Cincuenta y Uno.

1.5K 79 78
                                    

—Tendré que decirle a Harper—le dije a Zayn mientras recogía mi plato de la mesa y lo llevaba al fregador.

Él estaba terminando de arreglarse, tenía una junta con los profesores en la universidad en una hora.

—¿Y ella nos cubrirá?—preguntó saliendo de su habitación, secándose el cabello con una toalla.

—Sí—respondí desde la cocina—me dijo que tratará de ayudarme con mamá, por los fines de semana y todo eso.

Zayn no respondió y volvió al baño en su habitación. Seguí lavando los platos en el fregadero y luego escuché que cerró la puerta del baño.

Salió de su dormitorio ya con un suéter más 'formal' y se acercó hacia la cocina.

—Me gusta que Harper sepa—escuché que dijo y sonreí sin voltear a verlo.

—Es mi mejor amiga, ella haría cualquier cosa por mi—le dije y supe que el sonreía.

—Eso es lindo, y yo le agrado...

Sonreí, a veces era un engreído y me encantaba.

—Sí, le agradas, pero no te fíes—le respondí y terminando de limpiar los platos los acomodé en el escurridor.

Tomé una toalla de una silla en la mesa y me sequé las manos, luego voltee hacia él y tenía un ceño coqueto en su rostro.

—¿Mm?—contestó y reí.

—Si haces algo mal, no te lo perdonará—le dije y levantó sus cejas.

—No la decepcionaré—casi prometió y sonreí.

—Entonces no habrá problema—le dije y asintió.

Se acercó más y tomó mi cintura, dándome un beso lento. Me levantó un poco y reí aún saboreando sus labios con los míos.

—¿Irás a casa de tu mamá este fin de semana?—preguntó al separarnos.

—No creo—respondí y besé sus labios de nuevo.

Nos separó y frunció sus cejas.

—¿Por qué amor?—al parecer le preocupaba que no estuviera tanto en casa ahora que mamá sabía.

—Tengo que instalarme en la uni—le recordé y él sonrió, entendiendo.—Iré seguramente el 1 de febrero.

—¿Quieres que vaya contigo?—mi corazón brinco al escuchar esas palabras.

—Me encantaría—le dije y volvió a besarme, esta vez con más lentitud.—Pero no sé cuanto tarde ahí...

—Esperaré lo necesario—respondió y sonreí.

Volvimos a besarnos y esta vez se dio el lujo de tomar mi trasero y darle una apretada.

—¿La junta tardará mucho?—le pregunté al separarnos unos segundos.

—Probablemente dos horas, la primera nos darán una lectura del curso y la segunda tendremos que mostrar nuestros planes de trabajo—respondió.

—Mm—besó mis labios y reí—¿alguna vez te dije lo sexy que eres siendo profesor?

—No recuerdo haberlo escuchado de tu propia boca—contestó y reí de nuevo.

Fragile | z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora