capítulo 2

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C A P Í T U L O  2.


Fueron las peores 8 horas de mi vida, examen sorpresa de álgebra chicas tontas preguntándome si la "tipa rara" era mi novia y profesores regañandome por amenazar a Jhon con un cuchillo del laboratorio, al fin llegaba el momento más ansiado, 3,2,1 el maldito timbre sonó y desapareci lo más rápido posible de aquella cárcel camine lo suficiente como para perder de vista a cualquier chico de mi clase pero aun así me sentí observado durante mi trayecto, la misma esquina de la mañana, miradas nerviosas recorrieron el lugar, no había nadie o al menos eso creía, me oculte de la mejor forma posible y apreté con fuerza el objeto que llevaba oculto en mi chaqueta, estaba acostumbrado a esto pero hoy me sentía distinto, tenía miedo a ser descubierto aunque las cosas estaban demasiado bien planeadas para que eso ocurriese; Tome un par de guantes de cuero de mi mochila y me puse un antifaz, la hora se acercaba.
Minutos más tarde hizo su aparición en una gran camioneta de color negro, a este lo persegui por más tiempo que a los demás el me podría ser útil. Deje exactamente un minuto pasar cuando el sujeto de 50 años de aspecto delgado y avejentado comenzó a marcar su teléfono. Era hora de hacer mi aparición.
Salí de mi escondite y logre ver sus ojos temerosos al ver a la muerte asomarse.
-Así que tu eres Eduardo ¿no?
Dije con voz arrogante.
El tipo apenas pudo tartamudear.
-No...no se que quieres de mi...
-Supongo que sabrás quien soy.
Agachó su cabeza y murmuró un apenas audible -Si-
-Sabes que vengo a matarte, pero no sabes quien soy en verdad, ¡Levanta la cabeza, cobarde infeliz!
El se negó. Agotó mi paciencia le di un puñetazo y afirme su cabeza para que viera mi cara.
-Te dije levanta la cabeza, tu no hiciste caso.
Cuando su mirada se posó en mi quite mi antifaz, por primera vez anexo una víctima. Abrió los ojos con sorpresa.
-Dereck. Dijo asombrado el maldito.
-Ese mismo. Grite casi escupiendole el rostro.
-¿Por qué lo haces?
-¡Le hiciste la misma pregunta a tu amigo cuando la mato!
-A que te refieres.
-¡Era una niña!
-Pero sabia demasiado la matarían de igual forma, Dereck, Carl le advirtió a tu padre que no la llevará.
-Ese no es mi tema. Dije paseándose el estómago para que callera al piso.
Saque esa cosa tan valiosa que o ocultaba en mi bolsillo, una daga gótica con una hoja tan filosa que no sentirías cuando te matase, esa belleza adornaba mi mano, la entere en su frente.
-Ahora piensa bien tus últimas palabras, ¿Dónde diablos esta Carl?
-¿Porqué no se lo preguntas a tu papito?
-Por qué el es un imbécil y se juntará con ustedes en el infierno en un tiempo.
-¿Enserio crees que un adolescente idiota acabará con nosotros? ¡Morirás!...
-Calla... Senti que la ira se apoderaba de mi, no me podía controlar.
-¡Ellos te harán suplicar piedad! Igual que esa mocosa... ¿Como se llamaba?...
-¡NO TE ATREVAS A DECIR SU NOMBRE! Escupi con más odio del que creí que sentía.
-A si, Mery. Dijo seco.
No fui capaz de controlarse y baje mi cuchillo hasta su boca.
-Ahora aprenderás a decir solo lo que te piden, asqueroso.
Hice un bellisimo corte separando la piel de su mejilla izquierda, no me controle y termine por asesinarlo más rápido de lo que había planeado. Mis planes estaban arruinados me deje llevar por mi instinto, ahora debía escapar, muy rápido, prendí fuego a los restos del infeliz y me di cuenta de que aun tenía la camioneta me metí y saque todo sin darme tiempo de seleccionar los objetos alguno podría llevarme a Carl, mire hacia todos lados y como no vi a nadie me largue. Unas cuadras más allá algo más que inesperado me detuvo.
-Sabes que podría llamar a la policía, ¿Verdad?.
Me volvieron y vi a un par de ojos grises observandome.
-¿Sophie?

Sophie con aroma a dulces y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora