Dereck es el chico malo de la secundaria, el tiene un secreto oscuro y sangriento. También tiene una obsesión, por ella, su mirada y su forma de ser "invisible". Sophie es capaz de pasar inadvertida ante todos menos Dereck. Ella ahora sabe su secret...
Sophie enrojecio por completo por otro lado a mi me dieron ganas de arrancarme la lengua, -los sentimientos son malos, recuerda dereck- -Solo lo hago para mantenerla cerca mio- me calme. -Pareces un tomate. Me burle para controlar el ambiente. -Es que hace calor. -Si claro, no puedes resistirte a mis encantos y lo sabes. Dije mientras miraba mis manos, sabía que eso la irritaria. Ella hizo una seña de desaprobación con la cabeza y se quito la máscara. -Volviendo a la realidad, no seré tu "pequeña psicópata". -¿Me dirás que ayer no sentiste esa chispa de euforia cuando encajaste ese cuchillo en la espalda de Druw? dije con aire de despreocupación. Ella busco un lugar de la sala en el cual ubicar su mi finalmente la posó en un viejo y empolvado espejo. -Si... Sonreí victorioso. - pero no tengo tus habilidades. Finalizó tratando de acabar con la conversación. Ni me daría por vencido, ella era mi puente par matar a Carl, saque mi daga de su escondite debajo de mi camisa y jugué con ella en mis manos. -Mi pequeña secuaz, eso se puede arreglar. Dije con mi cotidiana arrogancia. Ella soltó una carcajada dulce. -No lo sé. Me acerque lentamente a ella tome sus manos y las abrí, deposite la daga en sus Frías y huesudas manos ella me miro fijo. -No puedes huir de lo que en verdad eres. Se acercó un poco más a mi. -Es que no se quien soy, derck todo esto es como estar soñando. -No puedes ocultar el brillo que hubo en tus ojos cuando mataste al infeliz. -Me parece una locura... Yo... Ser feliz ¿matando?. -No le veo lo malo. Dije riendo. -No es necesario repetir que estas loco, pero quizás... Miro sus zapatos manchados con barro y suspiro. -Demonios, que mas da de todas formas me ire al infierno ¿no? -He de tomar eso como un si. -Supongo. -Entonces es un hecho, comenzaré a enseñarte y te transformare en una demente como yo. Sophie apreto con más fuerza el cuchillo mientras con un par de movimientos la distraje y la empuje sin embargo sostuve su cintura antes de que tocará el suelo, la muchacha se estremeció al sentir mis brazos rodear su cintura. -¿Confías en mi? Recorrí su fino rostro con mis ojos. Ella dudo la respuesta. -Si, confío. Dijo cerrando sus ojos finalmente. Solté un gruñido de desaprobación. -Punto numero 1 nena, jamás confíes todos pueden ser tus enemigos. La solté dejando que tocará el suelo. -Mier... Eso dolió dereck. -prepárate por que sentirás mucho dolor.
Le ofrecí mi mano para que se pusiera en pie sin embargo ella me rechazo y se paro de un salto fulmimandome con la mirada.
-Lo siento bebe, no confió en ti. Me desafío con los ojos. -Aprendes rápido, y no me digas bebe. -Tu no me digas nena. -Trato hecho mocosa.
Se acercó rápidamente con el cuchillo en la mano yo me defendí comenzamos a atacarnos el uno al otro, sin intención de matarnos claro, pero Sophie parecía querer herirme a toda costa y seguimos así era como una danza, un baile lento y elegante, elegante y macabro. Dábamos vueltas por el salón con una arma decorando nuestras manos. Ella era rápida e inteligente en sus ataques sin duda no haría falta mucho entrenamiento para que pudiese cumplir con la misión que más adelante le daría. La chica invisible parecía haber nacido para bañarse en sangre.
Un dolor punzante en mi costado derecho me saco de la burbuja sin darme cuenta estábamos tirados en el piso y Sophie rozaba mi cuchillo en el sitio del dolor. -Te gane. Dijo quitándose de su incómoda posición. -Estaba distraído. Me defendí. -Se supone que tu eres el profesor ¿no? -Muy divertida aunque no puedo negar que lo hiciste bastante bien. No la alagaria más debía hacerla sentir inferior a mi para que buscará protección y no me abandonará. -Estas paranoico- me regañe a mi mismo. Sophie seguí en el piso cerca mio, me aproveche y me acerque lentamente a ella jugando con mis ojos y fingiendo que me dolía la herida. Me senté en el piso y me apegue más a ella, ella siguió mi juego y cuando nuestros labios estaban apuntó de tocarse abalanze mis manos a ella y le quite la daga pegando el filo a su cuello.
-Punto 2 Jamás bajes la guardia. -Eso lo dijiste ayer querido asesino.
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