capítulo 7.

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C A P Í T U L O 7.

Sophie era bastante liviana y lo agradecía pues tuve que cargarla en mis hombros, aunque no por mucho pues nuestro destino era bastante alejado y sin duda alguna levantaría sospechas llevar a una chica inconsciente en mis brazos, por lo que la deje tras un árbol y busque una forma más rápida de movilizarnos, a mi suerte un muchacho visiblemente borracho venia conduciendo un auto negro ni muy grande ni muy pequeño. Cubrí mis ojos con  una máscara color blanco con líneas doradas adornandola, me acerque a la calle y apreté mi arma fuerte, las pistolas no me volvían loco pero en este caso era lo mejor.
Al verme apuntar el vidrio con un revolver el auto se detuvo,  con arrogancia me acerque al vidrio y amenaze a el tipo borracho.
-Sí te queda un poco de lucidez, te bajaras.
El muchacho comenzó a llorar y se lanzó bajo el auto, era divertido ver como suplicaba por su vida.
-Hiciste bien niño. Subí y apreté el acelerador, aunque era tentador matarlo, no podía, sie quemo en el infierno lo haría por algo que valiese la pena, Me devolví hata donde había dejado a la pequeña y la puse arriba del auto.
Conduje hasta que un bello amanecer inundó el cielo escondido entre los árboles de la carretera, ya habíamos llegado. Nos encontrábamos en una pequeña cabaña que mi papa había construido a mi madre cuando aún funcionaban sus neuronas. Era un lugar oculto y alejado era perfecto para ocultarse.
Detuve el automóvil y me dirigí hacia la parte de atrás. Sophie aun dormía, con "suavidad" la agite para que despertarse.
-Sophie... Ya despierta mocosa...
La muchacha se movió bruscamente hacia atrás quedando pegada a la puerta apuntaba hacia mi con unas tijeras que no tenía idea de donde las había sacado.
-Dejame en paz maldito asesino.
Escupió con furia.
Reí con arrogancia.
-¿miren nada más,  quien es la que ayer suplicaba por ayudarme?
-Yo no suplicaba, te manipulaba sabes que soy peligrosa para ti, Dereck. Marco de forma exagerada mi nombre.
-¿Tu peligrosa, no me hagas reír niña? Mentí.
Ella oculto su rostro entre sus rodillas sin bajar sus brazos.
-demonios no te haré nada, escucha debo asegurarme, te quedaras aquí hasta que cumpla mi misión luego te dejaré libre y s no me quieres ayudar, pues no te obligará.
-Más te vale.
Me miro a los ojos y se baje por el otro lado del auto. Era ruda, eso me agradaba.
-Recuerda dereck- me repetí una vez más.
Sophie casi se va al piso al bajar del auto.
-Joder estoy mareada.
-efectos secundarios de la droga. Dije bajando mis cosas del auto.
-Eres un hijo de puta.
-Lo se nena.
Ella me fulmino con la mirada y yo sacudi mi cabello, en cierta forma era irresistible.
-Eres un maldito egocéntrico.
-Quien diría que la niña invisible usaría aquel vocablo.
Abrí la puerta y entramos en la cabaña.
-No tengo nada.
-¿nada de que?
-Ropa, nada. Puso sus hermosos y tristes ojos en blanco.
-Iré por tus cosas.
Deje mi cuchillo encima de la mesa, y fui hacia la habitación mientras la niña se quedó mirándolo con cara de boba, sabía bien que iba a hacer. Espere.
Senti a la mocosa acercarse por detrás con unos Movimientos la sujete pero ella fue más rápida y me logró hacer un pequeño corte en el brazo.
-Eres buena. Dije sin soltarla.
-No lo suficiente como para matarte a ti.
-Te ayudare. Dije y sostuve sus manos, la mire a los ojos de forma tierna y puse el cuchillo en mi pecho.

Sophie con aroma a dulces y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora