® Capítulo XVIII ®

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CAPÍTULO XVIII


Ignoré por completo el comentario que anteriormente me había hecho Justin, no tenía razones para asustarme, el no lograría convencerme.

Caminé lentamente justo unos pasos delante de Justin, y al estar en frente de la puerta de la habitación de Jeremy y mi madre, di tres leves golpes para que éstos salieran.

—¿Listos? –Preguntó Jeremy saliendo junto a mi madre esbozando una encantadora sonrisa.

—Así es –Asentí.
—Vamos –Dijo mi madre apresurada.

Al llegar al lugar tomamos asiento en una mesa redonda de cuatro puestos, cubierta por un mantel que se notaba bastante limpio de un color blanco radiante, los mesoneros se acercaron y comenzaron a hacer las respectivas preguntas en francés, un idioma completamente entendible para todos en la mesa menos Jeremy, el cual lo miraba atento y a la vez confundido.

Todos hicimos nuestros pedidos y aguardamos su llegada, una de las señoritas encargadas de atender a los clientes se acercó con cierta timidez y se dirigió a Justin para preguntarle si ya lo habían atendido.
Comenzó a coquetear con el cabello, cosa que por supuesto, hasta Justin pudo notar, el sonrió juguetón y comenzó a sacarle conversación, Jeremy y mi madre lo miraban atentos y a la vez divertidos observando el coqueteo entre ambos, carraspee.

—Chica –Pronuncié en su idioma- podrías ver qué pasa con nuestros pedidos, creo que se demoran demasiado –La miré sonriendo a duras penas tratando de ocultar la molestia que me había causado su presencia.

Ella me miró y asintió cortésmente para luego dirigirse hacia la cocina, Justin sonrió coqueto y me miró directo a los ojos mientras posaba su cabeza en una de sus manos.

—¿No te agrada?

—No tengo interés en conocer a nadie, así que me es indiferente –Contesté fría.

—Claro, seguro es por eso que la trataste de esa manera –Musitó.

—Escúchame Bieber –Dije con poca paciencia mientras nuestros padres nos miraban atentos- Yo no traté mal a tu amiguita, simplemente tengo hambre y quiero que se apresuren en traer las ordenes, dejate de tonterías.

—¿y por qué tienes que llamarla de esa manera tan despectiva? –Preguntó divertido.

—¿Quieren ponerle algo que le impida hablar en los labios antes de que le dé un golpe? –Pregunté a ambos individuos sentados en frente de nosotros.

—Entonces, ¿ustedes discuten por este tipo de cosas? –Preguntó Jeremy divertido, respiré hondo y asentí para luego mirarlo mal.

Al llegar nuestros pedidos comenzamos a comerlos, en varias ocasiones Justin lanzaba pequeñas miraditas a la chica, por un momento lo miré fijo, lo cual el notó y solo se limitó a saludar a la chica y lanzarle un beso.

Yo lo patee por debajo de la mesa, el dio un salto en la silla y me miró tratando de decirme que estaba en problemas, yo solo ignoré su mirada y volví a concentrarme en mi cena.

—¿No quieres el número de esa lindura? –Preguntó Jeremy divertido- Podría ayudarte.

—Creí que tenías novia –Dijo mi madre dudosa.

—La tengo –Dijo Justin fastidiado- pero, tener el número de una chica no implica ningún tipo de compromisos o engaños... -Pronunció con descaro, reí irónicamente.

—Ojala un día una mujer te patee tan fuerte que termines tirado en el suelo revolcándote del dolor para que dejes de decir tantas boberías.

—Estás tensa, nenita –Dijo burlón.

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