16

530 55 4
                                    


Ryeowook se encerró en la habitación después de la discusión con su esposo, no era como si no estuviese confundido desde hace unos días cuando tomándolo por sorpresa regresó, sin embargo estaba demasiado confundido con todo lo que había sucedido en los cinco años que estuvo lejos. Si, aún lo amaba. Pero no era ese mismo amor que tuvo antes de que se fuera, Ryeowook creía que eso se debía a que había sido el único hombre que lo había hecho estremecer, con caricias, con besos y con palabras. Todas sus canciones tenían un significado, guardaban la tristeza de la ausencia de la persona amada, porque siempre quiso una explicación a todo el sufrimiento por el que tuvo que pasar. Jong Woon estaba arrepentido, podía verlo en sus ojos oscuros y a pesar de que eso debería hacerlo sentir bien no era el caso, todo lo contrario sentía una ganas impresionantes de abrazarlo para consolarle y aun con todo eso se repetía una y mil veces que debía odiarlo, no podía, era el único hombre del que se enamoró y por alguna razón le era imposible sentir lo mismo por alguien más.

Pero aun con todo eso estaba el hecho de que le permitió acceder su cuerpo, y la puerta volvió a abrirse, convirtiéndolo en alguien vulnerable esclavo de sus propios deseos. ¿Qué tenía de malo besarle y amarle?

Todo

Esa era la simple respuesta a aquella pregunta complicada que se había formulado, tenía todo de malo porque el también sufría, él también pensaba que todo estaba perdido y que a pesar de que el deseo seguía allí no era suficiente. Jong Woon era un hombre posesivo, inteligente y cariñoso, sin embargo esas cualidades parecían haber cambiado desde que regresó, seguía siendo alguien celoso y no podía negar que aquello le gustaba, a pesar de que en algunas ocasiones sus preguntas eran dolorosas él se sentía suyo, no se lo quería reconocer pero nunca dejó de pertenecerle.

Debía ser más fuerte, controlar sus impulsos y pensar en las palabras de Henry. El hombre tenía toda la razón del mundo, Jong Woon le había hecho demasiado daño y él no debía perdonarlo sin más, no se lo merecía. Parte de eso había llevado a aclararle las cosas esa misma noche, no se podría controlar teniéndolo en la misma cama, no era consecuente de lo que podía suceder si lo tenía tan cerca.

Estaba volviéndose loco, esa era la verdad.

- Vamos Wook, debes dejar de pensar en Jong Woon, al fin de cuentas él es el que debe ganarse tu confianza-se dijo a si mismo dejándose caer sobre la cama de madera cobriza-no recuerdes lo que paso, tienes que ser fuerte y controlarte a sus caricias, no mas Ryeowook, no muestres que aun eres débil a todo lo que haga y de esa manera será más fácil.

Sin más cambio su ropa a una más cómoda, no quería pensar en su esposo por mucho tiempo, no esa noche.

***

A la mañana siguiente escuchó las risas de su niña, se despertó perezoso estirándose entre las sábanas para poder volver a comenzar un nuevo día. Sonrió para sí mismo, la pequeña causaba que fuera feliz a pesar de todo lo que estaba sucediendo últimamente, no le sorprendió cuando los vio a los dos en el cuarto de Sung Hye mientras jugaban.

Parecía que a ella le agradaba su esposo, supuso que en algún momento deseó adoptar un bebe y conformar una familia junto al mayor. Antes de que se fuera a ese viaje Ryeowook pensaba muchas cosas sin sentido, ahora simplemente todo era demasiado difícil como para saber a ciencia cierta qué era lo que iba a suceder en un futuro.

- No más. Me haces cosquillas-se retorció en la cama distendida, Jong Woon sonrió para sí mismo atacándola mas

- Has perdido, este es el castigo

- No ¡Appa!-Wook sonrió y se acercó ellos, en ese instante se detuvo y Sung Hye respirando agitadamente se acercó al castaño para que este la alzara

Te Elijo A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora