Aome había pasado la noche en la habitación de Sesshomaru. Después de que él se había marchado no volvió en toda la noche, Aome había esperado por él preocupada hasta quedar dormida. Y no era sólo eso había vuelto a tener ese extraño sueño, y como siempre restando un día al anterior, sólo le quedaban ocho días, lo que más se preguntaba era para qué, qué le esperaba dentro de ocho días.
Unos golpes en la puerta de la habitación la distrajo de sus pensamientos. Se incorporó de la cama, aún estaba vestida con su traje de sacerdotisa por lo que trató de arreglarse lo más posible.
- Adelante -la puerta se abrió al instante dejando ver a la pequeña Rin. Tenía los ojos hinchados de haber dormido hasta hace poco tiempo- Rin, estás bien?
- Señorita Aome! Pensé que no volvería -confesó la niña acercándose a ella, hasta llegar al costado de la cama y al lado de Aome.
- Lo siento Rin -susurro Aome sintiéndose culpable por la niña. Rin se refrego los ojos tratando de alejar el sueño. Aome la tomó en brazos enternecida por la acción y la recostó a su lado- vamos a dormir un poco más?
- Sip -sonrió y se metió bajo las suaves telas de las sábanas. Aome la atrajo hacia si y la abrazo. Ambas cayeron en el instante en los brazos de Morfeo.
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Sesshomaru estaba en el bosque, recostado en un árbol. Con sus ojos cerrados, una pierna doblada y otra extendida, sus manos y ropas teñidas de una sustancia negruzca, sangre de demonio.
Los recuerdos de la noche se reproducían en su mente de forma constante y rápida. Sus ojos se entre abrieron, al instante en el que su mente enfocó el lugar dónde estaba, se incorporó y camino a una dirección fija. Su castillo.
- Señor Sesshomaru -la voz de su guardia interrumpió su caminar. Sesshomaru no respondió con palabras pero dirigió una intensa y fija mirada al youkai esperando a que siguiera- desea que le informé de los pasos por la sacerdotisa ayer en la noche?
- Te mandaré llamar más tarde -anunció, si bien sabía como habia terminado la noche, Sesshomaru queria cada detalle de lo que habia visto Aome. Sin más palabras volvió a caminar hasta llegar a la puerta de su habitación.
Suspiró de manera casi imperceptible; sabiendo que Aome estaría allí después de habérselo ordenado la noche anterior. Entró en la habitación y se dirigió hacía la cama, su sorpresa fue evidente al ver no sólo a Aome, sino también a Rin durmiendo en su cama. Aome tenía un brazo protector en Rin, cualquiera diría que se trataba de una madre y su hija.
Sesshomaru se acercó más a ellas con la intención de tocarla pero al estirar su mano, se percató de la sangre en ellas. Con una mueca de desagrado se alejó de ellas y se dirigió al baño.Al terminar de ducharse y vestirse, se acercó Aome. Dudo un momento pero el cansancio era mayor, por lo que se acercó más y se acostó a su lado.
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Las lágrimas caían por las mejillas de Aome mientras era testigo del amor que se profesaban Inuyasha y kikyo.
No lo soportaba, la presión que sentía en su pecho se intensificó al verlos besarse. Cerró los ojos dejando que sus lágrimas corrieran libres por sus mejillas, suspiró y volvió a abrirlos pero esta vez estaba en otro lugar, sola. Un templo estaba frente a ella, dio unos pasos con la intención de acercarse pero la sorprendió sentir los pies húmedos, bajo la mirada y se percató del lago... Había un lago separandola del templo pero no había ningún puente para cruzarlo.Volvió a cerrar los ojos dejando que la tranquilidad del lugar la reconfortará. Al abrirlos, caminó hasta un árbol y se sentó, todavía cerca del lago.
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Dejando el pasado para un nuevo amor
FanfictionEsta historia trata de Sesshomaru y Aome.