Capítulo 23:

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Narra Marco:

No sabía que hacer, estaba petrificado.
Tom y yo nos levantamos lo más rápido que pudimos del sofá.

-Y-Yo... Lo puedo explicar.-

-¡¿Qué?!, ¡¿Me vas a explicar de como eres uno de esos maricones?!.- Él se comenzó a acercara mi.- Pues eso se acabó.-

De repente sentí un dolor horrible en mi mejilla.
Me había golpeado.

Narra Tom:

Ah no, eso si que no.
Le pegué un puñetazo a ese idiota y vi como cayó de espaldas al suelo. Seguramente también le habré quemado la cara.
Me había agarrado un ataque de ira.
Antes de que me lanzara contra ese tipo, Marco me tomó de la muñeca.

-¡No lo lastimes!.- ¿Es enserio?. 

Jaló de mi mano y me llevó a su habitación. Cerró con cerrojo y cuando se dio la vuelta estaba llorando a mares.
Caminó hasta donde estaba su mochila y la comenzó a llenar de ropa y otras cosas.

-Vamonos de aquí.- Dijo cerrando su mochila y parándose frente a mi.- Yo puedo ir a la casa de mis primos.- Seguía llorando.

-Oye.- Le dije acercandome y tomándolo de las mejillas.- ¿Recuerdas lo que te dije?. Vendras conmigo.-

-¿Enserio mo te molesta?.- Me preguntó abrazandome.

-¿Cómo lo haría?.- Le dije poniendo una de mis manos en su nuca y acariciando su cabello para que se tranquilizara.

Lo tomé de la mano y lo llevé escaleras abajo donde ese tipo seguía quejándose del dolor con su mujer arrodillada junto a él.
Llegamos a la puerta y la mujer gritó.

-¡¿A DONDE CREES QUE VAS?!.-

-Adiós, los extrañaré.- Les dijo Marco de forma dolida y con la vos quebrada. Eso me dolió a mi y me dieron ganas de llorar.

Odio verlo así.
Salimos de la casa y llamé una de mis carrozas endemoniadas, la cual vino de inmediato. 
Una ves dentro de esta, Marco comenzó a llorar más fuerte que antes, si es que era posible.
Lo abracé e hice que pusiera su cabeza en mi pecho.
Me sentía realmente mal, y sin darme cuenta yo también comencé a llorar.

No Me Rechazaste. Tomco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora