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Si, nos acabamos la bolsa de bombones.

Estamos acostados en el pasado mirando al cielo, aquí se pueden apreciar un poco más las estrellas. Creo que después de lo de hace rato esta mejorando lo que resta del día.

Nuestros amigos ya se durmieron, ellos no aguantan mucho tiempo despiertos, lo se porque cuando nos fuimos de viaje a la ciudad de mi madre, dijo que nos iba a dar una noticia, todos la estábamos esperando a que la dijera pero mis amigos cayeron rendidos en el sillon y yo sólo los vi dormir. En eso mi madre nos dice que está embarazada de mi hermana. Pegué un grito enorme que hizo que mis amigos de cayeran del sillon y me miraron.

- ¿Por que esa sonrisa? -recargaste tu codo en el pasto y te volteaste para mirarme.

-Por que tengo músculos en la cara y eso hace que...

-Eso ya lo se, se ve que no quieres decirme.

-Exacto.

Te miré.

-Que amargada niñata -me resolviste mi cabello-. Y si, te voy a seguir llamando niñata o al menos de que me digas tu nombre-.

-Sólo para que ya no me digas niñata-.

-Bueno, soy todo oídos -. Me sonreiste.

-Pero quita esa sonrisa que tienes -. Señale su boca con mi dedo.

-No -. Agarró mi dedo -. Se que quieres que tenga esta sonrisa.

-Estas loco

-Bueno, al menos ya no me dices tonto -. Estaba jugando con mis dedos y se volvio a acostar en el paso, pero sin soltar mi mano -. Es un avance.

Ahora si le quite mi mano y me paré para tomar agua.

- ¿Ya me dirás tu nombre, niñata?

-Viste que nuestros amigos duermen fácilmente -. Señale al otro lado del lago.

-No me cambies de tema, te pregunté algo.

-Y te respondí-. Me miraste un poco dudoso -. Me preguntaste que por que tenía esa sonrisa, es porque nuestros amigos se quedan dormidos fácilmente, me acordé cuando estaba con ellos hace unos años.

- ¿Cuantos años llevas con ellos? -. Te cruzaste de brazos, pero aun estabas acostado en el pasto.

-Tres o cuatro años, ¿Por qué?

-Por nada -murmuraste.

Si, por fin tenía una conversación
decente contigo, pero no iba a
durar por mucho tiempo, el mundo
me ama, el clima iba a empezar a empeorar.

Adiós, Chico Que Nunca ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora