CAPÍTULO 9: STACEY

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CAPÍTULO 9: STACEY

Los chicos volvieron de sus vacaciones y todo volvió a la normalidad. Sam y Blaine empezaban a hablar de la mejor manera de contarles que estaban juntos. El moreno aun tenía miedo de que se hicieran muchas ilusiones y luego algo acabara mal y sus hijos acabaran sufriendo, pero esperaba que lo entendieran.

En ese ambiente tranquilo, el rubio estaba en su apartamento una mañana porque su novio trabajaba y Anne se encargaba de cuidar a Lily, por lo que él no tenía nada que hacer en la casa de los Anderson. Aprovechó para hacer limpieza general, algo que había aplazado constantemente debido a lo ocupado que estaba desde que había conocido a su "nueva familia".

Acababa de limpiar el baño y estaba quitándose los guantes cuando el timbre sonó. Extrañado, fue a abrir y vio una hermosa joven de ojos verdes que se parecía mucho a él y le sonreía con cariño.

– ¡Stacey! – El mayor la abrazó y la levantó del suelo para comenzar a dar vueltas. Había extrañado muchísimo a toda su familia, pero más a ella porque llevaba unos años viviendo en Italia para conseguir su doctorado en Historia del Arte. Había llegado más lejos que ningún otro miembro de la familia, al menos en cuanto a logros académicos.

– ¡Sammy!

Después de esa cariñosa bienvenida, el hombre preparó café para ambos y se sentaron en la cocina para charlar.

– Vuelvo a Estados Unidos, me han ofrecido un puesto en la NYU para ser profesora. – Ella comentó emocionada.

– ¡Enhorabuena! ¿Quieres que lo celebremos? – Él quiso saber.

– ¿Vamos a cenar juntos a algún restaurante? – La joven propuso.

– Claro... ¿Te importa si invito a alguien? – El mayor preguntó.

– No me importa... Espera... ¿Tienes pareja? – La chica se levantó de un salto sorprendida. No era habitual que su hermano les presentara personas como su pareja porque durante sus años de adolescente se había enamorado y desenamorado con tanta facilidad que hasta sus padres habían perdido la cuenta. Cuando decidió dedicarse a la enseñanza, también aparcó su vida amorosa.

– Más o menos... Conocí al padre de uno de mis alumnos y hemos estado viéndonos... – Sam no estaba acostumbrado a hablar de esas cosas con su hermana pequeña.

– No está casado, ¿verdad? – Stacey le preguntó severamente.

– Bueno... Está en proceso de divorcio... La situación no está siendo fácil. – El mayor explicó.

– ¿Estás seguro de que siente lo mismo por ti? – No quiero que te haga daño. – Ella mostró su preocupación.

– Por eso quiero que lo conozcas. Yo no quiero contarte tu historia, no me corresponde, pero creo que si lo conoces, entenderás que no hay nada que temer.

Sam esperó paciente a que Blaine le dijera que había salido de su turno en el restaurante y cuando consiguió hablar con él, éste accedió a ir con ellos al restaurante. Charlie relevó a su hermana en la tarea de cuidar a Lily, algo malhumorado porque no entendía que ellos no fueran los primeros en ser informados de la relación de su padre, pero esperaba que eso cambiara pronto.

Anderson llegó nervioso al restaurante donde cenaría con los hermanos Evans. Se sonrojó al recibir un beso en la mejilla y ese gesto no pasó desapercibido para Stacey. Ella esperó pacientemente a tener un minuto a solas con Blaine para hacerle unas preguntas.

– ¿Hace mucho que comenzaste tu divorcio? – No le importaba ser algo borde, le importaba demasiado que a su hermano no le hicieran daño.

– Cuatro meses, pero mi marido está luchando cada paso, por lo que todavía no hemos firmado los papeles. Espero que se solucione pronto. – El moreno respondió sinceramente.

– ¿Cuatro meses y ya estás en una nueva relación? – La rubia se sorprendió.

– Mi matrimonio llevaba muchos años roto. Tengo tres hijos, una de ellas muy pequeña. Si no estuviera seguro, no me habría lanzado a una relación. Sam es una persona maravillosa y quiero pasar el resto de mi vida a su lado. Comprendo que quieras protegerlo, pero no tienes nada de lo que preocuparte. Lo amo como no he amado a nadie en mi vida, más que a mi exmarido. – Él decidió dejar todo claro.

– Me alegra que entiendas que estoy preocupada, le han hecho mucho daño. – Evans confesó algo avergonzada.

– Lo sé, a mí también me han hecho mucho daño, más del que te puedas imaginar. Lo último que quiero es ser el causante de que alguien sufra una milésima parte de lo que yo he pasado. – Anderson estaba tan serio que Sam, que llegaba en ese momento, se extrañó.

– ¿Va todo bien? – El recién llegado cuestionó.

– Sí. Sólo quería que Blaine me respondiera algunas dudas.

– Stacey... – El tono amenazador del mayor de los hermanos sorprendió a todos.

– No te preocupes, todo está aclarado y no hay ningún problema. – El moreno besó los labios de su pareja para que se relajara.

El resto de la cena fue muy tranquila y los tres pasaron un muy buen rato. Como Blaine no tenía coche, Sam lo llevó a su casa, con Stacey en el asiento trasero. Cuando llegaron a la puerta de la casa, la joven decidió hablar porque notó que los otros estaban algo incómodos.

– ¿Puedo pasar a conocer a tus hijos? – Ella propuso, con la esperanza de poder darles un rato a solas.

– Claro... No creo que haya problema.

Entraron en la casa y sólo vieron a Charlie, que alzó la ceja al ver una mujer con ellos. Temía haber confundido las cosas y esa fuera la pareja de Sam. Sintió un gran alivio cuando los presentaron y comprendió que eran hermanos.

– Lily está durmiendo y Anne tiene que hacer un trabajo y está durmiendo en casa de Taylor. – El menor asintió antes de coger sus libros. – Yo tengo que estudiar, por lo que subiré a mi habitación.

El menor subió las escaleras y desapareció de la vista de los otros, dejando a los tres solos en el salón.

– Si me indicas donde está el servicio, os doy unos minutos para que os despidáis. – Stacey propuso y su hermano señaló una puerta que había en el pasillo, entre la cocina y el salón. Ella entró y, en el momento en el que la pareja escuchó la puerta, Sam agarró la cintura de Blaine y lo besó con pasión.

– Tenía muchas ganas de hacer éso... Aunque reconozco que no me habría atrevido a hacerlo delante de mi hermana.

– Y no deberíamos hacerlo... Charlie puede bajar y descubrirnos. Quiero contárselo, no que nos descubra como si estuviésemos haciendo algo malo. – El moreno confesó.

– Te entiendo... Pero no me puedo resistir... – El rubio volvió a besarlo.

Escucharon que alguien carraspeaba tras ellos, interrumpiendo el beso. Los dos se asustaron pero, al ver a Stacey, se sintieron aliviados.

– ¿Nos vamos? – Ella preguntó con una sonrisa, sin comentar nada de lo que acababa de ver.

Una Nueva Vida (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora