*La imagen no es mía solo la encontré*
-Música- Era lo único que se escuchaba en los largos pasillos de esa inmensa mansión. Alrededor solo se distinguía la cálida luz desprendida de los pocos focos en las paredes pintadas de un color rojizo fuerte. Las puertas de un marrón oscuro no eran solo lo más atrayentes en ese lugar. Entre todo esto un hombre caminaba sin rumbo fijo.
El hombre tan pálido como la misma luna, de ojos ámbar, y de un curioso pelo blanco era lo que más resaltaba. Este hombre no se encontraba solo por casualidad. No. Él venía con un solo propósito.
Su nombre era Sesshomaru. Dueño de una de las corporaciones más privilegiadas y reconocidas alrededor del mundo. Pero lo que más caracterizaba al joven muchacho era la seriedad que tenía. Nadie sabía nada de él. Nadie lo conocía bien. Para todos él era como un libro cerrado, con secretos, porque sí. Este hombre tenía muchos secretos.
Sesshomaru salió al salón principal encontrándose con lo que sería un baile . Todos. Con máscaras tapando sus rostros. Al verlo, se inclinaron enfrente de él. Sonrió. Tenía que hacerlo, aunque no le gustara. Aunque no lo soportara.
Miró alrededor y algo o alguien llamó su atención. Una chica de pelo negro y con vestido morado. Curioso por su aspecto decidió seguirla,aunque el paso le vino siendo difícil pues las personas a su alrededor se movían con gracia en suaves pasos pues el baile había empezado y la música, siendo el insitador de la noche, resonó en toda la sala con fuerza.
Sesshomaru, había perdido a la chica.
No se explicaba cómo tan llamativa persona podía haber escapado de su vista de águila de la cual tanto se sentía orgulloso. De tanto haber avanzado entre la multitud se había dirigido al patio interno de la residencia. Un campo abierto de flores se podía ver a la distancia mientras la fría ventisca nocturna hacía volar los pétalos ya marchitos. Y entre la bella imagen un resplandor de luna se colocó justo encima de la chica que tanto buscaba.
La muchacha le miró con atención y sonrió. Esta camino suavemente hacia su lado. Sus pasos, que más bien le hacían parecer flotar,le daban un aspecto inmaculada. Una delicia para la vista y un hechizo para cualquier incauto que la viera.
Sesshomaru fuera de sí mismo la invitó a bailar.
Ella aceptó.
-Un, dos, tres un, dos, tres un, dos, tres-
Se movían con agilidad. Los pasos tan elegantes y finos impresionaron a todos cuándo se abrieron paso en el gran salón.
-Un, dos, tres un, dos, tres un, dos, tres-
Sus miradas se conectaron y aunque la máscara cumplía su función de cubrir su rostro, unos ojos chocolates parecían brillar...
-Un, dos, tres un, dos, tres un, dos, tres-
Sus miradas se conectaron...
-Un, dos, tres un, dos, tres un, dos, tres-
Sus cuerpos se acercaron...
-Un, dos, tres un, dos, tres un, dos, tres-
Se besaron.
Las delicadas manos de la chica subieron hacia su cuello, acariciando su pelo, mientras que él las ponía en sus caderas. La sensación era tremenda,sus labios parecían haber esperado una eternidad para encontrar los contrarios. Los reconocidos revoloteos en su estómago hicieron aparición pero gustoso,aceptó la bonita sensación abrasadora que tanto le afectaba.
Muy a pesar de ambos se separaron por falta de aire. Sus ojos ámbar no dejaron de mirarla en ningún momento. Su corazón, aquella máquina que le proporcionaba la vida estaba haciendo trabajo de más puesto que podía jurar que escuchaba a su corazón latir más deprisa.
El momento no podía ser más perfecto.
Pero todo tiene un fin.
La chica se separó de él y le miró. Sus ojos chocolates le dieron una triste mirada cómo si expresaran un dolor que sin importar cuando Sesshomaru tratara, no podía entender. Dispuesto a encarar lo que sentía, el empresario se dispuso a hablar cuando la azabache tomó sus manos. Esta dejó una nota en ellas y las besó con cuidado y con rapidez se hechó a correr sin mirar atrás.
Confuso, el peliplateado se dispuso a abrir el papel pero las palabras escritas en este lo único que hicieron fue aumentar su confusión.
"Al fin te encontré''- Lo único que decía el arrugado escrito. Lo único que conectaba a dos almas que compartían un mismo sentir.
Su corazón palpitaba. La adrenalina acumulada era mucho. La noche fue fantástica, la vida le había jugado una carta maravillosa y estaba seguro que sería así por un buen tiempo. Sonrió. ¿Acaso era posible enamorarse en una noche?
En un baile...
En una mansión...
Miró por última vez el lugar en que la chica había estado sin siquiera reclamar lo que esta había robado pues la chica de vestido morado le había quitado lo que tantos algún día añoraron. Su propio corazón.
-Encontré lo que siempre busqué. Lo que tanto temí y aunque el tiempo pase yo juro encontrarte pues me enamoré de ti, my Lady...-
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Libro De Oneshots De Inuyasha: El Sesshome Reina :3
Любовные романыPareja Sesshome. De Inuyasha. ¿A quién no le ha pasado alguna vez la dicha de enamorarse? Esa adrenalina con la cual con solo una mirada puedes ¿Caer? Pues en este libro se expresa todo y cada uno de esos sentimientos con nuestra pareja favorita por...