Estúpidos ricos malcriados [Luka's harem] (Len, Kaito, Gakupo & Kiyoteru)

Capítulo 18: Nueva fiesta.

Len:

-¿Cómo te llamas? -Pregunta un chico de pelo marrón con gafas.

-Kagamine Len, ¿y tú?

-Yo soy Hiyama Kiyoteru y ellos son Shion Kaito y Kamui Gakupo.

Detrás de él hay un chico de pelo azul y otro de pelo largo y morado.

-Ah. Encantado.

Me despierto. He tenido un sueño de mi infancia. Eran buenos tiempos. Siempre solíamos estar solos hasta que los cuatro nos encontramos en una fiesta. Desde entonces solíamos coincidir, y siempre hablábamos. Luego nos encontramos en el mismo instituto. A partir de ahí nos hicimos inseparables.

No quiero alejarme de ellos, tampoco de Luka. Los cinco nos hemos convertido en una familia, no quiero abandonar a la familia.

Noto como algo se mueve. Abro los ojos. Acurrucada junto a mi, duerme Luka. Se quedó aquí. Me ha visto llorar. No me gusta que me vean llorar, aunque supongo que ya da igual...

Me sorprendió mucho que viniese, sinceramente. No me esperaba que entrara en mi habitación de esa manera por voluntad propia.

Empieza a moverse más. ¿No puede estarse quieta o qué?

Abre los ojos y me mira.

-¿¡Len!? -Se incorpora de golpe. La imito pero más lentamente.

Está horrorosa despeinada, pero a la vez me parece bastante mona, ¿es eso normal?

Me mira sorprendida. Echa un suspiro. Creo que ya ha recordado que hace aquí.

Mira hacia otro lado.

-¿Ya estás... mejor?

Suelto una pequeña risita.

-Sí tranquila.

Le pongo la mano en la mejilla y me acerco a besarla, pero la muy jodida se aparta.

¡Me ha hecho la cobra!

¡Odio ese lado de pura y casta que tiene!

-Len, que dejes de intentar violarme cada tres segundos, ¿vale? Juro que voy a llamar a la policía.

¡Ja! Ni en broma va a hacerlo. Me acerco y le doy un pico de dos segundos.

-¡Len!

Me da un puñetazo en el estómago.

-Ha válido la pena... -Susurro por el dolor.

Se levanta.

-Voy a desayunar. Seguramente me tocará prepararle el desayuno a Kaito ya que soy su criada.

Me levanto y me desperezo.

-Podrías prepararme lo a mi, ya sabes, estoy demasiado triste para cocinar.

-¿A poner un vaso de leche en el microondas lo llamas cocinar?

-Sí. -Sonrío cerrando los ojos.

Suspira.

-No seas idiota y prepara te lo tú.

Sale de la habitación.

-Sí mamá... -Susurro.

-¡Te he oído! -Me río y salgo.

Luka:

Llego abajo y Kaito ya está despierto. Me espera con una sonrisa ladeada.