—Voy a mostrarte a verdad sobre por qué mi hermana se ve incapaz de volver a tocar el violín.
Las palabras de Kita se repetían una y otra vez en la mente de Bokuto, taladrándole el cerebro. No le respondió siquiera, pero sus piernas se movieron solas, siguiendo al niño al otro extremo de aquel interminable pasillo. Al fondo, una puerta cerrada, pero no con llave. Kita puso la mano en el pomo, lo giró y entró el primero. La habitación no estaba en penumbra, como pudiera parecer desde fuera. Bokuto no sabía qué esperaba, pero, dado el misterio con el que Kita había pronunciado aquellas palabras, se esperaba que aquel secreto se guardara en un lugar oscuro.
Bokuto miró a su alrededor. A simple vista, era una habitación bastante normal, al menos teniendo en cuenta el tipo de casa en la que vivían los Matsuyama. Era una habitación grande y amplia. Tenía un enorme ventanal en la pared, frente a la puerta, que iluminaba todos los rincones de la estancia. Las paredes estaban pintadas de blanco y de ellas colgaban fotos en las que Bokuto rápidamente identificó a Narumi y a su hermano Horaru. A la derecha, había un piano de color negro brillante y colgaban un par de guitarras clásicas. A la izquierda, había una gran estantería con libros y archivadores en los que Bokuto supuso que se guardaban partituras.
Kita caminó hasta el fondo y le hizo un gesto a Bokuto para que se acercara. Pasada la estantería había otro mueble. Kita lo abrió y sacó un estuche en el que por la forma debía de haber un violín. Kita lo puso en una mesa y lo abrió. El instrumento lucía impecable y brillante.
—Es nuevo, pero mi hermana no lo ha estrenado aún. Fue un regalo de mi padre.
El parecía de exposición. No obstante, Bokuto no sabía qué tenía aquello de extraño o especial hasta que sus ojos repararon en un papel que había al fondo de la funda.
—Cógelo —le indicó Kita.
Bokuto dudó unos instantes, pero hizo lo que el niño le pedía. Tenía la impresión de que se estaba adentrando en algo muy personal de Matsuyama, pero otra parte de él, más fuerte, quería saber, necesitaba comprenderla.
Se trataba de una carta. Bokuto inspeccionó el sobre, pero no había remitente. El destinatario era Narumi. Sacó el papel del interior, perfectamente doblado, y lo desplegó para leer con detenimiento. Estaba escrita a mano, la letra era limpia y clara y Bokuto comprobó al instante que se trataba de una carta de Horaru a Narumi.
—N-No sé si debería leer esto —balbuceó Bokuto. Tenía un mal presentimiento.
—Si quieres conocer a mi hermana, tienes que leerla.
—Se enfadará si se entera.
—Es algo que tiene que suceder tarde o temprano. Es por su bien.
Bokuto abrió ligeramente la boca, sorprendido por la actitud del niño. Kita tenía solo diez años, pero hablaba y se comportaba muchas veces como un adulto. Tragó saliva y empezó a leer.
Querida Narumi,
Cuando leas esta carta, yo ya no estaré aquí. Podía haberme ido en silencio, pero te conozco lo suficiente como para saber que te estarás haciendo muchas preguntas y no me queda más remedio que darte una respuesta.
Desde que era muy pequeño me di cuenta de que era diferente a los demás. Mi mente iba por delante de la de los otros niños, incluso de los adultos, y comprendí, ante sus miradas atónitas cada vez que hablaba, que lo mejor era guardar silencio ante el abismo que nos separaba.
Siempre he tenido la certeza de que la vida es una farsa y, por eso mismo, no podía resistir hasta el final. En el fondo, estamos programados para creer en lo que no existe, porque somos seres vivos que no quieren sufrir. Por ello, empleamos todas nuestras energías en convencernos de que hay cosas que valen la pena y que por ellas la vida tiene sentido. Yo, en cambio, nunca he podido luchar contra esta tendencia biológica, ya que el dolor de existir ha sido siempre insoportable. Cuando cumplí los trece años me hice la siguiente pregunta: cuando entre en lo mundo de los adultos, ¿seré todavía capaz de hacer frente al sentimiento de lo absurdo? No lo creía y, por eso, tomé una decisión. Me suicidaría al cumplir los diecinueve años.
ESTÁS LEYENDO
El color de una sinfonía (Primera Temporada) [Haikyuu. BokutoxOC]
FanfictionSiempre le habían dicho que podía colorear el mundo con solo tocar su violín, pero el mundo había terminado por volverse en blanco y negro. Sus prioridades habían cambiado y ya no quería destacar. Por eso no lo entendía. No entendía por qué alguien...