® Capítulo XIII ®

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CAPÍTULO XIII

 
Al montarnos en el auto ella suspiró y colocó una de sus delgadas manos en su pecho tratando de hacer que su respiración volviera a su ritmo común.

—No dejaré que vuelva a tocarte –susurré.

—No lo dudo –sonrió- ¿A donde vamos?

—¿Te apetece comida rápida? –la observé.

—Esta bien para mí —se encogió de hombros.

El resto del camino fue silencioso, pero más que incomodo fue pacifico, estábamos en un mismo lugar consientes de la presencia del otro a poca distancia sin escupir insultos.

Al llegar ambos nos bajamos del auto y tomamos asiento en una de las mesas, hicimos nuestros pedidos y mientras aguardábamos podría decir que conversamos como hace mucho no.

—¿Pudiste deshacerte de tus ganas de golpearlo o aun tienes un poco? –Preguntó divertida.

—Aún quiero golpearlo, merece más que simples golpes –dije bebiendo un poco de soda.

—¿Simples golpes? –rió.

—¿Este es el comienzo de una nueva forma de llevarnos o es solo mi imaginación? –sonreí.

—Podemos comenzar de nuevo...

—Me parece un buen trato —asentí.

—¿Entonces, amigos? –Preguntó extendiendo su mano.

—Amigos –afirmé para luego estrechar su mano.

Luego de aquella conversación continuamos conversando muy a gusto, como extrañaba esas locas conversaciones en donde podía sacarle sonrisas a ____.

Para ser sincero sé que me sacaría de quicio unas cuantas veces y discutiríamos, pero, aun así nos llevaríamos mejor que antes.

Luego de terminar de comer nos dirigimos a casa para al fin descansar, mañana sería otro día.

AL DÍA SIGUIENTE.....

Al levantarme a pesar de saber que tendría que ir a la escuela estaba bastante animada, me dirigí al baño y comencé a deshacerme de mis prendas de vestir para luego entrar en aquella refrescante ducha, el agua se llevó todo el estrés que tenía acumulado para luego dejarme salir más relajada que nunca.

Envolví mi cuerpo con una toalla blanca para salir hasta mi habitación y cambiarme, al terminar de colocarme la ropa interior comencé a peinar con delicadeza mi larga y lisa cabellera.

En seguida escuché a mis espaldas un portazo y al darme vuelta vi a Justin parado en la puerta sonriendo ladeadamente y observándome de pies a cabeza, detallaba cada parte de mi cuerpo semidesnudo. Tardé unos segundos en reaccionar y darme cuenta de lo que pasaba y comenzar a buscar mi toalla desesperadamente.

—¿Puedes calmarte? Así te ves mejor –sonrió divertido.

—¡Cállate! –exclame.

—¿No te enseñaron a tocar? –Dije para luego taparme con la toalla.

—Eso depende de a cual "tocar" te refieras –sonrió y entro a mi habitación cerrando la puerta a sus espaldas.

—¿Que quieres? –Dije tratando de disimular el color que habían tomado mis mejillas.

—Quería decirte que vamos a llegar tarde si no te das prisa –Se sentó en mi cama.

—Ya vuelvo –Dije para luego caminar hasta el baño y cerrar la puerta con seguro.

уσυ αяє мιиє |completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora