Capítulo 3.

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Espacio aéreo del  Bloque de Regencia Europea, 5 de febrero de 2123. 1:56 pm.


-Entonces, ¿somos "propiedad" de ustedes? -Articuló Carine. Manos en la mesa y con la temporal palpitando  a reventar. Amanda y el Dr. Ryuta mantenían una expresión bastante afable pero firme-, ¿qué, somos sus esclavos o un producto corporativo? 

-No, me ha entendido mal señorita Da Costa -le contestó el doctor-, no son de nuestra propiedad, pero están bajo nuestra completa responsabilidad como activos, trabajadores pudiera decirse en... en calidad de sujetos de prueba. -Sonrió. 

-Yo diría que en calidad de matones privados -Les solté sin mucho pensarlo-, pues durante años llevamos a cabo no sólo entrenamientos tácticos o de fuerzas especiales, si no matanzas enterar en misiones que el Directorio no tiene las agallas de enfrentar con el uso de la fuerza pública, guardia o ejército. ¿Dónde entra eso? 

-Sé bien que nuestros métodos han sido poco ortodoxos para poder enseñarle un par de lecciones que...

-¿Lecciones? ¡¿l e c c i o n e s?! -Rió Carine a pulmón vivo-, ¿y como mierda era eso una lección? Ustedes están desquiciados, fritos, ¡locos de remate! -y a la par que sacaba el arma y la golpeaba contra la mesa, gritó al aire-: Yo creo que debemos matar a estos malditos, quedarnos con la nave. 

-Opino lo mismo. -Le respondí con una ligera sonrisa sacando el arma y alzándola a la vista de todos. Acto seguido, la puerta se abrió y dos androides entraron apuntándonos directamente al rostro con una voz mecánica que nos ordenaba desistir. 

-Por favor, chicos -suplicó Amanda-, no somos sus enemigo y sabemos cuando duro puede ser para ustedes, ¡y aún así aquí estamos! -exclamo risueña, si pudiera darle algún adjetivo a su nauseabunda expresión en plan "complicidad"-, vinimos por ustedes tan pronto pudimos. 

-¿Y qué hay de mi hermano? ¿Y qué hay de los demás? -Musitó-, ¿ellos les importa nada? 

-Ellos por ahora están bajo jurisdicción del Directorio de Regencia Mundial. 

De entre los androides una chica apareció: ojos castaños, cabello lacio, unos labios gruesos y busto prominente; vestía de cuero negro de pies a cabeza. Miré de reojo a Carine, soltando u suspiro y guardando el arma-. ¿Y usted es...? 

-Capitana Darlene Howl, esta es mi nave -Contestó en seco-, y ustedes deberían calmarse antes de que los ponga en su lugar. 

-Ah, la princesita quiere ponerme en mi lugar -Exclamó Carine, poniéndose de pie-,ven, perra, ven: ponme en mi lugar si puedes.  -Agitó el arma al aire. 

Rápidamente tomé la muñeca de Carine y le forcé a bajar lentamente, pues los androides ya habían dejado de dar advertencia y nos apuntaban directamente. Amanda y el doctor Ryuta se levantaron alzando las manos intentando calmarle mientras la capitana hablaba y hablaba.

-Deberían agradecer que fuimos a por ustedes y dejar de chillar -exclamó Darlene. 

-Es suficiente, capitana. Vuelva al puente e informe al mayor que queremos llegar lo más pronto posible. -Dijo el doctor. Darlene se limitó a ver directamente a los ojos del profesor que, dedicándole una genuflexión, la hizo marchar. 

-Nos disculpamos por la actitud de la capitana, no es un comportamiento propio de ella, sólo... ha tenido una dura jornada. -Se disculpó en una pronunciada reverencia. 

Carine tomó asiento tirando el arma sobre la mesa y cruzando brazos. Yo hice lo mismo, afincando mis brazos sobre el filo de la misma y dejando mi arma en su funda. Los androides, segundos después, bajaron las armas y sin voltearse se incrustaron de nuevo en sus puestos en la pared. 

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