10 Abril, 2010
Su rutina no había cambiado, siempre iba a la librería. Miró el calendario, era su cumpleaños, lo había olvidado. Cuando llegó a la librería la señora Arla estaba conversando con Elliot, se sintió incómodo y saludo a ambos. Abrazó a la señora Arla pues estaba alegre por su recuperación aunque descansaría más tiempo.
Ella tomó un taxi, quedaron solos, Elliot le mostró esa sonrisa tan simpática que solo le sentaba bien a él.
Había terminado su jornada y Elliot no había mencionado nada de su cumpleaños pero era algo que no importaba. Le dijo que lo acompañaría a casa, a veces siempre iban juntos e incluso dormía con él, cuando abrió la puerta de su departamento se encontró con muchos globos y con Beck y Noah que habían encendido unas velas en el pastel.
Ninguno de ellos disfrutaban las fiestas a excepción de Noah, el sirvió tragos luego de el pastel, solo lo comían Elliot y Noah.
Archie rió mucho ese día luego de tomar algunos tragos, la habían pasado bien. Noah le había regalado un reloj, Beck le regaló un brazalete, Elliot le regaló una camisa que hacía juego con la de él. Agradeció a todos por los regalos, Noah y Beck se fueron juntos, Elliot se quedó ayudando a limpiar.
— ¿Te gustó la fiesta? —le miró mientras depositaba envoltorios, vasos y más cosas en una bolsa.
— Sí, los regalos, los arreglos... menos el pastel. —rió. — ¿Vas a quedarte conmigo?
— Mañana lo comeré. —exclamó entre risas. — No, cuidaré a mi mamá... además, creo que viviré con ella.
— Oh, pues creo que está bien, ella te necesita. —sonrió desganado y recibió un beso de Elliot.
El salió por la puerta, Archie estaba un poco triste.
Agosto, 2010
Elliot insistió en que Archie visitara su casa, por última vez, pues estaba a unos días de mudarse con su madre. Estaban en el sofá de la sala, Elliot le había quitado la camisa y le había dejado una marca en el cuello, en ese mismo momento.
Llamaron a la puerta, luego esta se abrió de repente, Archie se colocó la camiseta y era la señora Arla que iba entrando.Se detuvo extrañada y se sentó en el sofá, Archie mostraba su nerviosismo, Elliot también.
— Archie, ¿Qué haces acá? —sonrió afable.
— Yo lo invité, por cosas del trabajo. —intervino Elliot.
— Vaya, me crees tonta... hijo. —lo miró con una sonrisa fingida. —Archie, vete a casa y no vuelvas al trabajo.
— ¿Qué te sucede? ¿Por qué lo despides? —preguntó molesto.
— No te enojes, Elliot, está bien y gracias por todo. —Archie salió de la casa ajena.
Elliot corrió hasta donde él, lo tomó del brazo.
— ¿Piensas hacerle caso?
— Ella me dio la oportunidad de trabajar, ella es la dueña... tú solo eres su hijo. —le mostró una leve sonrisa. — Creo que este es nuestro final, Elliot.
— No puede ser el final, ella no tiene que saber que continuamos.
— ¿Vas a ser enemigo de ella? —preguntó incrédulo.
— Sí, por ti lo sería...
— No seas tonto, no va a funcionar... ella está enferma.
Eso hizo que Elliot no lo siguiera más, tomó el autobús hasta su edificio. Las lágrimas estaban a punto de salir, pero se estaba forzando para que no lo hicieran, cuando llegó al edificio se quedó en el departamento de Beck. No había nadie así que lloró hasta que se quedó dormido en el sofá, la puerta se abrió, él se despertó de golpe cuando interrumpieron su sueño. Habían pasado dos horas.
— ¿Qué pasa? ¿Has estado llorando? —preguntó extrañado.
Archie asintió y cuando se sentía listo le contó todo sobre su rompimiento con Elliot, Beck lo abrazó y las lágrimas salieron de sus ojos nuevamente. Archie le pidió que fuera a su departamento, imaginó que Elliot estaba ahí. Cuando Beck salió Elliot iba saliendo del departamento de Archie.
— ¿Sabes dónde está Archie? —le miró con desánimo, sus ojos estaban irritados.
— Iba a su departamento, pensé que estaba ahí. —dijo Beck de forma natural.
Era un excelente mentiroso.
— Dile que quiero hablar con él.
Archie estaba escuchando todo tras la puerta, el corazón sentía que se le hacía añicos así que abrió la puerta, fue donde Elliot y solo observó como sus ojos se abrieron asombrados y alegres. Lo llevó a su departamento, Beck no dijo nada. Cuando estaban dentro Elliot pensó que todo se había solucionado hasta que Archie empezó a hablar.
— No quería ser muy cruel con respecto a dejarte, pero quiero que todo quede claro... Elliot, te amo demasiado pero no puedo desunir el amor de tu madre, sabes que esto no es aceptable, el amor entre dos hombres... y tu madre no tolera que su hijo haga algo que ella detesta o quizá solo me deteste a mí. Yo sé que tú puedes encontrar a alguien mejor, de una mejor posición, no a tu empleado.
Elliot tenía lágrimas en el rostro, Archie igual.
— Así que... no quieres esforzarte ni un poco, solo para que yo esté bien...
Archie abrazó a Elliot quien no podía terminar sus palabras debido al llanto, ambos estaban llorando sin mediar más palabras ni crear despedidas. Elliot luego de unos minutos decidió marcharse no sin antes besar a su amado y fue el beso más doloroso para él, también para Archie.
***
La madre de Elliot lo había llamado al día siguiente, lo citó en un café, Archie se sentía incómodo, ella le miraba con una sonrisa, mantenía su amabilidad hasta último momento. Deslizó un sobre frente a él, Archie solo lo observó.
— Es tu última paga y gracias por no hacer tanto alboroto con mi hijo. Fuiste muy maduro, yo solo quiero que él tenga una buena posición y que pueda mantenerse.
— Entiendo, gracias. —cortante se levantó y se fue.
***
Archie fue al departamento de Beck, por suerte estaba ahí, tomó asiento, Beck le miró extrañado.
— Tenemos que hablar. —sacó el sobre que le habían entregado.
— ¿De qué? ¿Qué sucede?
Archie estaba contando el dinero.
— Tengo suficiente dinero para irme a otra ciudad, una mudanza.
— ¿Vas a irte? ¿Me vas a dejar?
— ¿Quieres ir conmigo?
— Tengo a Noah...
— Entonces creo que te quedarás acá...
— Tienes que pensar bien esto, ¿Lo haces solo por Elliot?
— Lo amo, no quiero verlo más... no quiero lastimarlo.
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Archie
Non-FictionUn chico que a los seis años descubrió su gusto por las muñecas, los vestidos, maquillaje y más cosas femeninas; su padre apoya a su hijo en sus gustos, en cambio su madre lo golpea por hacer tales cosas. Su hermana mayor lo apoya también e incluso...