Adiós, Chico Que Nunca Conocí

v e i n t i n u e v e

Estábamos en el parque cerca de la casa de Amalia, habíamos comprado crema para batir y algunos pasteles por que era el cumpleaños de Margaret. Yo le había comprado un hermoso vestido color verde que tanto le había gustado en cuanto lo vio en el escaparate. En ese momento entre corriendo a comprarlo y guardarlo para este día.

Todos nos estábamos riendo del chiste que hizo Gael, el parque estaba muy sólo a estas horas o puede ser que nosotros ocupamos todo el espacio de área verde y algunos columpios, también que había una manta en el pasto con las sobras de comida y algunas envolturas de sabritas.

- ¡Foto!.- Grito la cumpleañera.

Así que no teníamos de otra que tomarnos la foto ya que casi no la veíamos entre la semana. Nos acomodamos y Yack fue el encargado de tomar la foto.

Margaret no se quedaba atrás, cuando le iba a dar la mordida al pastel se mancho con el merengue. Como venganza nos embarro a todos de crema batida, por eso era que nos estábamos limpiando. Zac ya se había terminado de limpiar, pero se me ocurrió una pequeña travesura. Le volví a poner crema batida en su cara y yo me estaba muriendo de la risa al igual que mis amigos.

Sólo escuché el sonido de la cámara capturando ese momento.

Margaret terminó de abrir sus regalos y nos dio las gracias por acompañarla en su día especial, y que lo sentía por no estar con nosotros todos los días de la semana. Esa era un desventaja de tener una amiga que ya está en la Universidad. Aparte yo la comprendía, tener de amiga a Tania era todo un récord. Nadie la soportada, ni yo y eso que era mi prima. Conocimos a Margaret gracias a las locuras de Tania.

Cuando la sorprendimos en el parque tiro todos los regalos que había recibido en su anterior fiesta sorpresa. A decir verdad tuvo dos fiestas sorpresas y yo no sería la que la llevará a su casa, que dé eso se encargue Gael.

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Yo era la encargada de guardar la manta y tirar la basura, ya todos se habían ido sólo quedandonos Zac y yo.

- Fue muy divertido.- Dijo quitando las serpentinas de los columpios .- Pero no voy a olvidar lo que me hiciste.- me reclamó con su dedo.

- No me importa, aparte no te quejaste mucho cuando lo hice.- Tomando su dedo y llevarlo hasta la salida del parque-. Ahora me vas a llevar a dar una vuelta por los pinos que me debes desde ya hace unas semanas-.

El sólo asintió abriendo la puerta de su auto dejando me entrar para luego arrancar y empezar a manejar hacia los pinos en el fondo del bosque.