Nubes y claros

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Narumi jugueteó con sus dedos, intentando no mirar a su profesor. Fujioka-sensei la observaba con resignación de piernas cruzadas, mientras apoyaba su codo en la mesa y dejaba descansar su cabeza sobre la palma de su mano.

—Supongo que tu silencio es un no —dijo finalmente su profesor.

Narumi levantó la vista para clavar sus ojos sobre él. Fujioka-sensei era joven, quizás el profesor más joven de todo Fukurodani. Tenía el pelo negro liso y largo, recogido siempre en una coleta. Durante el curso, solía vestir con un pantalón de pinzas negro y una camisa blanca, pero muchos de los que le habían visto en su día a día solían decir que tenía un look de lo más bohemio. Y, sin ninguna duda, le pegaba, pues el hombre, especialmente por su aspecto, no era el tipo de profesor que solía haber en su preparatoria. Muchos decían, además, que aquel look le había costado más de un enfrentamiento con miembros de la dirección de Fukurodani, ya que había que dar cierta imagen de seriedad. Podían haberle despedido, pero nunca lo hacían, seguramente porque era una de las personas más confiables dentro de aquellas paredes.

Según Narumi tenía entendido, aquel era el segundo año de Fujioka-sensei en Fukurodani y, al igual que en su primer año, estaba intentando convencerla para que se uniera al club de música. Narumi había rechazado la oferta amablemente el primer cuatrimestre de su primer año en Fukurodani y el segundo y el tercero... Y ahora, ahí estaban los dos, en la sala de profesores, charlando de nuevo. Era como si Fujioka-sensei no se cansara nunca de sus negativas.

—Lo siento, pero no estoy interesada en pertenecer al club de música —su profesor suspiró y cerró los ojos momentáneamente cuando Narumi respondió finalmente.

—Te preguntarás por qué no me canso de insistir, Matsuyama-san, pero de verdad que quiero tener a alguien con tu talento en el club. Puedes participar en competiciones a nivel individual también, no solo grupal, si es eso lo que te preocupa. Es más, creo que le vendría muy bien a la escuela si también participaras a nivel individual en-

—Ya no toco el violín —le cortó Narumi. La chica ya sabía a qué se refería. Ella había sido un talento con el violín por terminar de pulir, había sido muy buena y, a ojos de su profesor y de cualquiera en aquella preparatoria, si ella volviera a tocar y a competir en recitales, Fukurodani podría obtener mucho prestigio. Su profesor abrió la boca un par de veces, intentando encontrar las palabras adecuadas, pero era incapaz de decir nada—. No toco el violín desde hace dos años —aclaró.

—Bueno, no pasa nada —su profesor se rascó la nuca y sonrió de forma nerviosa—. Con un poco de práctica volverás a ser la que eras.

—¿Sabe lo que sucedió hace dos años?

—¿Qué? —su profesor parpadeó varias veces, confuso.

—Que si sabe lo que pasó hace dos años —Fujioka-sensei guardó silencio, por lo que Narumi frunció el ceño. Por supuesto que lo sabía. Tenía que saberlo. Todo el mundo relacionado más o menos con la música a nivel de escuelas lo sabía, sobre todo si él no solo era el profesor encargado del club de música, sino también el profesor de dicha asignatura.

—Sí, sé lo que pasó —su profesor lo reconoció y, acto seguido, torció el gesto—. Pero eso no es el fin del mundo, Matsuyama-san.

—No opine de lo que no sabe —Narumi escupió prácticamente aquellas palabras. Apretó los puños con fuerza, casi clavándose las uñas en la palma de sus manos. ¿Qué sabía él? ¿Qué sabía él de por qué había sucedido aquello? ¿De por qué había lanzado su violín contra el suelo y se había bajado del escenario? Sentía que su rostro ardía por la ira. Sin embargo, cuando vio la expresión de mezcla de desconcierto y enfado en su profesor abrió los ojos de par en par—. Lo-Lo siento, Fujioka-sensei —Narumi agachó la cabeza, intentando disculparse—. Siento mi falta de modales. No volverá a suceder.

El color de una sinfonía (Primera Temporada) [Haikyuu. BokutoxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora