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3 meses después

Ryeowook diviso la lluvia recorriendo las ventanas de cristal, el clima estaba tan frio como su corazón desde aquel día en que lo vio partir. Él se consideraba alguien valiente ante las habladurías de las personas pero ahora sin tener ese muro que lo soportaba era consciente de que actuaba como un cobarde, tenía tanto miedo de salir a la calle para ser juzgado, su nuevo apodo "el hombre insuficiente" lo lastimaba tanto o más que la ausencia.

La familia de Jong Woon lo visitaba frecuentemente, Ryeowook trataba de distraerse todo lo posible para evitar pensar en él, seguía amándolo y aunque no haya recibido ninguna carta hasta el momento sus sentimientos se negaban en desaparecer.

Era irónico, tal vez él ya tuviese una vida mejor.

Ryeowook sonrió sin ganas tocando las notas tristes de su instrumento, lo más lógico es que Jong Woon ya estuviera feliz sin él a su lado.

- Mi señor-el mayordomo sonrió levemente haciendo una reverencia-ha llegado el correo-Wook no emitió ninguna emoción, después de tantas veces de haberse decepcionado lo único que le quedaba era ignorar el tema y seguir encerrado en el estudio hasta altas horas de la madrugada. Se le veía más delgado y pálido que de costumbre, su apetito como su ganas de sonreír habían desaparecido cuando transcurrió su primer mes sin verlo, comenzaba a pensar que su regreso sería una mentira

- Déjelo sobre el escritorio, apuesto a que son las facturas por pagar de este mes

- Señor, disculpe-Wook dejo de tocar las teclas del piano para mirar al hombre-Hay una de su esposo-su rostro de sorpresa se hizo presente y de inmediato se levantó acercándose al mayordomo, con una sonrisa comprensiva el hombre asintió brindándole los sobres del correo antes de marcharse de manera cortés.

Sus dedos temblaron al reconocer la caligrafía de la persona que amaba, aun no leía el contenido y ya las lágrimas se estaban derramando sobre sus mejillas a causa de la frustración, de la preocupación de no saber nada de él en todos esos mees transcurridos.

Suspiro para sí mismo tratando de calmarse, el corazón se le aceleró y camino lentamente hasta el mueble de cuero rojo antes de ver otra vez la lluvia decorando su ventana.

- Es un día triste, como desde que se fue

Sin más desprendió el sello del pergamino causando que este se desplegara de golpe, las letras eran pequeñas, el contenido de la carta era largo y supo que había esforzado su mente a redactar algo interesante o tal vez no sabía cómo escribir las palabras adecuadas para pedirle perdón.

Se rió con ironía, nadie entendía cuan lastimado estaba.

Ni siquiera su propio esposo.

21 abril 1962

Amor

Las cosas están algo complicadas aquí, me he visto forzado a salir corriendo y a viajar sin rumbo alguno por las inmensidades del mar. Es difícil encontrar quien lleve las cartas hasta tus manos y en parte no sé cuándo llegara la correspondencia. Pero quiero pedirte que no te enojes porque día a díaescribo algo pensando en lo que estás haciendo en este momento. El hombre que lleva las cartas me dijo que llegarían con un mes de retraso así que supongo que ya habrán pasado casi tres meses desde que observe por última vez la dulzura de tus ojos claros.

A través del tiempo he comprendido que tu no solo eres mi esposo, más que eso te has vuelto tan importante para mí que en este momento me siento débil ante cualquier obstáculo que como Duque de Seúl se me ha presentado. Sé que me marche sin darte una razón justa, aunque me arrepiento un poco sigo queriendo que vivas tranquilo mientras yo estoy en la distancia, por ello si bien me duele tengo que guardar silencio.

Te Elijo A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora