v e i n t i u n o

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El fin de semana se paso muy rápido. En un abrir y cerrar de ojos ya era martes, ese martes me encontré con Martín afuera del teatro me explico la idea que tenía sobre las fotografías que quería que yo tomará, pero tendría que consultar con sus demás amigos. Y tú. Como siempre con tu celular en la mano y recargado en el capo de tu auto, esperándome.

La semana pasó normal, me seguía viendo con Martín y sus amigos. Al final de cuentas si son buenos amigos. Sólo que se les sube la popularidad del momento. A decir verdad, me trataron muy bien. Y de ti, pues una que otra vez te veía con tu nueva amiga, no te había preguntado por ella esperaba que tu me dijeras quien era.

Pero no le tomé mucha importancia, seguías tratándose igual, aunque me prestaban demasiada atención, me decías un montón de preguntas de que había sucedido dentro del teatro. Aveces te decía que entraras para que lo vieras con tus propios ojos, pero siempre rechazabas mi propuesta, prefirias que te contará todo con lujo de detalles, me tenías confianza. Y pues, yo también.


E̶s̶o̶ ̶f̶u̶e̶ ̶u̶n̶ ̶e̶r̶r̶o̶r̶.̶

Crei que me enfadaria contándole esto, en esta libreta. Crei que me iba a cansar de escribir y revivir todo esto. Pero creo que me estoy liberando de todos mis pensamientos que tenía guardados. Y esa frase que se repetía cada vez más y más dentro de mi cabeza.

Tal vez eramos un poco raros, pero eramos amigos. ¿Eso somos, no?

La actitud que tenemos no son de amigos, amigos normales.

¿Tal vez de mejores amigos, mejores amigos normales?

Y cada vez iba cambiado las dos últimas palabras.

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Adiós, Chico Que Nunca ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora