La Tercer Baldosa

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Me entenderás cuando te duela el alma, como a mí.
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Y así es una corta historia
Sin amor, ni gloria
Sin héroe en su cielo.

¿Alguna vez te deteste?
¿Alguna vez dije que no quería dejar todo atrás?

No puedo apartar mis ojos de Ti.
NO PUEDO ALEJAR MI MENTE DE TI.
Blower's Daughter/ Damien Rice

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Giro el rostro y vio las escaleras...

«Abrió la puerta de su hogar.

El día era lluvioso, un día muy extraño tratándose de que estaban a mitad de marzo.

Afuera hacía frío, dentro de la casa era cálido.

De la cocina le llegó un olor dulzón.

Se quitó el abrigo y mientras lo colgaba grito:
¡Vic... cariño! ¡¿Dónde estas?!

Pero no hubo respuesta.
Aiden dio unos pasos hacía la sala cuando de reojo vio su silueta aparecer en la parte superior de las escaleras.

Hola mi amor— dijo ella con una gran sonrisa.

Aiden la noto extraña, y vio como escondía las manos detrás de ella.

¿Qué sostienes detrás de la espalda?
Preguntó él con una gran sonrisa mientras ella trataba de ocultárselo.

No es nada— le respondió con una gran sonrisa.

¿Debo adivinar?— pregunto mientras se acercaba, sin dejar de sonreír.

Mientras los ojos de Victoria brillaban de emoción.
Inténtalo... Pero no adivinaras.

Aiden llegó hasta ella y la rodeó con los brazos mientras su boca apresaba con ansias la de ella.
La "sorpresa" quedó olvidada por un rato y ambos se dedicarón a amarse en esas escaleras.

Adorarse como locos, con esa pasión arrebatada y tranquila confianza que solo estar en los brazos de quien amas brinda.

Ambos respiraban a prisa debido al esfuerzo que habían hecho.

Aiden recordó de pronto que Victoria escondía algo antes de que terminarán haciéndolo.

Creo que se te ha olvidado la sorpresa— murmuró contra su pelo, de forma pícara.

—No se me ha olvidado— contestó ella mientras le acariciaba la mejilla.

Sorpréndeme..— pidió retándola.

Fui a Home Depot y compré pintura.

Aiden levanto el rostro del pecho de su esposa para verla a la cara, sin saber que decir a esa sorpresa que no tenía nada de sorprendente.

Victoria vio la cara de desconcierto de su esposo y su sonrisa desapareció volviéndose completa seriedad.»

Aiden no apartó la vista de esas escaleras, soltó la puerta y se dirigió a ellas, las subió como hipnotizado. Victoria se quedó en su lugar viendolo subir.

DÉJAME IRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora