Capitulo 6

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Capitulo 6

<<Esta será la última vez>>, tanto James como William se dijeron cuando entraron a la habitación de un hotel por cuarta vez en esa semana. La rutina de verse en un hotel después del trabajo para liberar el estrés del día con una buena sesión de sexo, se venía repitiendo desde un poco más de un mes. El primer encuentro en el departamento del novato solo había sido el inicio de una relación poco común entre compañeros de trabajo.

De no soportar al novato y jugarle cualquier tipo de broma para hacerlo rabiar, James pasó a coquetearle cada vez que tuviera oportunidad, aprovechando la privacidad de la oficina para acercarse a William y proponerle verse en el hotel de siempre después del trabajo. Por supuesto esto no exentó al novato de ser él quien propusiera de vez en cuando un encuentro nocturno. En el fondo, William estaba totalmente satisfecho de la forma en que James se le acercaba y le susurraba al oído su deseo por repetir el encuentro de la noche anterior, gozando inmensamente las pocas ocasiones en las que su superior le pegara la entrepierna al trasero, atreviéndose a dar un pequeño golpecito simulando una embestida.
Tanto James como William eran conscientes de que jugaban con fuego cada vez que se coqueteaban o se veían en el hotel, sin embargo era un juego que ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar por ahora.

**

La mañana de William no comenzó muy bien.

Se había levantado temprano, con el tiempo suficiente para leer uno o dos capítulos del libro nuevo que comprara dos semanas antes y que hasta ahora había dejado abandonado en su mesa de noche por falta de tiempo.

William era tan ciego como un topo y utilizaba anteojos desde los 10 años, los cuales cambio por lentes de contacto al entrar a la preparatoria. Odiaba los anteojos tradicionales porque sentía que se veía totalmente como nerd con ellos y solo los llegaba a utilizar de vez en cuando, cuando era estrictamente necesario y en la privacidad de su hogar donde nadie lo vería usándolos.

Para su mala suerte, esa mañana no encontró el estuche de sus lentes de contacto. El muchacho estaba seguro que lo había dejado en la mesa de su salita la noche anterior antes de irse a dormir. Buscó en cada lugar en los que también solía dejar su estuche. Buscó en la mesa de noche de su habitación, en el baño, en la sala, incluso buscó en la cocina, pero el bendito estuche no apareció y se le comenzaba a hacer tarde para el trabajo. Así que sin más remedio, tomó las gafas, que siempre estaban guardadas en el segundo cajón de su mueble junto a su guardarropa, y salió de casa con algo de prisa y frustrado por no haber podido leer aquellos capítulos de su libro que tanto deseaba.

—Buenos días. Siento el retraso, tuve algunos... Ammm, problemas técnicos. —El novato dijo al llegar a la oficina, evitando en todo momento mirar a su compañero para que este no vieras los anteojos que usaba. Sabía que tenía que ver a James a la cara tarde o temprano pero quería retrasar lo más posible el comentario burlón que seguramente su compañero le haría en cuanto lo viera con las gafas.

—No importa, ven aquí, Agner. —James dijo sin hacer ningún tipo de comentario acerca del nuevo look, o retraso, del novato. Por supuesto que su primer instinto había sido burlarse un poco de William por las gafas de armazón negro que usaba. Pero los anteojos lo hacían lucir bastante bien, se veía sexy con ellos y en su mente se formaron un par de imágenes del novato sin ropa, utilizando únicamente esas gafas y cabalgando sobre su miembro.

— ¿Qué ocurre? —William se acercó rápidamente sacando de su ensoñación a su superior.

—Voy a darte el caso del robo de las bodegas. —Con la mirada señaló los archivos del caso que estaban sobre el escritorio de James, y que contenían las pocas pistas e información que tenían por el momento. Hasta ahora no tenían nada claro de ese caso que les indicara quien era el responsable de los robos, los cuales habían disminuido un poco algunas semanas atrás. —Manéjalo como creas conveniente y procura no darme las llaves de nada. —Bromeó ligeramente. A ningún novato se le daba la dirección de ningún tipo de caso o asunto de ese tipo, pero Agner le estaba dando un increíble entretenimiento nocturno y se merecía un premio.

Arresta mi Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora