Capítulo 4: Ramas molestas y medicina humana.

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La fiesta al fin había terminado, eran las 3 de la madrugada y yo aún estaba en este sillón, y nadie (a excepción de Alejandro, Adrian y Sofia) habían notado que mi tobillo estaba todo hinchado y asqueroso.

5:34 a.m.
Fina que es una de las encargadas del aseo en mi casa AL FIN se percató de que yo estaba muerta y olvidada en el sofá. Como pudo me ayudó para llevarme a mi habitación y así irse para quedarme completamente sola.

12:27 a.m.

-¡Es una falta de respeto el no estar en la fiesta de tu hermana!
-¡Y qué querías!—grite aún más enojada—Que fuera con mi tobillo todo hinchado y se asustaran.
-¡Eres una egoísta!

Y se largo. La relación que tenía con mi madre no era la mejor, nunca nos habíamos llevado bien y mucho menos tenía confianza con ella.
Mi celular comenzó a sonar como loco, la verdad no quería contestar pero tuve que hacerlo.

-¡NO MOLESTES AHORA JIRAFA!—grite pensando que era Sofia.
-Khe—era el.
-¿quién es?
-Pues pensé que el amor de tu vida, pero ahora me has dicho jirafa, ¿lo dices por mí jiraf...
-¿De qué hablas?—me reí.
-Olvídalo, ¿entonces iremos al cine?
-Estoy castigada.
-¿KHE?, No te veo en 16 horas y te portas mal. Que rebelde
-Fue por lo de mi tobillo, mi madre creyó que lo hice para no salir.
-Uh, Entonces, adiós.
-Adiós.

¿Estaba del lado de mi madre?, ¿por qué me dijo eso?, ¿por qué me colgó sin decirme algún "hasta luego"?
Tal vez Alejandro no era lo que pensaba, tal vez solo buscaba diversión, ¿y si era un violador? AIIUDA.

12:49 a.m.
Me sentía mal, habían pasado muchos meses desde que no me interesaba un chico, y el, que apenas lo conocí ayer me hizo sentir tan bien, me hizo sentir importante. No quería soltar mi celular, tenía la esperanza de que llamara y me dijera algo como "perdón por ser cortante, me ocupe" pero ya habían pasado 20 minutos y empecé a creer que no pasaría.
No tenía a nadie con quien hablar, tal vez hablaría con Sofía pero eso sería después de su práctica de Danza, tal vez con Gustavo, pero él estaría con Pato, y si le hablo a pato ella estaría con Gustavo, ¡genial!
No me quedaba otra opción que dormir y esperar a que Sofia me mandara un mensaje. 

1:33 p.m.
Estaba viendo netflix ya que no había podido dormir, pero a alguna rama se le había ocurrido empezar a golpear mi ventana, y no la culpo, el viento hacía que esto pasara constantemente, y aún más la lluvia. Si, hoy era uno de esos días en los que llovía y no querías hacer nada más que ver netflix y comer helado, esos días perfectos... Pero tal vez hubiera sido más perfecta si no me hubiera caído y hubiera ido al cine con el rojito ese, pero si no me hubiera caído no lo hubiera conocido y entonces yo...
La teoría que rodaba por mi cabeza paro cuando el ruido de la ventana estaba cada vez más fuerte, así que deje mi flojera a un lado y fui a ver qué pasaba.
Cayó encima de mi dejándome totalmente empapada.
-¡LLEVO COMO 4 SIGLOS TOCANDO LA VENTANA Y TU ESTABAS PENSANDO EN NO SE QUE, PERO TE VEÍAS TAN BONITA QUE NO TE PUEDO ODIAR!—dijo aún encima mío.
-Creo que, mejor pasa y te prestaré algo que no haga que tiembles tanto.

Fui a buscar alguna cobija o algo para que no se enfermara. Se la di y se tapó rápidamente con ella.

-¿qué haces aquí?—hable.
-Si no iríamos al cine al menos quería verte.
-Y te mojaste—reí.
-Que importa si me enfermo, la mejor medicina es verte.

Y era este momento el cual quería guardar por siempre en mi memoria. Alejandro escurriendo de agua en mi cama, mientras ambos estábamos cubiertos por una cobija y reíamos de cualquier cosa que ambos dijéramos.
Tenía razón, el no era lo que pensaba, él era aún más de lo que pensaba, él era perfecto en todo los sentidos, él era Alejandro, mi ángel.

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora