Tied & Tangled [Suyeol][Traducción]

XXIII

"Toma asiento, Suho," Dijo el señor Park después de que hubiese cerrado la puerta principal detrás y recibido su abrigo. Gesticuló hacia la sala, y Suho apenas es capaz de tragar de vuelta su agitado corazón por su garganta mientras caminaba delante de él.

La casa de los Park es pequeña, acogedora de un modo inmaculado que su propia casa paterna nunca logró. Ha sido habitada, por bastante. Todos los muebles son dispares, situados armónicamente en el espacio. Suho puede decir por el orden, que son una familia que se sienta juntos bastante a menudo, desparramados sobre las sillas, las piernas subidas sobre la rayada mesa de centro.

Y Suho puede que nunca haya estado allí antes pero ve trazos de Chanyeol mientras recuerda pequeñas cosas que su Akaito le había dicho. Desgastes en el piso de madera de cuando tenía diez y decidió usar sus patines dentro. Fotografías enmarcadas están incómodamente colgadas en la pared de las escaleras, cubriendo lo que Chanyeol se refirió como su intento a los cuatro de reproducir el arte de la capilla Sixtina, pero con marcadores.

Suho ve partes del pasado de Chanyeol en todos lados, desde las fotografías de la escuela sobre el soporte de la televisión hasta la olvidada uñeta en el suelo. Sólo no ve al chico por ningún lado. Intenta no mirar alrededor—obviamente buscándolo. Pero el niño dijo que estaría aquí, esperando por Suho en la puerta así no estaría solo con el señor y la señora Park.

Suho se movió hacia el sofá, dispuesto a sentarse hasta—

"No ese asiento," dijo la señora Park, uniéndose a él en el sofá. Ella gentilmente situó una mano en el codo de Suho, dirigiéndolo a un desgastado reclinable en el rincón de la habitación. Su tejido es de terciopelo rosa, con una colcha doblada sobre la parte superior.

Tan pronto como Suho se instala en el cojín, haciendo una mueca muy a su pesar, el señor y la señora Kim toman asiento en el sofá frente a él. Hay una forzada cercanía por el tamaño de la habitación, y Suho está demasiado acostumbrado a todo el espacio vacío en la casa de sus padres que se siente irreal sólo tener una mesa de café separándolos. Los Park están usando suéteres tejidos y sonrisas a juegos, como una pareja en la portada de un folleto de vida saludable en la mediana edad, y Suho todavía se siente incómodo.

"¿Quieres algo para beber, Suho?" Pregunta el señor Park. Suho tiene la boca demasiado seca, pero duda que el señor Park esté haciendo una oferta real.

"No, estoy bien," Suho dice, entonces rápidamente añade un, "señor."

Cuando el hombre entrelaza sus dedos en su regazo, Suho no puede evitarlo pero nota que tiene manos enormes, incluso más que las de Chanyeol. Suho envuelve sus pequeñas manos contra su estómago.

"Entonces Suho," dice el señor Park, "tú y yo no hemos tenido oportunidad de conocernos apropiadamente aún."

"No, señor."

La boca del hombre se tuerce. "Aunque me haces sentir demasiado importante, no tienes que llamarme señor."

"Lo siento se—lo siento." Esto es rídiculo. Suho tiene una corazonada. Una buena, también. Ha lidiado con personas diez veces más intimidante que los Parks. Sólo es demasiado difícil recordar que al ver al señor Park, él está recordando la primera vez que se conocieron, igualmente de fresco e humillante.

"Así que mientras Chanyeol no está aquí por ahora, me gustaría saber un par de cosas sobre ti." El señor Park estira su brazo de su silla para tomar—¿Un taco de papel y un lápiz?

"Eso—eso está bien. ¿Dicen que Chanyeol no está aquí?"

"No. Lo envíamos fuera por un par de cosas para la cena. ¿Eso es un problema?" Pregunta la señora Park ligeramente.