II

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Junio, 2005

Las aclamadas vacaciones disfrutaba Archie, escuchando música en su habitación y viendo por la ventana. En la calle se veían muchos chicos practicando patinaje, unas chicas hablando y otros caminando o corriendo, realizando cualquier tipo de actividad. Mientras él no había logrado tener amigos, nunca habían comprendido su timidez y cuando le hablaban él alejaba a las personas con su frialdad, aunque no quisiera.

Su madre llamó a la puerta de la habitación, se levantó y abrió.

— Sabes que tenemos una cena formal en la noche, por favor, a las seis tienes que estar listo. —habló rápido, pero su voz sonaba demandante y molesta como si Archie iba a decepcionarla.

—Está bien. —asintió fríamente y cerró la puerta de la habitación actuando como si sabía, aunque lo había olvidado.

Se dirigió al armario, se dio cuenta de que no tenía ropa formal, ¿Qué era formal? Para su suerte tenía una camisa de vestir de color verde menta, también tenía un saco, se lo probó, se miró frente al espejo y recordó cuando se probaba los vestidos de su hermana y suspiró recordando aquella triste época que quería ignorar. Llegó a la conclusión de que ese atuendo le sentaba bien, pero no sabía si era formal casual o formal definitivo y se dijo que quizá sería mejor formal definitivo. Cuando se dio cuenta de la hora eran las 5:30 PM, se dio una rápida ducha y se puso la ropa "formal".

Bajó de su habitación a las 6:01 PM, estaba peinado y olía a perfume, todo estaba bien. Su madre estaba vestida, con un bonito vestido, también su peinado era bonito; su hermana estaba con un vestido espléndido y de moda. El timbre sonó, su hermana le dijo que atendiera mientras ella arreglaba su cabello.

Cuando abrió la puerta divisó a un chico de unos dieciocho años, estaba muy formal, casi como él. Era masculino, tenía un cuerpo musculoso, pero no exagerado y quizá medía 1.77 —pensó Archie— luego de estar boquiabierto por tal tipo lo invitó a pasar y se maldijo por no poder disimular.

El chico sonrió y besó la mejilla de su hermana, luego saludó a su madre con un abrazo y a él le estrechó la mano.

— Kendall, ¿Estás lista? —preguntó el chico dando a entender que se apresurara, ella asintió tomando su bolso pequeño.

— Podemos irnos. —afirmó Shirley esperando a que salieran de casa.

Archie fue el primero en salir, pero quedó más admirado cuando observó el carro del chico, ¿Qué o quién era? se preguntó cómo Kendall pudo conseguir a un tipo tan ostentoso. Su hermana era bella, inteligente, bueno... se lo merecía.

Septiembre, 2005

Nuevamente entrar a la escuela, no era algo que animaba a Archie, pero aún así tenía que hacerlo. Se encontró con lo mismo, iba escuchando en su ipod música realmente animada y antigua para muchos, le gustaba el Rock & Roll, también el pop antiguo. A veces creía que también esa era una desventaja para hacer amigos.

Cuando entró a su clase asignada solo hubo algo emocionante, un chico deslumbrante con cabello rizado, un poco alborotado y se miraba tan fresco y alegre. Estaba hablando con unos chicos y cuando vio que se reía, algo cobró vida dentro de él, tenía la sonrisa más perfecta que había visto. Él se dio cuenta de que lo estaba observando, solo le sonrió extrañado.

Archie bajó la mirada rápidamente asustado, estaba avergonzado, se sentía un completo tonto.

La clase aburrida inició, Archie pasó dibujando durante la clase, los maestros ni siquiera lo notaban.

Cuando era la hora de almuerzo se saltó el paso de ir a la cafetería donde no había mesas disponibles y todos tenían un grupo, se dirigió a las afueras del lugar, sentado en una banca observó a unos chicos que la pasaban bien hablando. Imaginó que lo invitaban a estar con ellos, pero no sucedió.

El chico del cabello rizado se acercó al grupo de chicos que había cerca de él, les habló como si los conociera de hace tiempo y ellos se alegraron de tenerlo cerca, se veían animados todos.

Luego se despidió de ellos, cuando de repente él miró fijamente a Archie, tenía la impresión que iba hacia él , así era. Se sentó a su lado brindándole una sonrisa gentil, Archie le devolvió la sonrisa aunque un poco incómodo.

— ¿Por casualidad me mirabas? —su voz simpática se convirtió en una suave risa que le encantó a Archie.

— Fue accidental, discúlpame si te hice sentir incómodo. —El nerviosismo era notable en sus palabras tanto que él mismo lo sentía.

— Ah, no te preocupes, no me incomoda. —dijo despreocupado para luego mirar al frente. — Nunca te había visto, quizá es primera vez que nos inscribimos en la misma clase.

— Sí, creo que eso es, jamás te había visto. —concordó con él mientras se sentía cada vez más nervioso e incómodo.

— Mi nombre es Steve, estoy en el equipo de soccer. —estiró su mano para que Archie le correspondiera y ambos estrecharon sus manos.

Archie le dijo su nombre, él sonrió y se despidió; Archie sintió algo diferente, algo que lo emocionó, pero se dio cuenta de que el nombre Steve le quedó grabado en su pecho, le alborotó el estómago y le dejó una sonrisa.    

ArchieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora