Fragile | z.m

Ochenta y Cuatro.

Habían pasado dos días desde que con Miles llegamos a New York. Seguíamos en el apartamento de Zayn y yo realmente no tenía intenciones de volver a Leeds. Aunque seguramente Miles debía regresarse en uno de estos días, puesto que aún no terminaba el semestre.

Yo estaba nerviosa porque aún no le contaba a Zayn que dejé la universidad y sabía que esto iba a molestarle. Sin embargo, sentía que debíamos disfrutar estos primeros días sin hablar de lo que pasó.

Cuando abrí los ojos todo se sintió raro al darme cuenta que estábamos del otro lado del mundo. Voltee y Zayn estaba a mi lado, aún durmiendo con su rostro contra la almohada.

Sonreí al verlo y simplemente me quedé observándolo. Lucía tan tranquilo. Era raro de asimilar que ahora mismo éramos completamente libres.

Entonces escuché mi celular vibrar y lo tomé de la mesita de al lado. Intenté no reírme al ver que en la pantalla decía "Miles".

Lo desbloquee y me llevó a nuestro chat en imessage.

"Tengo hambre pero me da pena ir a la cocina, ya despertaste?" evité soltar la carcajada y me levanté de la cama.

Mientras me dirigía hacia la puerta del dormitorio le respondí el mensaje y al abrir la puerta lo vi caminando hacia la cocina.

Sin hacer ruido me acerqué lentamente y cuando él se detuvo apresuré mi pasó y le soplé en el cuello. Él soltó un grito y luego volteó a verme con una mueca de molestia.

-Un hola habría sido suficiente-dijo con voz de enojo y lo empujé suavemente.

-¿Qué quieres desayunar?-pregunté una vez que ambos estábamos buscando en los estantes y él frunció sus cejas.

-Estás de muy buen humor-dijo examinándome y solté una risa.-Ah ya entiendo por qué.

-¿Por qué?-pregunté e hizo un gesto con los dedos de 👉🏽👌🏽, le rodé los ojos y solo se rió.

-Comamos waffles, como neoyorkinos-respondió una vez cambiando el tema y yo asentí.

-Me gusta el espíritu-comenté y se rió.

Comencé a sacar los ingredientes como harina, sal, huevo, azúcar, mantequilla, entre otros y Miles se puso a buscar las frutas en el refrigerador.

Comencé a batir los ingredientes y Miles me ayudó a poner la mezcla sobre la máquina de waffles una vez que estuvo lista. Esperamos ahí alrededor de 3 minutos y cuando estuvo lista servimos los primeros cuatro en un plato.

Repetimos esto hasta que ya hubo suficientes waffles para los tres y después nos sentamos en la mesa. Miles sirvió leche en tres vasos y supe que Zayn no tardaría en despertar.

-¿No deberías hablarle a tu novio?-me susurró Miles y yo voltee hacia el dormitorio.

Sé que con él olor se despertaría. No le respondí a Miles y pasando unos 10 segundos la puerta del dormitorio se abrió y Zayn salió de ahí estirándose.

Voltee con Miles y le hice una seña con los ojos, él se rió y negó con la cabeza.

-Waffles-dijo Zayn casi suspirando cuando llego hasta nosotros y yo reí bajito.