CAPÍTULO 6: LOS REGIONALES

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N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... La semana que viene no voy a poder actualizar porque estaré fuera unos días. No voy a abandonar la historia, dentro de dos semanas volveréis a leerme...

CAPÍTULO 6: LOS REGIONALES

Sam debía reconocer que cada día se sentía mejor junto a Blaine y sus hijos y que empezaba a sentir algo por su nuevo amigo, aunque todavía era pronto para llamarlo amor. No hacía nada para que el otro notase su interés porque después de un matrimonio como el que había tenido y el divorcio, no quería presionarlo.

Los adolescentes se esforzaban por darles tiempo a solas para que se conocieran mejor porque era innegable la conexión que tenían. Evans era todo lo que ellos querrían para su padre aunque aún dudaban de si sería un lobo con piel de cordero porque no querían que fuera como su padre. Su papá no merecía pasar por un trauma así una segunda vez.

Por eso, cuando Sam tuvo que buscar a alguien que lo acompañara a los regionales en Columbus y ningún compañero podía ir con ellos, decidió pedírselo a Blaine. El moreno tuvo suerte que ese fin de semana nadie faltaría en el restaurante por lo que él trabajaba de lunes a viernes. Por su parte, Brittany se ofreció a cuidar de Lily mientras ellos estuvieran fuera. Anderson se alegró porque éso significaba que podría viajar con ellos.

El sábado por la mañana, todos se subieron al autobús y comenzaron el viaje. Mientras los dos adultos mantenían una tranquila conversación, los jóvenes calmaban sus nervios escuchando música o comentando las canciones que interpretarían.

– ¿No estás nervioso? – Blaine preguntó intrigado.

– Confío mucho en los chicos y sé que darán lo mejor de sí mismos en el escenario. Es todo lo que deseo, pase lo que pase, no quiero que tengan nada de lo que arrepentirse. – Sam respondió con una sonrisa.

– Yo sí lo estoy. Sé que Anne tiene un solo, la he escuchado ensayar constantemente. Espero que le salga bien. – El moreno se sinceró.

– Tiene mucho talento y ha ensayado mucho. Lo hará muy bien, lo sé. – El rubio pasó su brazo por los hombros del otro para tranquilizarlo.

– Sé que tiene mucho talento y su voz es muy especial. No he escuchado a nadie que suene como ella y eso puede llevarla lejos en el mundo de la música. Sin embargo no suelo decírselo porque quiero que se dedique a la música sólo si a ella le gusta y no porque crea que porque yo no lo conseguí, ella debe hacerlo por mí. – El ojimiel se sinceró.

– Entiendo... Pero tienes que tener cuidado o ella pensará que no la apoyas si decide seguir ese camino. Admiro lo bien que los estás educando a pesar de todo lo que ha pasado. – El profesor comentó pero empezaba a sentirse algo abrumado por la cercanía. Su brazo seguía sobre los hombros del otro y Anderson se había acercado. Evans podía oler su colonia y ese algo que sólo podía identificar como Blaine. Sus caras estaban muy cerca, mucho más de lo que habían estado antes. Se miraban a los ojos y poco a poco se fueron acercando.

Una risa en el fondo del autobús hizo que se dieran cuenta de que no estaban solos. Se volvieron preocupados por si esa risa era por lo que estaban a punto de hacer. Para su fortuna, vieron a varias chicas que miraban al móvil de una de ellas y volvían a reír. Los dos suspiraron aliviados y se miraron tímidamente, sabiendo que ese no era el momento o el lugar para algo que era inevitable. Sólo tenían que esperar a una ocasión mejor.

Sam notó que la mano de Blaine apretaba con fuerza la suya. New Directions estaba en el escenario y ellos veían la actuación desde sus asientos. Anne acababa de ponerse en el centro y la música había comenzado a sonar. Esa era la canción que ella cantaría y eso hacía que el moreno estuviera nervioso.

La interpretación de Show Must Go On de Queen fue más que fantástica. Tenía la potencia de voz necesaria y la había hecho suya de una manera muy complicada para una canción tan popular. Al acabar, el rubio se acercó al oído del otro.

– Vamos a ganar y todo gracias a ella. No he escuchado una voz como la suya.

– Estoy tan orgulloso. – El moreno confesó.

– Te entiendo, yo también.

El autobús aparcó frente al McKinley y Sam cogió el trofeo que les habían entregado por ganar los Regionales antes de bajarse. Sus alumnos lo siguieron hasta la sala del coro y lo colocaron allí, junto a otros que había logrado New Directions durante los años anteriores. Anne y Charlie pidieron permiso a su padre para ir a celebrar la victoria junto a sus amigos y, una vez lo tuvieron, todos los adolescentes se marcharon para ir a Breadstix.

Blaine y Sam se quedaron solos y decidieron que ellos también tendrían su celebración. Al principio el moreno se negó porque tenía que ir a buscar a Lily pero una llamada a Brittany y todo fue solucionado.

– ¿Cómo lo vamos a celebrar? – El ojimiel preguntó intrigado.

– Fácil, te invito a cenar. Hay un restaurante japonés muy bueno a unas manzanas de aquí. ¿Te gusta la comida japonesa? – El rubio lo miró con una sonrisa.

– Sí, aunque no he ido muchas veces. – Anderson confesó.

– Genial, esta será nuestra primera cita. – El profesor estaba entusiasmado.

– ¿Qué? Sam, yo... – El moreno se sonrojó y soltó su mano rápidamente.

– Blaine, sé que tienes un pasado y sé que tienes tres hijos. También sé que te gusta la música, las películas de superhéroes, los libros que te hagan llorar y la naturaleza. Te he visto lleno de manchas de pintura, con tierra en la cara y con vómito de Lily. Todo lo que hemos vivido juntos me ha servido para saber que quiero pasar más tiempo contigo. Me encanta verte sonreír y debo decir que he notado que últimamente sonríes mucho más que cuando te conocí. No sé si estás preparado para tener una relación, pero podemos ir tan despacio como necesites... Si tú quieres, claro. Pensaba que tenías algún interés en mí pero si no es así... – De pronto, Evans se sintió inseguro. ¿Y si todo era fruto de su imaginación?

– Tengo miedo. Sólo he estado con Matt. – El ojimiel confesó avergonzado.

– Lo entiendo, pero esta vez va a ser muy diferente. No haremos nada que no quieras. Quiero que tomemos las cosas con calma para que todo sea perfecto. – Sam volvió a coger la mano del otro y sonrió porque esa vez no la retiró.

– Así que... ¿Nuestra primera cita? – Anderson preguntó.

– Nuestra primera cita. – El rubio comentó alegre al notar que el otro también quería intentarlo.

– Si te portas bien, al final puede que te de un beso. – Blaine le guiñó el ojo y el profesor sonrió aun más ampliamente.

Sam paró el coche frente a la puerta de la casa de Blaine. La cita había sido fantástica y se lo había pasado muy bien. Sin embargo, no paraba de pensar en que el moreno le había prometido un beso y nada había pasado hasta ese momento.

– ¿Nos vemos mañana? – Preguntó el rubio.

– Claro, le has prometido a Lily que la llevarás al parque. No te perdonará si no cumples tu promesa. – El ojimiel miró al asiento trasero donde su hija estaba dormida. Habían ido a recogerla a casa de Brittany antes de volver a casa.

– ¿Te ayudo con ella? – El profesor cuestionó.

– Estoy acostumbrado. Buenas noches.

Anderson se acercó y lo besó en los labios, lo que sorprendió a Evans. El beso fue muy tímido y dulce, pero era más de lo que cualquiera de los dos habría esperado.

– Buenas noches. – Sam susurró mientras observaba a Blaine, que salía del coche y cogía a su hija con un brazo mientras que con la otra mano sacaba su silla de seguridad. Por suerte no había tenido que llevar muchas cosas más porque Brittany aun conservaba las cosas de Leo.

El rubio esperó hasta que se cerrara la puerta para volver a arrancar y regresar a su casa, deseando contarles a todos sus amigos y familiares que se había atrevido a dar ese paso. Sin embargo, sabía que tenía que esperar a que el moreno se sintiera más seguro.

Una Nueva Vida (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora