Capítulo 26: Eres Mi Ángel

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Tardé en procesar las palabras, mi corazón late con fuerza mientras el me mira esperando una respuesta. No podía formular palabra alguna, no podía.

- Vamos, olvidemos lo que pasó y volvamos a estar juntos, te extraño demasiado y estoy muy arrepentido por lo que te hice, pero por favor disculpame.
- Esta bien, olvidaré todo y...
- ¡Gracias, gracias! Te amo, prometo hacerte la más feliz.
- No Alex.- frucio el ceño.-  He dicho que te perdono, no que quiero volver a intentarlo. Lo siento, pero no quiero volver a lo mismo.
- ¡No Andrea, no!- Se paró de su lugar llamando la atención de más de uno.- Te deje ir una vez y no lo haré de nuevo. Estoy enamorado de ti como un loco, ¡No puedes dejarme!, ¿y sabes por qué?, Por que tu estas igual de loca por mi, por que tu aún me amas, por que tu aún me extrañas. Por favor, Andrea, por favor.

No quería dejarlo ir, pero mi orgullo era lo bastante grande como para ganarle a lo que sentía. Lo mire y el a mi, nuestras miradas se conectaron como la primera vez que nos vimos. Ese escalofrío al conectar, esas mariposas revoloteando en mi estómago, ese sentimiento de que había llegado alguien a tu vida, alguien que la pondría de cabeza y cambiaría totalmente tu forma de pensar.
Me acerqué y me puse de puntas; corte la distancia que nos separaba y nos besamos, nos besamos tan dulcemente que podría describirlo de mil y una maneras.
Nos separamos y juntamos nuestras frentes, pude ver sus lágrimas cayendo y su sonrisa floreciendo. Con mis pulgares limpie las lágrimas y luego levanté su cabeza, extrañaba su mirada, sus ojos, sus labios, sus pecas, su nariz, su rostro. Extrañaba a Alex y ahora lo tenía sólo para mi, mi ángel.

- Vamos a casa, tenemos mucho de que hablar.
-¿No está tu mamá o Daniela?
- No creo, pero si lo están, ya veremos donde hablar.- Sonreimos.

Con el ramo de girasoles en una mano y la otra entrelazada con la de Alex partimos camino a casa. Alex había llegado en su coche, pero hablo con Adrián para que pasará por el, decidimos ir en el mío, el caballerosamenete se ofreció a manejar, a lo cual yo acepte. Un camino con un lindo silencio de parte de ambos, pero con música de la radio "Ilysb" de LANY, para ser exactos. Tarareaba la canción en pequeños susurros al igual que Alex. El resto del camino me la pase viendo cada detalle de los girasoles, pude ver que tenía un sobre, lo guarde y sentí el carro estacionar, habíamos llegado y no a mi casa.

- ¿Dónde estamos?- Pregunté regalando una sonrisa.
- Pues es un lindo lugar, un buen lugar para hablar.
- Me parece bien.

Tomo mi mano y me miro en forma de que lo aprobará, asentí y el sonrió. Seguimos caminando por el verde pasto y después de un rato llegamos a una casa, no muy grande, pero algo amplia. Quería preguntarle sobre de quien era la propiedad, pero como si me leyera la mente, contestó.

- Era de mi papá, fue lo único que dejó antes de irse. A mi mamá no le gusta venir, mucho menos a Adrick, pero es linda y sus alrededores también, a mi me gusta.
- A mi igual.

Decidí no preguntar más. Sabía la historia de su padre y no quería seguir insistiendo.
Nos adentramos en la linda casa, camine detrás de el y mire su cabello, también lo extrañaba. Volteo a verme y me dedico una linda sonrisa, sus brackets ya no estaban y eso me sorprendió, ¿Qué clase de stalker soy si no me había dado cuenta de que ya se los había quitado?

- Toma asiento, iré por agua, ¿quieres?
- Claro.

Al par de unos minutos llegó con dos vasos llenos de agua y un paquete de chocolates, si que sabía hacerme feliz.

- Tenemos mucho de que hablar.
- Sí...
- Andrea, no sabes la falta que me hiciste. Me siento como un tremendo estúpido por haber sacado mis propias conclusiones sobre tu y Finch, creo que la disculpa más grande es que me perdones por haberte dicho todas esas estupideces. Lo siento.- Asentí.- Sobre lo de Coppola, todo era algo publicitario, sólo era por lo de la conferencia, planeaba decírtelo pero lo deje pasar y no hacer que nos molestaramos.- rió sarcástico.- y acabo peor. Cuando terminamos quise "hacerte sufrir" tanto como tu me lo hiciste a mi, y por eso fue que comencé a salir con Sof, que por cierto ya no tenemos nada. Pero el punto es que me di cuenta que nadie podía desplazarte, nadie podía llegarte ni a la uña del dedo meñique de tu pie.- reí al igual que el.- y también me di cuenta que fui un tonto por usarla a ella. Andrea, no tienes idea de cuanto te amo, de cuanto te necesito en mi vida, en verdad no tienes idea. Cambiaste mi vida de una manera impresionante, y me gustaste por el hecho de que cuando te conocí no tenías idea de quien fuera y no te importó mi fama y esas cosas, por eso mismo te lo oculte, por que se sentía tan bien tener a alguien con quien pudieras ser tu mismo, con quien te hiciera sentir como nadie lo había hecho. Llegaste de la nada para convertirte en mi todo, Andrea, eres mi ángel por que llegaste para alegrarme, llegaste para hacerme bien y sé que sólo tu puedes causar esto en mi, así que te pido que me des otra oportunidad, para que vuelvas a creer en mi, para que tengas afirmado que tu y yo nacimos para estar juntos, ¿qué dices Ángel?

- Alex, creo que si estoy aquí y si te besé en el Starbucks fue por la  simple razón de que estoy dispuesta a olvidar todo y volver a intentarlo. Te amo Ángel y no estoy dispuesta a perderte así de fácil.

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora