capítulo 10.

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C A P Í T U L O  10. 

Respire profundo cerré los ojos sin pensarlo Comenze a gritar y a tirar los papeles al aire. No quería llorar. No lo haría. No podía.
Destrozaba los papeles mientras gritaba más y más fuerte, de todas formas todo eso ya lo sabia, todo excepto Sophie. Lo que me cusaba curiosidad y más frustración.
Golpee la pared, una y otra y otra vez, mis nudillos comenzaban a sangrar, dolían mucho pero eso no importaba. Debía sacear mi sed de venganza, lo necesitaba, claro está podría saltarme eso y liberiearme, ponerme una bala en los cecos y desaparecer para siempre, no volver a respirar, pudrirme en una caja de madera y ser "feliz" sin embargo mi orgullo, mi maldito y jodido orgullo era más que mi dolor, no soportaba saber que los que me causaron tanto daño estuviesen vivos, vivos y felices.
Pequeños golpes sonaron el la puerta y me sacaron de mi burbuja.
-¿Dereck? Una voz femenina se escuchó.
No respondí.
-¿Estás vivo?...  ¿dereck?....
La chica interrumpió en la habitación de forma brusca. No me moleste en moverme.
-Joder, ¿que le hiciste a tu mano? Pregunto ella.
-Yo solo... Me calle por un segundo...
Pense mis palabras -a la mierda Sophie, es Sophie-
-Me golpee con la muralla. Dije finalmente.
Ella se agachó y de forma delicada sujeto mi mano lastimada.
-Me tocá. Dijo sería.
-¿Que? Pregunte sin entender.
-Tu me curaste y yo ahora a ti.
Me miro a los ojos. -Esos ojos que me obsesionan-
Acarició mi mano. -A la mierda, si ella es peligrosa, correre el peligro, después de todo no puedo amar- me acerque a ella casi al punto de rozar nuestras narices, el ambiente se tenso por completo y lleve lentamente mi mano a su cabello. Cerré mis ojos. Y estuve....
...a punto.... A punto de cometer un error, pero Sophie me freno. Cuando nuestros labios estaban al borde de la muerte se puso en pie. Rápida y secamente, dejándome en un avismo oscuro y frio con una sola pregunta en mi mente.
-¿Que mierda iba a hacer?-
-La ibas a besar derck-
El silencio que reinaba en la habitación se rompió con su voz.
-¿Tienes alcohol y bendas?.
-En el botiquín, en el baño. Dije mecánicamente.
-Iré por ellos. Me puse en pie y la seguí.
Me apoye en el marco de la puerta del baño, mientras ella buscaba las cosas.
Una vez encontradas se acercó a mí e hizo exactamente lo que yo le había hecho el otro día. La miraba de reojo. Ella temblaba.
-Listo, por favor no vuelvas a hacer esto.
Trato de alejarse nuevamente. Y mis manos actuaron casi sin pensarlo. La acerque hacia a mi llevando mis manos a su cintura, acomode mi mentón en su hombro.
-Solo Sueltame. Dijo con odio.
-No quiero. Dije con voz traviesa.
-¿No que eras un asesino? Ellos no sienten amor.
-Sophie no te confundas, yo no siento amor, solo obsesión.
Se quedó inmóvil por un segundo y suspiro. Yo sentí el aroma de su cabellera negra, era como regaliz y sangre. Sentí sus manos Frías posarse en las mías las sujeto con fuerza y las tiro hacia un lado. Dio un giro en 180 grados y me miró con odio.
-No soy objeto de tu obsesión. Se fue moviendo exageradamente su cadera.
Quizás no medí la forma en que decía mis palabras, pero debía dejar en claro que jamás la amaría.
Yo era, soy y sere un mounstro.
Yo mato, me gusta la sensación de sangre en mis manos, ver los ojos de mis víctimas perder su luz, amaba que suplicaran piedad  y no dárselas, amaba sentir que la vida de alguien estaba en mis manos.

-Pero también me gustaba sentir el aroma de su cabello-
-Mirar sus ojos-
-Sentir su tacto-
-Obserbarla-

-MIERDA dereck,  recuerda no te enamores-

-MIERDA dereck,  recuerda no te enamores-

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Sophie con aroma a dulces y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora