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Ya había pasado un mes, las cosas en Gravity Falls habían estado normales. Excepto que con la presencia de Will las cosas se habían puesto un poco difíciles.
A las semanas de haber llegado, el demonio azul le confesó a los gemelos más chicos de la familia Pines que estaba huyendo pero no precisamente del infeliz al que su hermano se refería sino que del demonio que había transformado a su hermano en humano y que lo buscaba para algo que no fue capaz de contarles.
Dipper supuso que sería algo horrible, la sola idea de imaginarse a su novio lastimado o muerto hizo que su pecho doliera. No había duda, realmente amaba a Bill pero no se lo diría por ahora.
— Hey, Pino ¿qué pasa?
— Nada.
— No te creo.
— Pues no me creas, Dorito Iluminatti.
El castaño lo beso, intentando que su novio no quisiera indagar mas en el asunto. Aunque bien sabía él que el rubio no lo dejaría en paz una vez que le agarraba curiosidad por algo. Todavía recordaba ese dia que había descubierto que su nombre real era Mason y el como tuvo que soportar unas buenas dos horas que Bill estuviera preguntándole y preguntándole.
— A ti te pasa algo, siempre que algo te molesta frunces el señor de forma graciosa y lo estás haciendo ahora Mason.
— Que no me digas así, es horrible— le respondió Dipper bastante frustrado con el hecho de que su novio lo llamara por su nombre real.
— A mi me gusta.
Lo fulminó con la mirada por unos momentos y luego miraron a Will que se reía de ambos en el borde de las escaleras. Es que para el demonio azul, ambos eran muy adorables y le causaba gracia esas discusiones tontas que tenían de vez en cuando -mas bien siempre-.
El demonio azul estaba bastante preocupado por su hermano, por el futuro. Pero como le dijo Mabel, debía preocuparse por el presente al menos por ahora.
Además, sacarles fotos a ambos era entretenido. Su memoria estaba llena pero era divertido.


Ford quería asesinar a alguien.
¿Desde cuando su casa se había vuelto un hotel para demonios? A Will lo soportaba porque era bastante amable y muy tierno, casi como un gatito asustado pero confianzudo. Pero Bill, él era otro cuento.
El chico rubio era por demás insoportable.
— Je— el estafador lanzó una risa sarcástica al ver el gesto fácil irritado de su hermano.
— ¿Y tu de que te ríes?
Stan levantó las manos en señal de paz y huyó del laboratorio dejando la bandeja de comida en una de las mesas. O huir era su intención hasta que su hermano lo agarró del brazo y lo detuvo antes de que pudiera subirse al ascensor para irse.
— Yo soy inocente.
— No estoy enojado contigo, Stan— tenía que admitir que le causaba gracia que el primer acto reflejo de su hermano en situaciones así sea alegar por su inocencia, cuando ambos bien sabían que de inocente no tenía nada en ningún sentido.
— ¿Entonces, Ford?
— ¿No te incomoda tener a Bill aquí?
— No.
Iba a matar a alguien, estaba muy seguro.
— Y a ti tampoco.
Aunque podía esperar.
— A ti te molesta que este con Dipper, admítelo.
— No es cierto— le respondió a su hermano, intentando no tener contacto visual. Stan sabía que había dado en el clavo con su suposición y le causaba cierta gracia que el mayor tuviera celos por su sobrino. Se preguntaba cómo hubiera sido Ford si hubiese tenido hijos, seguramente sería un padre bastante sobre protector y muy celoso. Sonrió algo triste pero la tristeza no le duró mucho porque Will los interrumpió apareciendo en el laboratorio atravesando la pared.
— Lo siento, Stanley— el nombrado hizo un gesto con la mano, restándole importancia— pero necesito hablar con Stanford.
— Entonces me voy arri…
— Esta bien, puedes quedarte porque esto también te incumbe.
En el transcurso de ese mes no habían visto a Will tan serio, casi siempre estaba sonrojado y lloriqueando porque Mabel lo asustaba o le hacía una broma. Verlo de ese modo era, por demás, intimidarte y escalofriante.
— No se si Bill les contó pero el hecho de que yo esté aquí no es mera casualidad.
Hizo una pausa para suspirar y para prepararse mentalmente para lo que venía. No iba a ser sencillo, eso seguro.
— No nos ha dicho nada, pero lo suponía— le dijo Ford para cortar un poco con la tensión.
— Bien…— Will asintió ante lo dicho, sabiendo que al menos ya había ganado algo de terreno— la idea del Raromagedon no fue obra exclusiva de mi hermano, él solo fue un peón de alguien más y lo hizo para que no me lastimarán.
Volvió a suspirar, recordar aquellas épocas era algo doloroso pero tendría que hacerlo.
— Sucedió cuando aún éramos humanos, dos niños ingenuos con unos padres bastantes nefastos a los que no les importábamos en lo más mínimo si ellos podían seguir con sus vidas. Vivíamos aquí, en Gravity Falls y tanto a mi hermano como a mi nos llamaba mucho la atención lo misterioso del pueblo. Creo que por eso mi hermano fijo la vista en ti, Stanford— Will señaló al científico con una sonrisa algo triste— le recordaste a nosotros mismos y él sabía que serias fácil de manipular.
Stan agarró la mano de Ford en señal de apoyo, sabía que a su hermano aún le dolía el haber sido tan ingenuo y todas las consecuencias que trajo luego esa misma ingenuidad. Will sonrió en plan fangirl al verlos, les saco una foto con su móvil -el cual consiguió haciendo algunos truquitos- y decidió continuar con su historia.
— Una noche, cuando ya estábamos volviendo a nuestra casa nos encontramos con una escena que prefería borrar para siempre de mi memoria: nuestros padres estaban muertos en el recibidor de nuestra casa, completamente descuartizados. Y eso no era lo más escalofriante, sentado en el piso estaba el ser más horrendo con el que tuvimos la mala suerte de toparnos.
— ¿Quién era?
— Nunca nos dijo su nombre, pero ustedes los mortales lo conocen como el diablo o algo así. Digamos que es el principal demonio. El nos dijo que nuestros padres se habían ofrecido en pago por un trato al no tener nada más que darle y que también me habían ofrecido a mi como su esclavo por toda la eternidad para servirle. Mi hermano horrorizado se ofreció en mi lugar, a lo que él se rió y nos dijo que ambos le serviríamos en su elaborado plan y que si no quería que yo saliera lastimado Bill tendría que cumplir al pie de la letra el plan. Esa noche nos convertimos en Bill y Will Cipher, los demonios de la mente y del espacio.
— El plan de ese demonio era el Raromagedon— concluyó Stan, mirando al chico de cabello azul frente a ellos.
— Si.
— Entonces...— dijo Ford— como eso salió mal él…
— Él planeaba matarme pero no lo hizo porque hui, antes de eso intercambie algunos favores para que sacaran a Bill del mapa convirtiéndolo en humano otra vez lo que haría que no pudieran rastrearlo pero se que nos está buscando y quizás esta vez no solo sea un Armagedon lo que traiga con él.
— Quizás deberíamos decirle a los chicos.
Ford asintió no muy convencido pero sabía que era lo mejor.
— Si, tenemos que prepararnos para lo que sea que venga.

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Je... holi.
Se que no tengo perdon de Dios ni de ustedes... but... ¡Les traje capítulo! Y se viene el salseo a full ladys and gentlemen *o como se escriba*...
Jejeje... bueno.
No se cuando va a venir el siguiente capítulo pero quizás sea pronto *le lanzan piedras*.
Funcionó bien a amenazas y me encanto el love que me dieron en los comentarios.
¡Gracias!
Nos vemos en el próximo capítulo de esta historia ultra cool :3

¿Pain?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora