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Evidentemente Frisk estaba muy enfadada. Ese colgante parecía significar mucho para ella, pero algo muy extraño rondaba el objeto. Esta vez no se dejaría que nada le separase de ella aun si con eso perdía toda confianza de la chica.

La noche estaba muy avanzada pero Sans no podía dormir, no podía ignorar el hecho de que alguien hubiera estado cuidando de Frisk hasta entonces. Alguien que quizás siempre supo de su inocencia y aun así no lo había remediado. Ese alguien podría tener información. Sans caminó por el pasillo, Frisk dormía abrazada a un almohadón del sofá. Siempre lo hacía quizás de pequeña tuvo algún peluche o quizás solo se sentía sola. Sonreía imaginando la chica abrazada a algún animal de peluche de manera tierna. - Tengo que conseguir uno... - susurrando para sí mismo salía camino al vertedero, ahí debía haber alguno. Sería raro irva la tienda a comprarlo además otras veces los había visto y no le seria muy difícil encontrarlo.

Frisk se despertó en la oscuridad. Alguien la llamaba “Frisk, Frisk, estoy aquí ” guiada por aquella voz conocida la llevaba por la casa, no podía pensar en nada mas, no veía nada mas. Solo seguía la voz “Estoy cerca Frisk” caminaba sin saber donde iba guiada por aquella voz “vamos Frisk, más rápido” ¿porque seguía la voz? Quien sabe pero parecía urgente “RAPIDO FRISK” la voz cambio repentinamente. Sonó demasiado cercana, enfadada y distorsionada.
- ¿Que haces aquí? - Sans la agarro con fuerza del hombro sacándola de aquel trance en el que se había sumido.
- Ah... No... No lo se - un escalofrío le recorrió el cuerpo, estaba en la habitación del esqueleto. ¿Como había llegado? No se había movido del sofá en todo el tiempo y de repente ahí.
- Aquí no tienes permiso para entrar - Su voz sonó dura, como una reprimenda. Su mirada severa se clavó en ella. Solo había subido al cuarto, no sabia como pero no era un delito ¿Amigo? Seguro que si, encerrándola en aquella casa como un animal enjaulado esperando su ejecución. Quizás el esqueleto no era tan inocente como trataba de aparentar.

Su voz sonó más dura de lo que pretendía. Frisk parecía confusa, miro alrededor y se abrazó a si misma, estaba alarmada y parecía enfadada con algo. No sabia bien el motivo, nunca había subido hasta ahí y ahora estaba dentro y con una expresión extraña.
- ¿Porque has subido? - Frisk se quedó en silencio - Parece que eres sonámbula heh - Sans era consciente de lo tenso de la situación en la casa. Ella actuaba cada vez más esquiva y después de todo tampoco podía culparle por su desconfianza. Quería demostrar que confiaba en ella, después de tantos años de odio quería ganarse su confianza pues sentía que era su culpa por prejuzgar a la chica y haberla condenado.
- Me vuelvo al sofá - su voz sonó cansada y enfadada
- Espera - Sans se abrazó a ella, no sabia porque pero así lo hizo. Sentía que debía darle apoyo parecía perdida - Pase lo que pase, estoy aquí - Frisk le dio un empujón de mala gana e hizo una mueca de disgusto.
- Un poco tarde para eso - se marchó dejando al otro solo. Sans se sentó sobre la cama, impactado por aquella reacción dejo caer un perro de peluche blanco que llevaba en una mano. Le había dolido aquella desconfianza como una puñalada, pero tampoco podía culpar a nadie por ello.

Amanecía dejando entrar algunos rayos de luz en la casa. Sans no había pegado ojo,  debía ser muy temprano. Frisk dormía, parecía intranquila tanto que se había caído al suelo. Bajó las escaleras y se agachó frente a la chica. Acarició el contorno de la chica y esta se encogió abrazándose a las mantas.
- ...Lo...siento... - Murmuraba en sueños y se retorcía un poco. -...Sans...lo siento...- Se volvió a retroceder y pequeñas gotas caían de sus ojos. - ...Saaans...
- Shhh estoy aquí - La chica todavía dormida se abrazó al esqueleto y este no pudo más que sonreír y acostarse en el suelo también abrazado a la chica. Después de todo solo era una niña a la que nunca se había recibido nada mas que odio.

Tenía algo entre los brazos y lo estaba estrujando contra ella. ¿La almohada? No podía ser eso era muy diferente. Abrió lentamente los ojos intrigada por aquel objeto encontrándose con el relajado rostro de Sans. Este dormía con una mano agarrada a la camiseta de Frisk ¿porque esa confianza? Apenas unos días antes le odiaba y no confiaba hasta el punto de dejarla a su suerte y hoy dormía tan indefenso a su lado... La noche anterior parecía cabreado. No podía decir que le molestaba, en realidad es una confianza que nadie le había brindado en años, pero no entendía el motivo. Surcó con su dedo el contorno de la nariz de Sans, siempre había sentido curiosidad por el otro. Podía notar el aire salir y entrar igual de frio pues no tiene pulmones. A decir verdad se sentía feliz de poder estar con el. Era esa luz en la oscuridad que tanto había estado esperando.

Sans estaba despierto pero quería saber que haría la chica al notar su presencia. Al principio quedo estática pero poco a poco volvió a acostar entre los brazos de este dando rienda suelta a su curiosidad. Frisk paseaba con sus dígitos la anatomía del esqueleto, parecía divertida aunque el otro trataba de no sonrojarse. Esa era la Frisk le había perdido tanto tiempo atrás, una niña tranquila y curiosa sin maldad alguna. La chica de la sonrisa vacía era Chara. Lo sentía más claro que nunca, había perdido a Papyrus y los demás, pero Frisk todavía necesitaba de su ayuda y la llevaba necesitando años, tantos que quizás se había perdido.

Esa felicidad era algo robado, algo que había arrebatado a sus amigos al matarlos. No era merecedora de aquella compasión y confianza. Nunca lo había sido. - Lo siento mucho Sans - susurró al oído del otro y le besó la frente. Se colocó algo más de ropa y se disponía a salir cuando un muro de huesos le freno.
- ¡NO DIGAS QUE LO SIENTES MIENTRAS ME VUELVES A DEJAR SOLO!¡TE CREÍA PERDIDA HACE MUCHO Y AHORA QUE VUELVES...- toda la determinación de Sans se quebró dejando a un afligido esqueleto que estático tras la chica poco a poco se quebraba - Te vas, para dejarme solo otra vez ... No se si aguantare quedarme solo otra vez... - Sans deshizo la barrera y quedo esperando una respuesta que Frisk no sabía darle.
- Pero... Yo... - Sans se acercó lentamente y se apoyó en la espalda de la chica que todavía amenazaba irse. Ella era un poco más alta aunque el era más ancho, eso le permitió hundirla en su pecho y atraparla en el interior de la chaqueta. ¿porque? Era cálido y acogedor podía sentir las manos del otro aferrarse a sus costados impidiéndole moverse, aunque tampoco iba a moverse.

Sans se aferró a ella como última esperanza de retenerla aunque ahora era terriblemente consciente de lo que había crecido la chica, aunque la ropa lo escondía y su odio le había impedido verlo antes aquel cuerpo había madurado bastante. Se sonrojó, trató de soltar aquel abrazo pero Frisk se giró y hundido su rostro en él pecho del esqueleto. - No me dejes sola - ella no lloraba, no se movía, solo se hundía en el otro. Cerró la chaqueta dejando la chica en el interior.
- ¿ACALCIO piensas que te voy a dejar sola? Seguro que mueres de hambre, eres un desastre heh - Sans sonreía acaparando a la chica entre sus brazos.
- Joooo Sans que malo eres - Frisk hinchó sus mofletes de forma infantil y estiro de la camisa del otro a modo de reproche. Sans esbozo una amplia sonrisa sincera, ya no tenía dudas, esa era la Frisk que quería salvar. No quería soltarla nunca - ¿Que sonríes tanto?
- Es que tu dices que todos los humanos tienen huesos debajo de la carne, pues ahora yo tengo carne debajo de mis huesos ¡heheheh!
- ¡Saaans! - reprochaba la chica mientras golpeaba ligeramente el pecho del esqueleto
- Va, te estoy viendo sonreír kiddo - la chica reía por lo bajo y Sans se dejó caer sintiendo como la chica caía sobre el entre risas. Toda la tensión de momentos atrás se esfumó.
- ¡No es verdad! - Frisk trataba de levantarse pero Sans pesaba demasiado como para moverlo. El esqueleto reía sabiendo que no podría moverlo.
- Yo creo que si - Todo ese tiempo en soledad había perdido esas ganas de bromear y en cierta forma era como perder una parte importante de su vida. Aunque comportarse así con Frisk le resultaba tan natural como vivir. Se sentía bien volver a comportarse como el mismo
- ¡sueltame! - esta trato de darse la vuelta para desabrochar la cremallera pero Sans la abrazó con fuerza contra el.
- No TIBIA soltar, lo mismo acabas rondando la casa sonámbula otra vez
- Estoy despierta y es casi hora de comer ¿cuanto he dormido? Eres un saco de huesos flojos que podría haber despertado antes - Sans rió y se levantó arrastrando con facilidad a la chica que pataleaba llego asta la cocina
- Pero estabas adorable - alegó sonriendo
- Sans estas extraño - Sans suspiró y abrió la cremallera dejando salir a la chica. Quizás si era un poco repentino ser así de cercano con ella, pero se sentía agradable. Era realmente afortunado de recuperar a alguien que consideraba muerto hace mucho.

No se había sentido así de querida en años y quizás eso le abrumaba un poco, pero no le desagrada. El cuerpo de el esqueleto es extraño aun siendo solo huesos era blando y pesado. Ahora estaba Frisk en medio de la cocina y el otro miraba divertido sentado encima de una encimera.
- Hoy... Cocino yo - Frisk comenzó a sacar algunas cosas de la nevera cuando escuchó al otro bajar
- Yo te ayudo - Frisk se giró y comenzó a reír
- Vamos, cocinas de pena
- Hey kiddo, no seas mala - ese podía ser el comienzo de algo nuevo. Quizás algo de tan añorada paz.

Undertale : Pacifista Genocida Pacifista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora