CAPÍTULO 1: LIBERACIÓN

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CAPÍTULO 1: LIBERACIÓN

Blaine siempre supo que su marido no pondría fácil el divorcio. Apenas unas horas habían pasado desde que lo había solicitado y su teléfono móvil ya tenía 50 llamadas perdidas del que esperaba que pronto fuera su ex. No había respondido porque no quería hablar con él, no tenían nada que decirse y no quería volver a escuchar disculpas que pronto quedaban olvidadas.

Sin embargo, no tenía mucho tiempo que pensar. Habían tenido que ir a hacer algunas compras para preparar sus habitaciones en casa de sus padres y el comienzo de sus dos hijos mayores en el instituto McKinley.

Si había algo que realmente le dolía era saber que sus padres no le apoyaban, al igual que no lo habían hecho hacía 15 años cuando se quedó embarazado. Si habían accedido a que vivieran con ellos era porque Charlie les había llamado para pedir ayuda cuando no podía soportar más la situación en casa. Sus nietos eran el único motivo por el que habían aceptado que vivieran con ellos.

A la mañana siguiente, con los dos mayores en casa y con Pam cuidando de su nieto, Blaine decidió que era el momento de buscar trabajo. Sabía que era una tarea complicada, pero tenía que intentarlo.

Estaba saliendo de un restaurante que buscaba camareros cuando recibió una llamada del instituto de sus hijos. Al parecer, Charlie se había metido en problemas.

Cuando entró en el despacho del director, éste estaba en su escritorio, frente a Charlie y otro adolescente. Había un hombre rubio cruzado de brazos, una mujer pelirroja y otra robusta y con cabello corto castaño.

– Hola, soy el señor Anderson-Gibs. Me han llamado hace un rato. – El recién llegado explicó.

– Sí, siéntese, por favor. Yo soy el director Schuester y ellos son el señor Evans, la señora Pillsbury-Schuester y la entrenadora Beiste. – El director presentó a todos sus compañeros y él los saludó con un apretón de manos. – Tenemos que esperar a que llegue el señor Harris para comenzar la reunión.

Diez minutos después, el señor Harris entró y saludó a todos los presentes. A pesar de que nadie le había dicho nada, sabía por la actitud de su hijo que él tenía la culpa. Una gran manera de empezar en su nuevo instituto... Como si ser transferido en mitad del semestre no fuera suficiente.

– Les he pedido que vinieran porque ha habido un enfrentamiento entre Charlie y Bill. Quiero escuchar las versiones de ambos. – Will explicó.

– Yo estaba hablando con unos amigos cuando este loco llegó y me empujó contra las taquillas sin decir ni una palabra. – Bill exclamó.

– ¿Es eso cierto? – Schuester miró a Charlie.

– Estaban hablando de mi hermana. – El menor de los Anderson se defendió.

– Ella es muy guapa... No entiendo por qué te ofende que lo notemos. – El otro adolescente respondió.

– No estabais hablando de lo guapa que es...

– Basta. – Blaine intervino. – La violencia no se puede justificar con nada, tú más que nadie debería saberlo.

– ¿Ah, sí? ¿Eso es lo que padre y tú me habéis estado enseñando todos estos años? – Charlie miró desafinante a su progenitor, que se quedó sin palabras.

– Creo que ha quedado claro que ha habido empujón. No es una buena manera de empezar aquí. Vas a tener un mes de castigo, todos los días después de clase te quedarás en el instituto. Veremos que tareas se te asignan. Ya hemos acabado. – Will se mostró tajante.

– Director Schuester... Me gustaría hablar con usted y con los profesores a solas, si no tiene inconveniente. – Blaine pidió.

Cuando sólo quedaban ellos cinco, Anderson suspiró sabiendo que su hijo estaba fuera esperando por él, realmente intrigado por lo que fuera a pasar. Sin embargo, él quería informar a los presentes de la situación porque ya no sabía qué hacer con él.

– Sé que es mucho pedir pero... Me gustaría que tuvieran paciencia con Charlie. Está en una edad difícil y la situación en casa no es la ideal... Acabo de comenzar con el proceso de divorcio y... Bueno, él ha sido el que me ha presionado para tomar esa decisión porque mi marido me maltrataba... Tanto él como Anne han presenciado varios momentos agresivos de su padre. Nos hemos cambiado de ciudad, tengo otra hija, Lily de un año... Son demasiados cambios en muy poco tiempo y eso le está afectando más de lo que quiere mostrar.

– Señor Anderson... ¿Ha pensado en buscar un psicólogo que les ayude a afrontar esos cambios? – La entrenadora Beiste preguntó, preocupada por la situación de los menores.

– Sé que tengo que buscar uno pero... No he tenido tiempo y tampoco tengo dinero para poder pagarlo... En cuanto encuentre trabajo será lo primero que haga. – Blaine se sentía mal porque no podía darles a sus hijos lo que necesitaban.

– Podrían venir a mi despacho todos los días al menos hasta que encuentre un psicólogo. – Emma propuso.

– Creo que es una gran idea... Yo hablaré con ellos para ver si quieren formar parte de New Directions. Sé que puede sonar algo tonto pero creo que es lo que necesitan para hacer amigos y encontrar apoyo. – Sam añadió.

– Creo que eso puede funcionar... Siempre y cuando puedan cantar. – Schuester intervino.

– Saben cantar y ambos tocan el piano. Yo mismo les he enseñado. – Anderson exclamó orgulloso. Eso era algo que había podido hacer por ellos.

– Diles que mañana pasen por la sala del coro para hacer su audición. – El rubio sonrió, tenía dos nuevos miembros para Glee.

La reunión terminó y cuando Blaine salió del despacho, se encontró a sus dos hijos esperándolo.

– Lo siento papá, no quería causar problemas el primer día pero lo que dijeron de Anne... – Charlie se sentía mal porque había comprendido que lo que había hecho no era muy diferente a lo que había hecho su padre.

– Hay otras maneras de hacer las cosas, no es necesario recurrir a la violencia. Aun así, te agradezco que estés pendiente de tu hermana... Estoy seguro de que encontrarás otras maneras de protegerla. Ahora vamos a casa, hay cosas que tenemos que hablar. – El mayor hizo un gesto y sus hijos se levantaron para seguirlos. Una vez estuvieron en casa les habló de las propuestas de la señora Pillsbury-Schuester y del señor Evans y, aunque ninguno estaba muy contento con eso, él les dijo que los obligaba a acudir tanto a las sesiones con Emma como a las clases de New Directions.

Charlie no estaba nada contento con eso pero su padre le hizo ver que no tenía alternativa. Anne sin embargo veía una oportunidad para tener una vida normal, sin que los recuerdos de lo ocurrido en su casa pudieran volver a dañarles.

Una Nueva Vida (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora