Introducción

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Esperaba que el viaje a casa durara poco

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Esperaba que el viaje a casa durara poco. Quería ver a mis padres después del campamento de verano.

La fila avanzaba mas rápido, me imaginaba que si Perla ya había empezado a gatear, se que es loco solo me fui por un mes.

Ya era mi turno, le entregue mi boleto a la señorita, lo checo y dijo que podía poner mi maleta en el autobús.

Fui a donde me indicó, ya habían varias maletas pero había un espacio en la esquina, ahí coloque mi maleta con rayas Azules y Naranjas, mis dos colores favoritos.

Después de dejar mi maleta, fui a la puerta del autobús, me senté en las primeras filas y cerca de la ventana.

Me acomode, saque mi reproductor de musica y me coloque mis audífonos...

-Perdonen por el aviso, pero ocurrió algo en el motor del autobús, así que pedimos que si se pueden retirar por unos minutos, les avisásemos cuando este listo-dijo el conductor.

Así que tuve que bajar, entrar de nuevo a la central, pensé que se iban a tardar un tiempo así que fui por un café.

El lugar al que llegue era muy bonito, pero había una larga fila. Pues ni modo, tendré que esperar.

No se cuanto tiempo me tarde, pero ya tenia mi café en mis manos. Pregunte que si ya podía subir al autobús que se le daño el motor y me dijeron que si.

Pero esta vez no me pidieron mi boleto.

Así que subí y posteriormente me senté, puse mi musica, tome mi café. Minutos después estaba dormida.

Fue algo vergonzoso que una señora me despertara y me dijera que ya habíamos llegado.

Salí prácticamente volando de mi asiento, fui directamente a donde estaba el equipaje, cuando llegó mi turno mi maleta no estaba en el lugar en que la deje.

Suponía que se movió durante el viaje. Así que tome mi maleta y entre a la central para luego irme a casa.

Levante la cabeza hacia el techo, ví un letrero que decía otro lugar. Ese no era el autobús que me llevaría a casa. Dirigí mi vista a la maleta.

La abrí, las cosas que estaban ahí no eran las mías.

Fui directo a la paquetería olvidada, les dije que esta no era mi maleta. Había dos autobuses que tenían dañado el motor. Así que me subí al equivocado.

Fue aquí donde empezó algo que nunca me imagine. Pero con el tiempo ... Quise que nunca se hubiera dañado el motor de ese maldito autobús.

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Adiós, Chico Que Nunca ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora