CAPITULO 2

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CAPITULO 2

El lugar en el que comerían, tal y como lo dijera James, se encontraba a unos 20 minutos del parque en el que se encontraban.
El localito no era muy grande pero contaba con una agradable atmosfera que era perfecta para degustar sus deliciosos y económicos platillos. Su café era realmente popular, y policías — de diferentes comisarias a la redonda— y estudiantes de las universidades cercanas, iban para poder beber al menos una buena taza de café caliente.

 Su café era realmente popular, y policías — de diferentes comisarias a la redonda— y estudiantes de las universidades cercanas, iban para poder beber al menos una buena taza de café caliente

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Al entrar al local, una pequeña campana —colocada en lo alto de la puerta—sonó alertando a una de las cuatro meseras que ahí trabajaban, que un nuevo cliente había llegado.

— ¡Bienvenidos! —Una chica de no más de 20 años, de cabello castaño amarrado en una cola de caballo, saludó a los dos oficiales con una enorme sonrisa. Sus manos alisaron el mandil rosado que usaba como parte de su uniforme, y peino ligeramente su flequillo al ver que uno de los clientes era aquel apuesto oficial, alto y de cabello negro que tanto le gustaba. — ¡James, buen día! —Saludó con entusiasmo al oficial agrandando su sonrisa.

—Hola, nena. Que linda estás hoy. —James saludó a la joven con una sonrisa coqueta.
El policía tenía muy en claro la atracción que la chica sentía por él. Lo sabía no solo por la forma en que actuaba cuando lo veía entrar por la puerta color marrón del establecimiento, —y que a James le recordaba a las estudiantes de secundaria— intentando llamar su atención, y dándole el mejor servicio, o atendiéndolo primero sin importar cuanta gente estuviera esperando antes que él. —Katty, nena, me muero de hambre, así que enséñame el menú. —Dijo dándole una suave caricia en el rostro pecoso de la muchacha.

—C-Claro, James... Por favor, toma asiento. Enseguida te lo llevo...—La joven dijo nerviosa por la caricia, y por solo unos segundos se quedó inmóvil, asimilando el gesto tan íntimo que el oficial le diera.
Recuperándose de su trance, Katty tomó los menús de la barra del fondo y caminó nerviosa hacia una de las mesas junto a la ventana en donde su amor platónico se había sentado junto con otro hombre que hasta ahora se había dado cuenta de su presencia.
—Es cortesía de la casa...—Ocultando lo mejor que podía su voz nerviosa, la joven colocó una botella de vidrio —la cual había tomado junto con los menús—enfrente de James. —Es cerveza pero no tiene alcohol. Sé que estás trabajando, y te meterías en un lio si hueles a alcohol... Pero su sabor es realmente delicioso...—Dijo con un ligero sonrojo en su pecoso rostro.

—Gracias, cariño. Siempre consintiéndome con algo. —Sonrió de nuevo a la chica, dándole un trago a la bebida. —Oh, es cierto. Tiene un muy buen sabor.

William veía un tanto incomodo la escena. Él bien podría pasar por un mueble más del local pues ni la mesera ni su compañero le prestaban atención. Odiaba ser el mal tercio, pero no tuvo más opción que limitarse a ver "entretenido" el menú en lo que esos dos dejaban de coquetear y la joven se dignaba a tomar su orden.

Arresta mi Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora