Shingeki no kyojin, los ghouls al acecho.

Capítulo 1. Mayor Lykos

El juicio de Eren no había ido tan mal como esperaba. Quizá podía verlo con buenos ojos gracias a aquella tendencia suya a ponerse en lo peor. Había visualizado la escena desde la cornisa en la que estaban el resto de sus compañeros del Cuerpo de Exploración, pero sin mediar palabra casi con ninguno de ellos, a excepción de un leve cabeceo que le había dedicado a Hanji en forma de saludo.

Sin lugar a dudas, el muchacho moreno no parecía tener idea de nada. Casi como si sus poderes habían caído por arte de magia. Necesito un cigarrillo, pensó, mientras las patadas de Levi resonaban contra el cuerpo de Eren, que seguía el plan de Erwin al dedillo, como si fuera una especie de marioneta. Un pensamiento ajeno cruzó su mente ¿No ha recuperado aún la memoria? ¿O no quiere recuperarla? Apretó levemente la boca. No sabía si aquello le preocupaba o le tranquilizaba. El peso del destino se expandía sobre la sala, insolente. Todos podían sentir la tensión del aquel momento tan importante, pero sólo ella parecía notar lo que en ese momento estaba decidiendo.

- Bien – dijo el comandante Zackly con un gesto – ya he tomado una decisión. – y el aire, denso como una piedra, metamorfoseó a una afilada cuchilla. El hombre de barba gris se levantó, como para hacer guardar solemnidad y citó su sentencia. – Eren será custodiado por el capitán Levi, por el momento. – y cayendo como un balde de agua fría para una parte de la sala, el jaleo comenzó.

Yuri no quería observar más aquel panorama tan ensordecedor. Se escabulló de su sitio, aprovechando el ruido. Dirigió sus pasos lejos de allí mientras se abría la chaqueta del uniforme y sacaba un pitillo. Menos mal, pensó.

...

Hanji curaba e inspeccionaba el cuerpo de Eren, completamente fascinada y acribillando al joven moreno con preguntas, aprovechando que el capitán Ackerman ya le había regalado una especie de disculpas. Mientras tanto, Levi y Erwin comentaban por encima la manera de preparar los equipos para poder comenzar al día siguiente el traslado de Eren. Unos sonoros pasos aparecieron por el pasillo y unos golpes llamaron a la puerta un instante después.

- Adelante. – dijo el Jefe del Cuerpo de Exploración mientras observaba la puerta.

- Comandante. – saludó. Erwin hizo un leve gesto de sonrisa al verla. Hanji se giró inmediatamente a verla, soltando los utensilios.

- Yuri – Smith acercó a ella. – Te fuiste pronto. – comentó.

- Sí, lo siento, señor. – comentó mirándole a los ojos y rascándose la cabeza, un poco nerviosa. – No aguantaba tanto drama.

- ¡Yuri! – esbozó Hanji, interrumpiéndoles, y se acercó a ella para colgarse de su cuello. – Cuánto tiempo. No te esperábamos – la joven le correspondió la sonrisa. – Si nos vimos anteayer... - le respondió. - ¡Ven! – continuó Hanji, casi como ignorando su respuesta – quiero presentarte a alguien.

La mayor Zoe se giró y dio paso a que Yuri pudiera vislumbrar la figura herida de Eren Jeager, la nueva arma secreta (o ya no tanto) de la humanidad. El moreno contempló como los ojos azulados de la chica le observaban de arriba abajo. Su mirada era fina, como la de un gato. Le sonrió, mostrando parcialmente una hilera de dientes blancos encerrados en el interior de sus rosados labios. Ella se acercó a él y le extendió la mano.

- Es un placer... - dudó.

- Cadete Jeager – contestó el chico, un poco lento, extendiéndole la mano en respuesta. Y, quizá por la cercanía del gesto, comenzó a observarla de manera detenida.

Traía el pelo, de color pelirrojo, recogido en una coleta alta, aunque un par de mechones caían a los lados de su cabeza. Había un par de pecas decorándole la nariz, como si fuera una niña pequeña.