Final

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Los dos días transcurrieron hasta que llegó el tan esperado cuatro de noviembre, Ryeowook se había quedado en la casa de la pareja Cho porque quería que todo fuera especial, estaba siguiéndole el juego a su esposo quien se veía muy animado de celebrar su aniversario de bodas con un baile de antifaces. Wook sonrió, los bailes nunca le habían gustado lo suficiente como para añorar estar en uno, siempre que iban a un evento así los jóvenes que acababan de debutar observaban a su esposo y eso le molestaba lo suficiente como para querer abandonar la fiesta y regresar a casa. 

Sin embargo ahora era diferente, ellos habían soportado muchas cosas juntos, obstáculos que no todas las parejas superaban y allí estaban, juntos pese a todos esos inconvenientes.

Observó su traje negro, era precioso a la vista con algunos brillantes en los botones que ajustaban la chaqueta, Wook se sonrojó de solo imaginar la reacción de Jong Woon cuando lo reconociera en el baile.

― Se ve increíble—Sungmin le sonrió—creo que al señor Kim va a gustarle mucho

― Eso espero

― No este nervioso—Wook asintió

― Deberías tutearme, hace mucho dejamos de ser tan formales el uno con el otro

― Lo siento, es la costumbre—Sungmin le sonrió arreglándole la corbata—debe ser muy emocionante hacer este tipo de eventos, ustedes no sabrán como van a ir vestidos y deben buscarse el uno al otro. Es muy romántico.

― Lo es, aunque yo estaría feliz con pasar la noche juntos sin necesidad de todo esto—Min le golpeo el hombro

― No desperdicies estas oportunidades

― También sé que tienes razón

― Aquí está tu antifaz

Ryeowook sonrió al ver que quedaba perfecto con su conjunto nuevo, estaba muy emocionado porque vería a su esposo, solo él podría tenerlo, solo él podría besarlo y hacerle el amor. Tal vez antes no veía con claridad que el mayor lo amaba y por ello sus celos jugaban de una manera negativa para ambos causando que discutieran, sin embargo el mayor siempre intento ser comprensivo y solucionar las cosas de la mejor manera, demostrándole que no tenía razones para dudar.

― Llego la hora

Ryeowook asintió, eran las siete de la tarde exactamente, todos llevaban antifaces aunque no eran muchas personas. Sungmin fue al lado de su esposo una vez pudo reconocerlo, según le había dicho su relación había mejorado bastante y ahora no se sentía tan temeroso de decirle lo que pensaba.

Wook sonrió, muchas veces pensaba que su madre era demasiado obstinada con eso de los modales, Jong Woon parecía divertirse cada vez que actuaba como un rebelde y al final no necesito de todas esas lecciones para ganarse su amor.

Lastimosamente su madre era tan avariciosa que termino en un burdel, siendo algo que no quería ser, pobre.

No esperaba menos para alguien como ella, Wook siempre había sido consiente de que su padre quería hacerla feliz porque estaba enamorado de ella aunque él también sabia la clase de mujer que era y por ello aunque nunca consiguió que cambiara al final se rindió en obtener algo que no le iban a dar.

Su final era uno feliz, Jong Woon estaba a su lado, Sung Hye lo adoraba como si fuese su verdadero padre y Henry se había casado con alguien que si lo amaba de verdad.

Todas las personas importantes por fin tenían un tiempo de paz después de tanto.

― Que aburrido—reconoció la voz ronca de inmediato—siempre lo mismo, parejas bailando, cortejando y buscando dinero

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