CAPÍTULO 11: UN FINAL Y UN COMIENZO
Sam había llevado a casa a Anne y Charlie esa tarde porque sabían que a esa hora Blaine ya sabría la sentencia de su divorcio. Ninguno de los tres podía negar que estaba nervioso, sabían que a partir de ese día las cosas cambiarían, aunque los chicos se quedaran en Lima.
Al entrar en el salón, Lily estaba viendo dibujos en la televisión, sentada en el suelo con varios juguetes alrededor. Blaine estaba en el sofá y al verlos se limpió las lágrimas aunque fue demasiado tarde porque los recién llegados las vieron.
– ¡No pienso ir con él! – Charlie gritó realmente enfadado. Podía haber tardado en darse cuenta de lo que pasaba en su casa pero desde que fue consciente, había pasado a odiar a Matt hasta el punto de que no pensaba en él como su padre, ni siquiera como ser humano. Para él sólo era un monstruo. – Me escaparé, volveré aquí.
– Charlie... – Anderson intentó calmar a su hijo pero Anne no le dejó.
– ¿Y yo qué? Espero que no se te ocurra volver sin mí. A mí no me dejas a solas con él. – La chica dijo muy enfadada.
– Chicos... – El ojimiel miraba a sus hijos pero parecía que ellos no lo escuchaban.
– ¡Yo no soy tu niñero! ¡Haz lo que quieras!
– ¡Escuchadme! – Blaine gritó. – No estoy llorando porque tengáis que iros con vuestro padre... Estoy llorando porque estoy aliviado porque os quedáis conmigo.
Los dos menores miraron a su padre antes de correr a abrazarlo. El moreno pudo ver el suspiro de alivio de Sam y le sonrió entre los brazos de sus hijos, que lo apretaban con fuerza.
– ¡Esto hay que celebrarlo! – El rubio propuso. – ¿Salimos a cenar esta noche?
Anne soltó a su padre y miró a su profesor con cara de culpabilidad.
– Charlie y yo sabíamos que íbamos a quedarnos aquí por lo que habíamos preparado algo... No os importa, ¿verdad? – La chica comentó algo avergonzada, una expresión que no encajaba con la fuerza y alegría que tenía siempre.
– Claro que no. – Evans se apresuró a decir porque no le gustaba ver a la chica así.
La sorpresa de los chicos era que habían comprado algunas cosas para celebrarlo con sus ahorros. Sam sonrió porque le parecía un gesto muy dulce por parte de los adolescentes y se puso a cocinar mientras los demás ponían la mesa. Por suerte, Blaine tuvo tiempo hasta de llevar a Lily a la cama.
Cuando los cuatro estaban sentados a la mesa, Anderson les contó que Matt le tenía que pagar una pensión por cada uno de sus hijos hasta que éstos empezaran la universidad y otra a él hasta que se casara de nuevo. Ese último dato sorprendió a Evans porque sabía que su novio no había luchado por ese dinero, que sólo se había preocupado por el futuro de sus hijos.
También ponía en perspectiva algo y era que tardarían en casarse. Él había pensado en esa posibilidad aunque sabía que tardaría mucho en producirse. Sin embargo, eso supondría que Matt dejaría de pagarle al moreno la pensión. En condiciones normales no le importaría, pero eso significaría que dejaría de pagar por todo el daño que le había hecho al que, por fin, era su exmarido.
Después de cenar, volvieron al salón. Iban a pasar un rato en familia y de repente Blaine se dio cuenta de que debía ser así, incluyendo a Sam en su familia. Se sentía liberado y por fin creía que su relación con su pareja estaba a salvo de ataques externos que pudieran dañarla.
No había hablado con el rubio de cuando querían contarle a Anne y Charlie que eran novios, pero supuso que no le importaría que lo hiciera en ese momento. Sobretodo porque aun no había podido tener un buen beso de su hombre para celebrar las buenas noticias.
– Hay algo que quiero contaros. – Blaine comentó y notó las miradas de los otros tres.
– ¿Qué es? – La chica preguntó a su padre con interés.
– Ahora que ya estoy oficialmente divorciado... Espero que comprendáis que puedo rehacer mi vida con otro hombre sin tener que darle explicaciones a Matt. – El moreno comenzó con cautela.
– Papá, vuestra relación está rota desde mucho antes de que firmaras la solicitud de divorcio. En lo que a mí respecta, tienes derecho a rehacer tu vida desde hace muchos años. – Charlie se mostró muy seguro de su opinión. Tal vez él habría estado resentido si hubiera sido de otra manera, pero le habría encantado que su padre hubiera conocido a alguien hacía muchos años y se hubiera divorciado mucho antes de lo que lo había hecho.
– Nosotros queremos que seas feliz y que tengas a alguien a tu lado que te ame y te cuide, que te haga feliz. Es todo lo que podemos pedir. – Anne añadió con una sonrisa.
– Lo sé, me lo habéis dicho muchas veces... Hace tiempo que debería haberos dicho que hay alguien especial en mi vida pero no quería decíroslo porque temía que no os gustase. Sé que habéis dicho muchas veces que no os importa y que queréis que sea feliz, pero no es lo mismo desearlo que verlo hecho realidad. Temía que al final no os gustaría verme con otro hombre. – Instintivamente miró a Sam y vio que estaba sorprendido pero feliz.
– Sé quién es. Lo sé desde hace días. Vi como os besabais. No quise decir nada porque no sabía si erais pareja o sólo estabais teniendo momentos de pasión... Ya sabes, amigos con derecho a roce... Aunque me cuesta imaginarte en esa situación, sé que eres adulto y que no siempre te enamoras antes de... Ya sabes... – Charlie se sonrojó. Había tenido una charla de sexo con su padre y no había sido una situación muy cómoda.
– Sam y yo nos estamos conociendo y vamos despacio. Lo último que quiero es precipitar las cosas y acabar haciendo daño a uno de vosotros. No os lo quería decir antes porque temía vuestra reacción, o que empezarais a ver a Sam como un padre y luego rompiéramos. – Anderson explicó con sinceridad.
– ¿Estabais juntos cuando le pedí a Sam que se declarara? – Anne preguntó, recordando esa conversación.
– Me pusiste en una posición comprometida. – El rubio respondió. – No quería mentirte pero tampoco me correspondía a mí contarte lo que pasaba entre tu padre y yo.
– Lo siento.
– No tienes que disculparte. Para mí fue muy reconfortante saber que apoyabas nuestra relación. – Evans la tranquilizó.
– ¿Tenéis alguna duda? – Blaine preguntó.
– ¿Vas a venir a vivir con nosotros? – Anne quiso saber y parecía realmente ilusionada con esa posibilidad.
– Todavía es pronto, pero espero que en un futuro esta sea nuestra casa, la de los cinco. – El profesor sonrió. – ¿Alguna otra pregunta? – Los dos adolescentes negaron con la cabeza. – En ese caso, hay algo que he querido hacer desde que hemos llegado pero que no he podido.
Sam se levantó y se acercó a Blaine. Charlie entendió lo que iba a hacer y se levantó del sofá, hecho que fue aprovechado por el rubio para sentarse y besar a su novio. Era un beso dulce, algo que podrían ver los chicos. Anne tenía una risita emocionada pero su hermano puso mala cara.
– Una cosa es saber que lo hacéis y otra verlo... ¡Me voy a la habitación! – El joven estaba algo cohibido porque nunca había visto a su padre así, con Matt no había besos ni caricias, al menos delante de ellos.
– ¡Vamos! ¡Son supertiernos! – Su hermana protestó aunque también se levantó y siguió al otro. Los dos subieron las escaleras "discutiendo" sobre si su padre debía o no besarse con Sam cuando ellos estaban presentes.
– Se lo han tomado mejor de lo que pensabas. – Evans acarició la mejilla de su amado.
– Lily no me preocupa, ella no entenderá lo que pasa. En unos meses para ella será normal y ni se acordará de que no has estado en su vida durante su primer año. Creo que estamos bien. – Anderson sonrió.
– Mejor que bien...
El rubio volvió a besarlo. Sabía que todavía debían preocuparse de que los chicos no los vieran porque parecían algo cohibidos, pero si los "pillaban" no había problema porque sabían que eso pasara, aunque no necesariamente lo vieran.
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Una Nueva Vida (Blam - boyxboy)
FanficBlaine decide acabar un matrimonio que no ha sido nada bueno. Sin quererlo, poco a poco se irá abriendo al profesor de sus hijos...