Capitulo 16

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El pitido de la maquina me tiene los nervios de punta, marca el lento ritmo del corazón de Ethan, se ve totalmente pasivo, en su rostro hay magulladura leves, los risos castaños adornan su frente, y enmarca sus facciones gruesas.

Es tan distinto a mi mexicano, pero es el.

Gavin, Ethan es el mismo, a quien ame tanto, odie y sigo queriendo.

Y aquí esta postrado en una cama debatiéndose entre la vida y la muerte.

Tomo su mano lentamente, no quiero que nada le afecte, su piel esta fría y rugosa, suspiro profundamente al notar que no hay reacción por su parte, sigue estático como si estuviera dormido.

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--Vaya, pero si tienes manos de albañil—digo risueña. Ethan enarca una ceja, confundido—De obrero ¿sabes?—hace un mohín con sus labios—Como si hubieras trabajado alguna vez, tonto—termino golpeando su hombro.

Deja su jugo sobre la mesa y toma mis manos con las suyas, envolviéndolas por completo, traza círculos en mi palma raspándome levemente con sus tacto rugoso, rosa las yemas de mis dedos, para finalmente entrelazarlas y besar el dorso de mis manos, luego los nudillos y finalmente la punta de mis dedos.

Lo observo atenta con infinita admiración, el esta concentrado en su labor. ¿Cómo no quererlo?

--Si que he trabajado prietita, y lo seguiré haciendo para merecer que solo sean mis manos de albañil, las que te acaricien siempre, y por estas manos a ti nada te va a faltar—sonrió ampliamente, y beso sus labios que me saben a frambuesa.

--El jugo sabe mucho mejor sobre tus labios—le susurro. Sonrie y me besa pero esta vez arrasadoramente.

Devora mi boca con autentica pasión.

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-¿lloras? Entonces debo estar muerto...--

--¡Ethan!—digo sorprendida

--O... estoy vivo, y eso es lo que te pone triste ¿querías que muriera prietita?—Aprieto su mano y sonrió sin dejar de llorar. Mis ojos parecen una llave de grifo abierta. Llevo mi mano a su rostro y lo acaricio suavemente.

--Calla tonto—

--Lo que digas...Solo si no dejas de tocarme—dice con voz queda. Estaba tan feliz por escucharlo que ni me di cuenta que debí haber llamado a un medico, no se si este bien que hable demasiado. Me doy vuelta para marcharme pero Ethan no me suelta—No te vayas—susurra, niego con la cabeza lentamente, clavando la vista en nuestras manos entrelazadas— ¿Recuerdas cuando me dijiste que tenias manos de albañil, prietita?—Respiro profundo y asiento—Yo...debí decirte en ese momento lo mucho que trabaje cuando chavito...mi jefe me ponía a chambear para hacerme hombre rápido...

--No tienes que hablar de esto Ethan...no ahora—interrumpo al verlo llorar.

--Agradezco que ese hombre no haya sido quien me trajo al mundo, Bren—continua ignorando mi comentario. Empuña los ojos y aprieta mi mano, claramente afectado por el recuerdo. Se toma un tiempo para recuperar la respiración, quiero salir por un medico, pero el no me lo permite se afianza a mi mano como si su vida dependiera de eso—Yo, solo quería que mi jefa estuviera feliz, por eso complacía a ese maldito...y al final el me la arrebató—dice en un hilo de voz

--Ethan, por favor—digo.

--Vi a mi madre—dice clavando su ojos en los míos. Parpadeo confundida—Ella me dijo que debía volver, yo... quizá lo soñé... pero... la vi... quería quedarme prietita... quería quedarme con ella... Yo...

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora