Capítulo 3: Un experimento

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Desperté sin saber exactamente la hora, me senté en la cama con las piernas cruzadas y estiré mis brazos dando un largo bostezo

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Desperté sin saber exactamente la hora, me senté en la cama con las piernas cruzadas y estiré mis brazos dando un largo bostezo. Algunos de mis huesos crujieron.

Ya es... ¿De día o de noche? 

Tendré que averiguarlo.

Empecé a procesar la información que tenía recolectada. Mi mente está totalmente en blanco, lo único que puedo recordar es lo que pasó ayer. No puedo recordar más allá y eso me frustra un poco.

¿Por qué no puedo recordar mi pasado? ¿Por qué solo veo un rostro y no un nombre, o identidad? ¿Por qué no soy capaz de reconocer nada importante?

Puedo recordar los alimentos, cosas básicas que vea, pero hay sucesos y entes que simplemente fueron borrados de mí.

Por ejemplo, puedo recordar el café, su color, su textura, sé exactamente lo que es, pero su sabor... para mí es un completo misterio.

Hay tantas cosas que no entiendo ahora mismo, pero espero poder entenderlas, algún día.

Repaso en mi mente mis pocos recuerdos para que no se me olviden: Soy Lena Evans, tengo diecinueve años y desperté hace dos días, tomé leche asquerosamente salada, morí pero no morí y desperté ayer otra vez, conocí a la doctora Hayley, quién por cierto, prometió enseñarme más hoy.

¿Qué me enseñaría? me pregunté.

Y recordé lo que vi ayer.

Quizás tenga algo en mis dedos como aquel chico, quizás no... pero me gustaría hablar con él, aunque la doctora dijo que no confiara, ni en los pacientes.

De todas formas, ese chico se veía amigable. Tal vez podría ayudarme a saber más sobre la magia de mis dedos.

Este último pensamiento no dejó de vagar por mi cabeza, simplemente no podía sacar aquella idea, estaba impregnada y era o parecía necesaria, como cuando tienes hambre o quieres ir al baño, la idea está en tu mente hasta que logras hacerla realidad, sino sigue allí torturándote física y mentalmente, algo así era esto. Desesperante.

Aun con dudas y temor... No está de más probar ¿No? Si pude hacerlo una vez, puede haber una segunda. Si ese chico pudo hacerlo con tal facilidad, yo también podría...

Definitivamente, lo intentaré.

Con la curiosidad y la intriga carcomiendo mi sistema, miré y junté mis dos dedos índice; izquierdo con derecho, tal como lo hizo el chico, y luego los separé esperando ver un hilo eléctrico, como el que él tenía entre sus dedos.

Pero en vez de eso, obtuve... nada, ni siquiera sentí algún tipo de corriente o descarga eléctrica, nada.

Simplemente no pasó nada.

Me sentí estúpida por creer que podría hacerlo tan fácil pero... ¿Cómo es que ese chico tan joven pudo hacerlo y yo no? Además, sí lo hice. Pero lo hice en una pantalla ¿Verdad? No pudo ser mi imaginación o un simple error de la pantalla ¡Fui yo! ¡Fueron mis dedos! Yo sentí una debilidad, pudo ser la energía salir de mi cuerpo...

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