Cuarenta y Cuatro.

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"Hija han pasado muchos días y te extraño mucho! no quiero arruinarte las vacaciones, pero por favor haz un espacio para visitar a tu madre. Pronto vuelves a la universidad y será más difícil reunirnos, te quiero..."

Leí el mensaje quizá 5 veces, yo también extrañaba a mi mamá, pero debía admitir que no he estado pensando en ella en absoluto estos días. Y tenía razón sobre la universidad, es rara la vez que nos vemos y en vacaciones era nuestra única oportunidad. Pero Zayn...

Quería decirle y quizá irme unos días con mamá a la casa, pero sabía que sería difícil. No quería dejarlo, no ahora que estábamos mejor que nunca, pero también debía dedicarle tiempo a mi familia.

—¿Amor, tienes hambre?—escuché la voz de Zayn detrás de mí y casi salto del susto.

Voltee y sostenía la caja de Waffles en sus manos, le sonreí y negué con la cabeza.

—No amor, gracias—le dije y asintió.

—¿Está todo bien?—probablemente notó mi cara de tensión.

—Sip, solo hablaba con mamá—sonrió y volvió a la cocina.

Respiré por fin y tomé mi celular en las manos, tecleando para responderle a mamá.

"Haré lo posible por ir esta semana mamá, también te extraño y te quiero...ten un buen día!" presioné enviar y suspiré bajamente. Ahora solo sería cuestión de decirle a Zayn...

Me dirigí hacia la cocina, pues es donde él estaba y lo vi preparando los waffles en la maquina. Me acerqué por detrás y lo abracé de la cintura.

—Mamá me mandó un mensaje—le dije cuando enlazó nuestras manos por enfrente.

—¿Sí?—preguntó con voz cautelosa.

—Ajá...—susurré y seguí abrazándolo.

—¿Y qué te dijo?—esa voz continuaba.

—Que debería ir a casa pronto—noté que sus hombros se dejaron caer y suspiré.

—¿Pronto sería...?—me preguntó.

—En esta semana—hablé en voz más baja y desenlazó nuestras manos.

Se volteó y quedamos de frente, noté que sus ojos estaban demasiado tranquilos. Demasiado.

—A veces olvido que debo compartirte—susurró con una media sonrisa.

Liberé la tensión contenida y sonreí, abrazándolo de nuevo.

—Solo con mi familia—le dije sobre su pecho.

—Y con Harper y tus compañeros...—recargó su barbilla en mi frente y sonreí.

—Pero eso es solo durante clases—le recordé y se rió bajamente.

—Con Harper duermes todos los días.

—Si lo dices así...—reí y él también, luego nos separó y nos vimos a los ojos.

—Sólo bromeo—dijo aún sonriente—supongo que debo dejarte ir.

Fragile | z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora