Capitulo 10

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Alguna vez has sentido ese efecto de tener Nada en el cuerpo, como si tu espíritu hubiera desaparecido, como si de pronto no tienes motivos para vivir, la extrañez de encontrarte a ti mismo en una burbuja, ajena a lo que pasa a tu alrededor, buscando desesperadamente un motivo para atarte a la vida, para conectar con lo que sea que hay afuera en el lugar donde deberías estar tu riendo o haciendo cualquier cosa.

Descubrir con pesar lo ilógico que pueden a llegar a ser los acontecimientos, mi vida había sido feliz por un lapso no mayor a cuatrocientos días, para luego en setenta días derrumbarse ante mis ojos, porque era un castillo de arena muy cerca de la orilla y una ola bandida hiso estragos con el.

Mi vida no había sido un camino lleno de rosas, pero me las apañe para seguir adelante con un único bastón fundamental <Ian Daniels>, cuando Ethan llego a mi vida arrolladoramente con su simpática sonrisa, me enamore tan profundamente de el, que deje de prestar atención a los detalles, me negué a escuchar los gritos del universo que me advirtieron siempre. Es fácil culpar a alguien mas de tu desgracias, porque resulta difícil admitir cuanta culpa tienes en ellos, si hubiera mantenido los ojos abiertos, quizá si no hubiera entregado mi corazón de buenas a primeras, si fuese tenido control, pero no me cegué tan obsesivamente que di el todo por nada. Quizá eso lo herede de mi padre, cuya forma de amar a mi madre deja mucho que desear.

Estuve deliberando por minutos enroscada en mis brazos apoyada en la mesa de la biblioteca, de donde hacia nada se había marchado Clara, evidentemente afectada por mis duras palabras, no es que eso me importase, es mas me importa una mierda, pero pensé que lograría arrancar la amargura que tenia en el cuerpo, pero no fue así, es mas se había intensificado a sobremanera.

La apatía hasta de respirar se ha instalado en mi cuerpo. Pero ya había sentido esto antes, es una sensación conocida, es lo que siento cuando no encajo en el lugar donde estoy. Como cuando mi padre murió, o cuando mama me grito que no debí nacer, desde entonces y hasta ahora cuando algo va mal, siento que no encajo en la vida que llevo.

Ethan se fue llevándose consigo el amor que yo sentí, y arrancando gran parte de mi confianza. Y ahora me entero de que no hubo historia de amor, por lo menos no real, y que malgaste mi tiempo y mis sentimientos en alguien que claramente no me correspondía.

-Bren...Hmm. No se que decir—Ian habla en un susurro.

-No digas nada entonces...-respondo con la cabeza entre mis manos. Respiro profundo, y busco mi lugar feliz.

El jardín de Ian

Si ese colorido y pacifico lugar aparece en mi mente y yo intento retenerlo lo mas posible, ensayo reincorporarme en la silla porque mi cuerpo ya esta sufriendo la mala postura. Rápidamente intercepto la mirada de mi amigo. Sonríe y sonrió.

***

Es la hora del almuerzo y se lo agradezco a la providencia, estar en esa aula me estaba matando. Clara apareció con los ojos hinchados en la clase, y no dejaba de quejarse por lo bajito mientras yo intentaba con todas mis fuerzas mantener mi atención en el pizarrón. Todo el mundo la veía, y también a mi, así que supongo que ya la noticia voló. Y como para no saberlo, después de ser inseparables que la vean llorando y a mi tan tranquila es una señal de que algo anda mal.

Cierro la puerta del casillero de golpe, tratando de destilar mi frustración. La gente hace oídos sordos. <Si, más les vale, porque no tengo humor para chorradas> pensé, mientras me encamino a la cafetería, cojo una bandeja distraída en lo desagradable que se ve la comida.

--No se le hacen caras a la comida—La señora Madison habla entre dientes, mientras seca sus manos sudadas en el asqueroso delantal blanco que tiene puesto, bueno era blanco en un principio. Su aspecto no es el mejor, es mas te dan ganas de nunca probar nada hecho por esas manos arrugadas, y probado por eso labios finos puertas de una cavidad bucal que muestra dientes amarillentos y verdosos. <Toda una estampa>

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora