfortaba. Poco a poco me iba calmando.

Miré a mi alrededor, todavía pensando que lo que ocurrió en mi cabeza fue real.

Observé las cosas que me rodeaban y comprobé que estaba en mi habitación, a salvo y sin muertos. Me fijé en mi cama, en mi pequeño escritorio, en mi lámpara, en la ropa que había tirada por el suelo... en mi madre. Ella estaba ahí, conmigo.

-Mamá, yo... -no sabía que decir, estaba un poco avergonzando por el numerito.

-Ha sido esa pesadilla otra vez, ¿verdad? -preguntó mientras me soltaba para poder verme la cara.

-Sí, otra vez. No lo entiendo, es el mismo sueño desde hace semanas y cada vez que sueño hay unos segundos nuevos antes de despertarme. La próxima vez creo que mataré a esa chica -dije recordando la chica a la que perseguía en mi sueño.

-¿Qué? -preguntó ella, confusa. No le hablaba casi sobre la pesadilla, yo al principio no le di demasiada importancia, eso por no mencionar que me avergüenza un poco.

-Es solo una pesadilla mamá, puede ser por el estrés o por... -me interrumpió antes de acabar mi patético intento de librarme de esa conversación.

-Brian, cuéntamelo. Hablo en serio esta vez -me estaba mirando con total seriedad, no saldría de esa habitación hasta contárselo.

Hice un gesto de agobio, pero acabé cediendo.

Las Crónicas Del Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora